Cuando el castigo no funciona (la psicopatía)
El castigo ha sido, es y será la medida correctiva más empleada para corregir la conducta. En general, se aplica conforme al incumplimiento de las normas o conductas establecidas, y es la base sobre la cual se asientan las sanciones.
“El que impone un castigo desproporcionado no corrige, solo se venga.”
-Tayeb Saleh-
¿Realmente el castigo funciona para corregir la conducta?
En términos educativos existe un gran debate porque, lejos de ser algo muy pedagógico, sí que parece efectivo cuando pretendemos eliminar conductas poco adecuadas. La pregunta en sí misma se refiere a sí el castigo es eficaz o no, si consigue reprimir la acción.
Pues bien, según un estudio no todas las personas entienden el castigo. Concretamente, los delincuentes violentos psicópatas pueden ser incapaces de aprender del castigo. Según los investigadores, esto es debido a la presencia de anormalidades en sus cerebros.
“Uno de cada cinco delincuentes violentos es un psicópata”
El estudio, publicado en Lancet Psychiatry, muestra que las anomalías detectadas por resonancia magnética se pueden encontrar en las áreas del cerebro asociadas con el aprendizaje del castigo. Estas anomalías no se encontraron en el cerebro de los delincuentes violentos no psicopáticos o no delincuentes.
La autora principal del estudio, Sheilagh Hodgins, afirma que “ellos tienen mayores tasas de reincidencia y no se benefician de los programas de rehabilitación. Nuestra investigación revela por qué es”. Además, Hodgins espera que con estos descubrimiento se puedan mejorar las intervenciones en la infancia para prevenir comportamientos violentos y reducir la reincidencia.
¿Qué es un psicópata?
Estamos muy acostumbrados a escuchar este término, especialmente en series policíacas de televisión o películas, lo que nos anima a asociar a los psicópatas a un perfil determinado relacionado con la ficción. Pero, ¿qué es un psicópata exactamente?Los investigadores suelen utilizar el término “psicópata” para referirse a las personas que muestran “depravación moral” o “locura moral”, a pesar de exhibir un comportamiento aparentemente normal. Son personas carentes de empatía y emociones.
El doctor Nigel Blackwood, coautor del estudio, explica que los delincuentes psicópatas son diferentes de los delincuentes normales por muchos motivos. Mientras que los delincuentes habituales suelen responder a la amenaza con rapidez, son iracundos y agresivos, los psicópatas tienen un bajo nivel de respuesta a las amenazas, su actuación es fría y su agresión es premeditada.
Blackwood explica que han encontrado evidencias de que ambos tipos de delincuentes presentan un desarrollo anormal del cerebro, pero que tiene diferencia desde una edad temprana.
La identificación de los mecanismos neurales en el cerebro que hay detrás de continuas reincidencias es clave para el desarrollo de programas eficaces de rehabilitación y, aún más, para la prevención del delito.
Intervenciones basadas en el aprendizaje podrían reducir significativamente la delincuencia violenta
La toma de decisiones, por lo general, implica la ponderación de los posibles resultados positivos y negativos de las acciones posibles. El profesor Hodgins cree que los delincuentes con psicopatía solo podrán considerar las consecuencias positivas de sus actos, al no tener en cuenta las posibles consecuencias negativas.La diferencia observada por el equipo entre los delincuentes violentos con trastorno de personalidad antisocial con y sin psicopatía podría influir en los futuros programas de tratamiento para este tipo de personas.
Podríamos decir que el psicópata es aquella persona que escucha la música pero no aprecia la melodía
Esta investigación también podría servir como base para nuevas investigaciones sobre el desarrollo anormal de los delincuentes violentos. Es más, es doctor Blackwood cree que esto podría ser probado en estudios con niños.
Así es que, como sugiere Hodgins, “Dado que los crímenes más violentos son cometidos por hombres que muestran problemas de conducta desde una edad temprana, las intervenciones basadas en el aprendizaje que se dirigen a los mecanismos cerebrales específicos subyacen a este patrón de comportamiento y, por lo tanto, cambiar el comportamiento reduciría significativamente los delitos violentos”.