El cuento de la sopa y los problemas de comunicación
En ocasiones, la comunicación se enturbia hasta en las situaciones más sencillas. Es por ello que se debe trabajar en este aspecto de las relaciones y de la vida diaria, pues de esta manera se interpreta correctamente a los demás y se evita perder el tiempo, entre otras cosas.
Muchas personas han escrito sobre los problemas de comunicación y cómo resolverlos. Si quieres un ejemplo de ello, en este espacio tienes el cuento de la sopa, un pequeño relato que te ayudará a comprenderlos. El autor plasma muy bien lo que son las dificultades a la hora de hacerse entender cuando se quiere hacer de manera retorcida, sin ir al grano. No te lo pierdas.
El cuento de la sopa
Estaba una señora sentada sola en la mesa de un restaurante, y tras leer la carta decidió pedir una apetitosa sopa en la que se había fijado. El camarero, muy amable, le sirvió el plato a la mujer y siguió haciendo su trabajo. Cuando este volvió a pasar cerca de la señora esta le hizo un gesto y rápidamente el camarero fue hacia la mesa.
Camarero: ¿qué desea, señora?
Señora: quiero que pruebe la sopa.
—El camarero, sorprendido, reaccionó con amabilidad, preguntando a la señora si la sopa no estaba rica o no le gustaba—.
Señora: no es eso, quiero que pruebe la sopa.
—Tras pensarlo un poco más, en cuestión de segundos el camarero imaginó que posiblemente el problema era que la sopa estaría algo fría y no dudó en decírselo a la mujer, en parte disculpándose y en parte preguntando—.
Camarero: quizás es que esté fría señora. No se preocupe, que le cambio la sopa sin ningún problema…
Señora: la sopa no está fría. ¿Podría probarla, por favor?
—El camarero, desconcertado, dejó atrás la amabilidad y se concentró en resolver la situación. No era de recibo probar la comida de los clientes, pero la mujer insistía y a él ya no se le ocurrían más opciones. ¿Qué le pasaba a la sopa?—.
Camarero: señora, dígame qué ocurre. Si la sopa no está mala y no está fría, dígame qué pasa y si es necesario, le cambio el plato.
Señora: por favor, discúlpeme, pero he de insistir en que si quiere saber qué le pasa a la sopa, solo tiene que probarla.
—Finalmente, ante la petición tan rotunda de la señora, el camarero accedió a probar la sopa. Se sentó por un momento junto a ella en la mesa y alcanzó el plato de sopa. Al ir a coger una cuchara, echó la vista a un lado y otro de la mesa, pero no había cucharas. Antes de que pudiera reaccionar, la mujer habló—.
Señora: ¿Lo ve? Falta la cuchara. Eso es lo que le pasa a la sopa, que no me la puedo comer.
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Moraleja
Si has leído esta historia, extraída de un libro de cuentos de Jorge Bucay, podrás darte cuenta de que muchas personas se empeñan en que las entiendan con indirectas, sin ir al grano, dando rodeos, pretenden que otros adivinen por qué dicen, hacen o piensan de determinada manera. Lo cual hace que la comunicación se torne muy difícil, cuando todo puede ser mucho más sencillo.
Las demás personas no son iguales que nosotros, ni están en nuestra mente y muchas veces no entienden, por muy aparente que así sea, por qué actuamos de determinada manera. Por eso, no debemos exigirles ni reclamar su comprensión cuando nosotros no hemos sido capaces de explicarle la situación.
Cómo comunicarse de manera efectiva
Es evidente que en el cuento los personajes tienen un problema de comunicación, en especial, la clienta del restaurante. A continuación te ofrecemos algunas estrategias para tener una comunicación efectiva y clara para que no termines imitando la actitud de la señora del cuento.
- Utiliza un lenguaje claro y conciso: procura que tu mensaje sea muy específico, fácil de entender y breve. Emplea palabras que sean simples y evita los tecnicismos que puedan entorpecer el diálogo. No seas ambiguo en lo que dices.
- Escucha de manera activa: préstale atención a lo que dice la otra persona y demuéstrale que estás interesado en escucharlo y comprenderlo. Realiza preguntas que te permitan aclarar lo que no entiendas.
- Sé empático: intenta ver la situación desde la perspectiva de tu interlocutor. Acepta y valida las emociones que el otro te exprese. No minimices lo que te dice y no le restes importancia. Más bien, hazle saber a la persona que lo que dice, siente y piensa es legítimo. Hacer una pausa e imaginar como se siente tu compañero es otra opción recomendaba en un artículo publicado en The Permanente Journal.
- Emplea tu lenguaje no verbal: exprésate usando gestos de apertura y un tono de voz sereno. Mira a los ojos a la persona y muéstrate tranquilo y relajado ante lo que te dice. Asimismo, préstale atención a las expresiones no verbales de tu interlocutor.
Una buena comunicación depende de saber escuchar y saberse expresar. Practicar estas habilidades puede facilitar tus diálogos y permitirte conectar mejor con los demás.
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Conclusión
El cuento de la sopa nos enseña que la comunicación deber ser clara y sin ambigüedades. Nadie puede adivinar lo que piensa o sabe la otra persona acerca de la situación en la que está inmersa, por eso, es imprescindible expresar con precisión las necesidades y percepciones que se tienen.
Y tú, ¿te comunicas con indirectas o siempre usas un lenguaje claro y directo? ¿Conoces a personas como la señora que pidió la sopa? Te invitamos a potenciar tus habilidades comunicativas en tus relaciones interpersonales.
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- Hardee, J. T. (2003). An overview of empathy. The Permanente Journal, 7(4), 51. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5571783/
- Hall, J. A., Horgan, T. G., & Murphy, N. A. (2019). Nonverbal communication. Annual review of psychology, 70, 271-294. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/30256720/