¿Sabes qué es la sexualidad?
La sexualidad es un término que de inmediato asociamos al sexo, pero ¿te has preguntado realmente todo lo que engloba la sexualidad humana? La sexualidad está distribuida en tres vertientes principales: biológica, psicológica y social; que se interrelacionan entre sí.
Estos tres aspectos fundamentales de la sexualidad no es posible considerarlos de forma aislada puesto que, entonces, perdería su sentido. Su unidad biopsicosocial implica una configuración hacia lo sexual que favorece el desarrollo de la personalidad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) hace la siguiente definición de lo que representa la sexualidad humana:
“La integración de los elementos somáticos, emocionales, intelectuales y sociales del ser sexual por medio que sean positivamente enriquecedores y que potencien en las personas, la comunicación y el amor”
Teniendo en cuenta estos factores que son esenciales en la sexualidad humana, podemos ir viendo la implicación que tiene cada uno de ellos:
La sexualidad desde lo biológico
Posiblemente la vertiente biológica haya sido la que más en cuenta hemos tenido a la hora de crearnos un concepto de sexualidad. Más concretamente en el aspecto genital, como los órganos sexuales por excelencia.
Esto es una visión muy reduccionista que no tiene en cuenta el esquema corporal como una unidad. La integración del cuerpo en su totalidad dentro de la sexualidad, permite entender que somos seres sexuados desde que nacemos hasta que morimos. Esto implica que tanto niños/as, adolescentes, como adultos/as y ancianos/as tienen sexualidad.
“La sexualidad posee mucha más riqueza y complejidad por el simple hecho de que es una capacidad de un ser tan rico y complejo como es el ser humano”
-Julián Fernández de Quero-
Cuando solo se atiende a la parte biológica de la sexualidad nos estamos centrando en el sexo, a través de los genitales, y en la reproducción como finalidad. El aspecto biológico de la sexualidad es posible ampliarlo y darle así un mayor sentido cuando se interrelaciona con los demás factores implicados:
“Es nuestro cuerpo el que aprende y solo a través de un esquema corporal completo podremos llevar a cabo esta tarea. Parcializar el cuerpo, indicar sólo ciertas funciones, supone negar el placer de conocer y de comunicarnos correctamente con los demás”.
La sexualidad desde lo social
Esta dimensión de la sexualidad tiene que ver con nuestra erótica, a través de conductas aprendidas y la adquisición de diversas costumbres y ritos. Es por ello, que en cada cultura existen creencias acerca de la sexualidad que van variando dependiendo del contexto histórico, y que influyen en cómo actuamos.
Nuestras influencias políticas, religiosas y culturales regulan de alguna manera las normas de lo que es adecuado y lo que no. Esto ha dado lugar a muchas limitaciones en el plano sexual mediante lo que se considera “normal”.
Como seres sociales que somos, muchos miedos de los que tenemos forman parte de intentar no sentirnos rechazados, aislados y raros. Para ello, acatamos y transmitimos mediante la comunicación los mensajes que hemos interiorizado, convirtiéndolos en valores y normas de conducta.
El cómo vive la sexualidad una población específica es fruto de la socialización; no obstante, tomar conciencia de cuáles son estas conductas y actitudes que hemos interiorizado sin cuestionarlas, nos puede ayudar a adaptarlas o modificarlas desde el conocimiento, al desarrollo de nuestra propia personalidad.
Esto supone romper con las limitaciones y creencias erróneas que han sido impuestas en nuestro proceso de socialización, para vivir la sexualidad como algo positivo que es diferente para cada persona. Por ello sería recomendable, más bien, hablar de sexualidades.
La educación sexual en este sentido tiene mucho que decir puesto que, a través del conocimiento, se abre el proceso de toma de conciencia, para que cada individuo pueda ser libre de decidir y elegir cómo vivir y disfrutar su propia sexualidad
La sexualidad desde lo psicológico
De la implicación e integración del esquema corporal y la vivencia del propio cuerpo (biológico), y de la socialización, a cómo debemos de actuar; nace la dimensión psicológica. El factor psicológico implicado en la sexualidad se caracteriza por los pensamientos, fantasías, actitudes y tendencias.
El aspecto psicológico tiene que ver dentro de la sexualidad a cómo nos sentimos, tanto con nosotros mismos, como con los demás. Teniendo en cuenta así: las emociones, sentimientos, placer y pensamiento; fruto de la experiencia y la adquisición de conocimientos.
En el desarrollo de nuestra personalidad, desde que nacemos, adquirimos una visión individual de cómo experimentamos y vivimos la sexualidad. Este significado que tiene para nosotros va variando, siendo distinto en cada etapa de nuestras vidas. Por eso anteriormente especificábamos el concepto de sexualidades.
Sentimos de forma diferente, y las emociones que se despiertan en nosotros son diferentes, aunque la situación sea la misma. Por ello, cada persona tiene una forma diferente de experimentar placer, ya que lo que a unas personas les produce placer, a otras les puede producir desagrado.
Atender a este aspecto, supone un conocimiento propio acerca de lo que se siente y de lo que se quiere; responsabilizándonos de ello, para compartirlo, o no, en la relación con otras personas
Conclusión
Con el análisis de las tres vertientes que están implicadas en el concepto de sexualidad se puede concluir que la sexualidad está implicada en todas las etapas de nuestra vida, puesto que somos seres sexuados desde que nacemos hasta que morimos, y, no es algo estático, sino más bien dinámico, que va cambiando conforme nosotros cambiamos.
La información y el conocimiento que adquirimos del exterior en el ámbito sexual nos influye en nuestro propio conocimiento, acerca de nosotros mismos y en la interacción que mantenemos con los demás.
No existe una sexualidad única para todas las personas que determine cómo se ha de vivir el placer, sino que existen tantas sexualidades como individuos, cada cual con sus particularidades; que están determinadas por la personalidad, conocimientos y propia experiencia. Entendiendo esto, podremos despojarnos de lo considerado como “normalidad”, y emprenderemos así cada cual nuestro propio camino, sin miedos, sin culpabilidad… Explorando y disfrutando de nuestra sexualidad.
“La sexualidad no es lo que creemos, no es como nos la han contado. No existe una, sino muchas sexualidades”
-Albert Rams-
Bibliografía utilizada:
-Coronado, A. (2014). Concepto de sexualidad. Granada: Instituto de Sexología Al Ándalus (no publicado).
-Quero, J. F. (1996). Guía práctica de la sexualidad masculina: claves para conocerte mejor. Temas de hoy.