Aprende a controlar tus emociones

Controlar las emociones, y en especial las negativas, es una carrera de fondo que requiere paciencia y contar con recursos externos para desarrollar la inteligencia emocional.
Aprende a controlar tus emociones
Bernardo Peña Herrera

Escrito y verificado por el psicólogo Bernardo Peña Herrera.

Última actualización: 06 agosto, 2023

Como bien sabemos, a veces sentimos que nuestros sentimientos y emociones nos controlan a nosotros, y no nosotros a ellos. Pero vemos que hay personas que cuentan con mejores habilidades para llevar sus vidas de manera satisfactoria. Es posible entonces que te preguntes por qué tú no puedes controlar tus emociones y ellas sí.

Pues bien, tienen lo que llamamos destrezas emocionales, y estas les permiten manejar su vida de forma más agradable y eficaz. La inteligencia emocional es la que nos permite desarrollarnos de mejor forma en cada ámbito de nuestra vida, sin llegar a estresarnos y superando los obstáculos que se nos presenten.

“Cuanta más inteligencia social tengas, más feliz y fuerte serás, y mejores relaciones personales tendrás”.

Daniel Goleman-

¿Cómo hacer para tener más emociones positivas?

Hay que tener en cuenta que nadie está libre de tener emociones negativas, aun teniendo una inteligencia emocional alta. Puesto que las emociones -tanto positivas como negativas- siempre estarán presentes, el secreto es identificarlas y saber el porqué de las mismas, para gestionarlas como corresponda.

Al identificar cada una de nuestras emociones podemos saber qué es lo que nos preocupa o nos hace sentir bien, y con esto podremos tener mejores relaciones con las personas que nos rodean y, más aún, éxito en cada ámbito de nuestra vida (incluso en el laboral).

¿Por qué es importante llevar las emociones de manera satisfactoria?

Cabeza de mujer con mariposas simbolizando emociones

Una persona que sabe cómo manejar sus emociones suele tener una vida más exitosa, y no tanto por su inteligencia o decisiones, sino porque supo qué debía hacer, decir, sentir o cómo comportarse en cada comento con los demás (y consigo mismo).

Desafortunadamente, una persona con poco control emocional puede sentir que su vida no vale mucho o llegar a sentirse fracasado. Ya que las emociones negativas, como la ansiedad y el estrés, nos pueden traer grandes repercusiones, tanto físicas como mentalmente, si no son controladas desde que aparecen.

Por ejemplo, la ansiedad nos afecta directamente en nuestro cuerpo, sintiendo un nudo en el estómago o incapacidad de respirar. Por eso es necesario identificar de dónde viene esta ansiedad y buscar formas para saber manejarla.

Saber controlar nuestras emociones nos hace sentir más capaces de enfrentarnos a diferentes retos, nos mantiene saludables, nos aleja de los trastornos como la depresión, nos ayuda a tener mejores relaciones con los demás, y puede evitarnos las consecuencias negativas como los cambios de humor drásticos, ya que estos afectan nuestras relaciones interpersonales.

Una persona con inteligencia emocional sabe bien cómo se siente. También, sabe comunicarse correctamente con los demás y, además, es capaz de identificar cómo los demás se sienten en una situación determinada.

Algunas ideas para controlar tus emociones

Niña con los ojos cerrados guardando sus emociones

Existen muchas formas de aprender a manejar nuestras emociones para disfrutar de una vida más plena. Aquí te daremos algunos consejos para que puedas controlar tus emociones y, por ende, mejorar tu vida:

  1. Tener una buena salud mental implica una buena alimentación, una buena rutina de ejercicios, dormir o descansar las horas suficientes.
  2. Detenerse a pensar lo que nos sucede cada día nos servirá para calmarnos cuando veamos que vamos a perder el control. Respirar o hacer relajación puede servirnos de ayuda para no ser víctimas del impulso.
  3. Aprender a manejar nuestras habilidades de resolución de conflictos es esencial. No solo nos servirá para avanzar a nosotros mismos, sino también para ayudar a los demás.
  4. Comprende tus emociones. La introspección no solo es útil para el control de impulsos, sino también para identificar la verdadera raíz de tus problemas y elaborar estrategias más eficaces.
  5. Trabaja en aceptarte. Paradójicamente, antes de cambiar es necesario aceptar desde dónde partes. Si no tienes asumido tu origen, el camino estará lleno de incongruencias y frustración.
  6. Infórmate sobre técnicas de relajación. Las personas con un temperamento explosivo se suelen beneficiar mucho de técnicas como la meditación o el mindfulness. Busca alguna que sea útil para ti.
  7. Acude a cursos de inteligencia emocional. Muchas veces, otras personas que han pasado por lo mismo que tú han desarrollado recursos mentales útiles que te pueden ayudar en tu proceso.
  8. Practica la escucha activa. En ocasiones, las reacciones emocionales bruscas e intensas provienen de la malinterpretación de la otra persona. Entrénate en procesar y reflexionar sobre lo que te dicen antes de emitir una respuesta.
  9. Recréate en las emociones positivas. Lo negativo tiene un gran poder para quedarse rondando la mente durante mucho tiempo. Sin embargo, cuando te ocurra algo bueno, trata de pasar tiempo disfrutándolo y pensando en lo bueno que ha aportado a tu vida.
  10. Libera tensión por otras vías. La represión pura de las emociones no lleva a nada bueno. Busca formas de liberar tu tensión que te ayuden a abordar los problemas con menor carga emocional. No obstante, si estas prácticas incrementan tus impulsos negativos, abandónalas.
  11. Ten presentes tus victorias. Los cambios nunca son a gran escala. Recuerda que cada pequeña situación que hayas abordado con éxito es un trofeo más hacia un control emocional óptimo.
  12. La terapia siempre es una opción viable. Los expertos siempre estarán dispuestos a brindarnos herramientas necesarias para ayudarnos.

“Si no controlas tus habilidades emocionales, si no tienes consciencia de ti mismo, si no eres capaz de controlar tus emociones estresantes, si no puedes tener empatía y relaciones efectivas, entonces no importa lo inteligente que seas, no vas a llegar muy lejos”.

Daniel Goleman-

Imagen cortesía de Miguel Virkkunen Carvalho


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