Síndrome de Stendhal, cuando el placer por el arte ataca tu salud
El síndrome de Stendhal, denominado también como síndrome de Florencia, es considerado como un trastorno psicosomático que afecta especialmente a personas altamente sensibles. Se produce cuando en un breve periodo de tiempo, admiramos de manera continuada un gran número de obras de arte, experimentando una especie de sobredosis de belleza artística.
El origen de esta patología, reside en el sujeto que observa el arte, y no en el objeto en sí. La mayoría de las personas se fija en la obra de arte, admira sus formas, su estilo y otro tipo de elementos. Sin embargo, las personas con el síndrome de Stendhal se fijan en su belleza, son muy sensibles a ella. La admiración de obras artísticas, tiene multitud de interpretaciones y valoraciones subjetivas que dependen de la cultura de cada persona.
El síndrome de Stendhal provoca síntomas molestos que solo se manifiesta al observar objetos u obras de gran belleza.
El síndrome de Stendhal, un placer mental excesivo
Grupos de neurólogos explican, como un placer mental excesivo visualizando obras maravillosas, puede acabar convirtiéndose en un gran malestar. Los síntomas que se experimentan, suelen ser físico/psíquicos: sudoración, palpitaciones, mareos, visión borrosa. Sensaciones de estrés y similares a un ataque de ansiedad, con alucinaciones y sentimientos de euforia y depresión según el caso.
El problema es que esto se incrementa en un entorno donde las obras de arte estén por todas partes. Imaginemos que estamos en un museo o en un lugar donde hay obras de gran belleza. No hay ningún lugar al que se pueda escapar para recuperarse de estos síntomas que pueden causar pavor para quien los padece.
El primero en escribir sobre esta patología, fue el escritor francés Stendhal, que describió su experiencia personal durante una visita a Florencia. Él experimentó todos los síntomas anteriormente descritos. De hecho, en el libro que escribió mencionó lo siguiente:
“Había llegado a ese punto de emoción en el que se encuentran las sensaciones celestes dadas por las Bellas Artes y los sentimientos apasionados. Saliendo de Santa Croce, me latía el corazón, la vida estaba agotada en mí, andaba con miedo a caerme”
-Stendhal-
En la década de los 70, la psiquiatra Graziela Magherini, tuvo en cuenta la experiencia de Stendhal mientras estudiaba una gran multitud de casos similares de turistas que visitaban Florencia. Esta ciudad se caracteriza las magníficas obras de arte que alberga. Tras la investigación de Graziela, el problema estudiado se definió definitivamente como un síndrome.
Un referente romántico bastante controvertido
El síndrome de Stendhal suele desarrollarse en ciudades emblemáticas desde el punto de vista artístico. Florencia, Roma, o Venecia, son los ejemplos más conocidos. La controversia ofrecida por algunos psicólogos, describe como único motivo responsable de este síndrome, la sugestión que acompaña a muchos turistas que ya son conocedores de dicha patología.
De hecho, Enrique Pallarés Molíns, doctor en psicología y profesor emérito de la Universidad de Deusto tiene serias dudas sobre la existencia o no de esta sintomatología que se produce ante la exposición a obras de arte muy bellas. Con sus propias palabras opina lo siguiente:
“Ante todo, es necesario aclarar que no se trata de un nuevo trastorno mental, específico y definido, como lo es la depresión o la esquizofrenia. No ha sido reconocido como tal ni incluido en la extensa clasificación de trastornos mentales de la American Psychiatric Association (DSM-5) ni en la Clasificación Internacional de Enfermedades de la Organización Mundial de la Salud (CIE-10), ni en ninguna de las otras principales bases de datos”
-Enrique Pallarés Molíns-
El síndrome de Stendhal, se ha convertido en un referente romántico, y puede producirse en cualquier lugar, donde la concentración de belleza (pintura, música, poesía etc.) resulta imposible de soportar. Hay muchos detractores, pero también personas como Stendhal que han afirmado sentir mareos, taquicardias y otros síntomas al estar en presencia de obras de arte.
¿Has experimentado alguno de los síntomas del síndrome de Stendhal al estar ante un cuadro? ¿Crees que es una patología real o algo fruto de la sugestión?