En busca de la felicidad, una tenacidad a prueba de bombas

La historia de Chris Gardner es un ejemplo de superación. Su tenacidad le llevó a entender cuál era el verdadero significado de la felicidad.
En busca de la felicidad, una tenacidad a prueba de bombas
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 06 agosto, 2023

La de Chris Gardner fue una tenacidad a prueba de quiebras, allá por los años 80…. Tal vez, por ese motivo, por tanta tenacidad, su historia fue llevada al cine en 2006 de la mano del director Gabriele Muccino y del actor Will Smith en la película En busca de la felicidad.

Además de lo que su propio título indica, la película aborda otras cuestiones interesantes, pero cabe preguntarse: ¿se puede alcanzar la felicidad tras perderlo todo? ¿Es la felicidad algo que estamos condenados a buscar, pero que nunca encontraremos?

En busca de la felicidad: sinopsis

San Francisco, 1981. Chris Gardner (Will Smith) es un vendedor que para dar un paso más en su carrera decide invertir sus ahorros en escáneres médicos portátiles. Sin embargo, la inversión realizada lo deja en una posición delicada a la hora de cubrir los gastos más básicos, ya que apenas puede venderlos.

Para complicar más la situación, su mujer, harta de sus castillos en el aire, decide abandonarlo y dejarlo a cargo de su hijo de 5 años.

En uno de sus trayectos al centro de la ciudad para intentar vender su material, Chris conoce a un gestor, y este le ánima a que haga prácticas en una prestigiosa empresa de corredores de bolsa. Esta experiencia cambiará su vida para siempre, aunque antes tenga que afrontar muchas otras adversidades para conseguir lograr su sueño: la búsqueda de una vida mejor.

Al final, sabemos que el verdadero Chris Gardner llegó a crear su propia y exitosa compañía de corredores de bolsa.

Decidir lo que se quiere

¿Cuál fue su secreto?

La tenacidad.

¿Qué entendemos por tenacidad?

Siempre se ha dicho que una gran parte de los personajes ilustres de la historia lo fueron por su tenacidad que, unida a su inteligencia, les permitió lograr sus metas.

Algunas definiciones apuntan a que la tenacidad es una característica propia del ser humano, que le permite trazar un plan de actuación de cara a conseguir un objetivo, superando obstáculos y dificultades. Dicho de otro modo, es la capacidad de decidir lo que queremos y de resistir hasta conseguirlo. No por menos, la tenacidad es una de las fortalezas humanas, todos la tenemos en mayor o menor medida.

Lo mejor es que se puede potenciar. Lo más importante es saber lo que queremos y marcarnos un plan de acción realista, una estrategia a seguir.

A menudo, nos marcamos metas demasiado complejas para conseguirlas de un solo golpe o nos fijamos plazos de tiempo pocos flexibles. Por ese motivo, abandonamos proyectos a medias, lo que provoca sentimientos de frustración y desánimo que no nos dejan avanzar.

Constancia y paciencia

La constancia y la paciencia van de la mano de la tenacidad. Debemos ser constantes y pacientes en aquello que emprendamos. Debemos valorar los pequeños pasos y no desesperarnos si vemos que los frutos tardan en llegar. Hay que saber esperar, mientras seguimos siendo consistentes con nuestros objetivos.

En la película En busca de la felicidad, el personaje de Gardner tuvo que perderlo todo primero, para poder triunfar después. Es decir, tuvo que reinventarse.

¿Y si la felicidad exige un cambio drástico para nuestra vida?

Hoy en día son muchas las personas que, como el protagonista de la historia, han reorientado su vida laboral al comprobar que su sector ya no daba para más y la jugada les ha salido bien. No sin dificultades, por supuesto.

Para Einstein las crisis suponían una oportunidad de cambio, incluso de progreso

A veces tenemos que decidir quedarnos anclados en un pasado que nos hace sufrir o crear el presente con objetivos que tengan un significado para nosotros.

Sea como sea, hay que celebrar cada pequeño paso y ser flexibles, no desesperarnos cuando los resultados no son los esperados, porque de todo se debe aprender para continuar hacia delante. Nadie ha dicho que las cosas sean fáciles, pero a veces hay imposibles que no lo son tanto si confiamos en las bondades de la tenacidad.


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