9 rasgos para identificar a una persona neurótica

Las neurosis son síntomas psicopatológicos extendidos en la sociedad. En este artículo, te enseñamos el perfil prototípico neurótico, cuyo comportamiento va del catastrofismo hasta la sensibilidad y más.
9 rasgos para identificar a una persona neurótica
Gloria Redondo

Escrito y verificado por la psicóloga deportiva Gloria Redondo.

Última actualización: 23 diciembre, 2023

Si alguna vez has tenido que tratar con una persona neurótica, sabrás que la interacción, en ocasiones, se complica. Su estilo de personalidad, con base en la anticipación y en la actitud negativa, puede tensar las situaciones cotidianas.

En caso de que sospeches que alguien de tu entorno tiene esta forma de ser, sigue leyendo y conoce las claves para precisarlo. Además, te daremos algunos consejos, de manera que puedas afrontar mejor esta situación.

¿Qué significa que una persona es neurótica?

Se llama neuróticas a aquellas personas que presentan reacciones emocionales en extrema desproporción, generalmente caracterizadas por nervios frecuentes, irritabilidad, angustia y ansiedad en casi todo lo que hacen. Estos individuos cuentan con escasos recursos para afrontar el estrés, de modo que su inquietud e inconformidad los rebasa.

Sus actitudes pueden incidir en las relaciones interpersonales, la estabilidad emocional y el rendimiento laboral o académico; también es posible que propicien el aislamiento, los problemas de concentración y las dificultades para dormir, entre otros efectos.

Los rasgos neuróticos u obsesivos son relativamente frecuentes en población general. Y no son malos por defecto, solo se deben considerar un problema cuando interfieren con el funcionamiento diario.

Síntomas

Estas conductas pueden darse en cualquier momento y situación, por ello es necesario prestar atención a los síntomas del neuroticismo que, a continuación, presentamos:

  • Agresividad
  • Impulsividad
  • Baja autoestima
  • Alta sensibilidad
  • Sensación de culpa
  • Pesimismo constante
  • Tendencia al conflicto
  • Frecuentes variaciones de humor


Comportamiento de una persona neurótica

Como bien dijimos, estos cambios de temperamento son factibles en distintos escenarios, aunque no haya un motivo contundente que los desencadene. En todo caso, te describimos de qué manera se comporta alguien de personalidad neurótica.

1. No tolera la incertidumbre

En el mundo que vivimos hay pocas certezas absolutas, más bien estamos sujetos a los sucesos probabilísticos. Esto también implica que lo que ocurre en el día se explica con base en probabilidades y, por tanto, no siempre es predecible.

Y la incertidumbre no se tolera de la misma manera por todos. Quienes son más neuróticos llevan mal el no anticipar lo que sucederá. En su mundo ideal todo estaría escrito de antemano, sin margen a la espontaneidad.

Pero esta idea es solo una fantasía. En el mundo real solo podemos prever a través de experiencias anteriores, aunque en la mayoría de los casos no hay una regla matemática que podamos aplicar.

2. Tiende a ser supersticiosa

Si tenemos en cuenta que aquello que está bajo nuestro control es limitado, podemos actuar en dos direcciones: aceptar la realidad e intentar adaptarnos a ella; o agarrarnos a cualquier indicio que nos dé seguridad.

En el caso de los neuróticos, tienden a adoptar conductas supersticiosas o ritualistas como una manera de explicarse y predecir el futuro. Esto les ayuda a ordenar los acontecimientos para que siempre encuentren una causa que está detrás.

Las supersticiones se apoyan en lo que se conoce como correlación ilusoria; una distorsión que consiste en percibir relación entre variables que pueden coincidir, pero que en realidad no tienen nada que ver.

3. Necesita tenerlo todo bajo control

A todos nos gusta sentir que tenemos el control de nuestras acciones. La sensación de agencia es uno de los indicadores de salud psicológica, pero llevado al extremo es todo lo contrario: un indicador de psicopatología.

La necesidad de tenerlo todo controlado es una actitud asociada a la persona neurótica. Incluso, llegan a adoptar comportamientos posesivos con los demás en diferentes entornos (parejas, amigos, familia, compañeros de trabajo y demás).

Si te has visto bajo el control de una persona así, lo mejor es que hables con ella cuanto antes. Detrás de estos comportamientos suele haber miedos irracionales; permitir expresarlos es uno de los medios para solucionarlos.

4. Se preocupa demasiado por su salud

La hipocondría o ansiedad por la enfermedad es un rasgo característico de los obsesivos. Ante cualquier cambio en su cuerpo, reaccionan con alarma y se ponen en lo peor. De hecho, según un estudio de la Universidad de Sevilla, se observa un solapamiento entre conductas hipocondríacas y síntomas del espectro neurótico (ansiedad, nerviosismo, terquedad y más).

Esto les lleva a consultar a su médico y a someterse a múltiples exámenes para descartar enfermedades. Por esa razón, los sanitarios tienen que aprender a tratar con este estilo de personalidad. Es crucial la empatía para comprender que los neuróticos viven en un nivel muy alto de angustia, pero también mostrarse firmes y no reforzar sus preocupaciones y quejas incesantes.

5. Experimenta más las emociones negativas

Los seres humanos nos movemos en el plano emocional en dos dimensiones: la positiva (alegría, bienestar, tranquilidad) y la negativa (tristeza, enfado, angustia). Lo sano es experimentar tanto las positivas como las negativas, aunque la tendencia general es que nos inclinamos hacia las agradables y evitamos las desagradables.

En el caso de alguien neurótico, su sensibilidad está desarrollada más para experimentar las emociones negativas. Con base en esta idea, y de acuerdo con un trabajo divulgado en Psicología Conductual, muestran con más probabilidad trastornos que tiene que ver con el «espectro interiorizado», es decir, de ansiedad y del estado del ánimo.

6. Vive en una continua contradicción

La persona neurótica siente mucha angustia cuando tiene que tomar una decisión. No hace falta que sean grandes decisiones, es posible que hasta las cosas más mundanas se conviertan en un verdadero dilema para estos perfiles.

En líneas generales, les cuesta mucho trazar objetivos o dirigirse hacia una meta en concreto, porque de forma constante se ven asaltados por pensamientos y emociones muy intensas. Como consecuencia, hay un desajuste entre su discurso o pensamiento y las emociones asociadas.

7. Malinterpreta las palabras y los actos de los demás

Los conflictos internos también se trasladan hacia lo relacional. De forma habitual, utilizan mecanismos de defensa neuróticos, como por ejemplo la proyección. Así, el conflicto se deposita sobre los demás y se atribuye a una causa externa.

Por ello, relacionarse con quien tiene personalidad neurótica es complicado. Si sientes que te está responsabilizando o cargando cosas que no tienen que ver contigo, seguro eres el objeto sobre el cual dicha persona está proyectada.

En estos casos, lo mejor es cuidarse uno mismo y cuidar al otro. ¿Cómo es posible llevar a cabo esta tarea a la vez? Poniendo límites. Quizás al principio resulte incómodo, pero es la única manera de no salir herido o lastimar al otro en las relaciones difíciles.

8. Es más sensible hacia las críticas

Dar y recibir críticas es toda una habilidad. Cuando se hacen, hay que tener cuidado en que no se perciban como un ataque; mientras que recibirlas bien supone tomárselas como un comentario para mejorar y no como algo personal.

No obstante, alguien neurótico es bastante sensible al recibir críticas. Con facilidad, los señalamientos se transforman en dardos capaces de herir sus sentimientos. Es por esa razón que con ellos hay que escoger las palabras, el tono de voz y los gestos adecuados para no tensar el vínculo.

9. Imagina el peor escenario posible

El ponerse siempre en lo peor es una de las señales más sobresalientes de la persona neurótica. Esta tendencia al catastrofismo es algo aprendido, puesto que, aunque resulte paradójico, les ayuda a regular la angustia.

Según su lógica, si siempre están pensando en lo peor, podrán prepararse para cuando esto suceda y así solventar el problema. Aun así, no se dan cuenta de que esto es una trampa, ya que pensar no soluciona por adelantado. En la vida real los problemas se superan actuando una vez ocurren, no imaginándolos.



Detectar las señales ayuda a cambiar tu forma de relacionarte

Así como comentamos al principio, es frecuente encontrar en la población rasgos de personalidad o comportamientos neuróticos. Por tanto, es muy probable que en el día a día lidies con personas que manifiestan, en mayor o menor medida, alguno o todos estos indicadores. Más allá de las buenas intenciones, ten presente que no siempre puedes cambiar la forma de pensar o de actuar de quienes te rodean.

Lo que sí está en nuestra mano es modificar la forma de relacionarnos con ellos. Hablamos de poner límites para no ser absorbidos dentro de la dinámica obsesiva, hacerles ver cuando su interpretación de la realidad es muy negativa y no reforzar sus preocupaciones y rumiaciones. Después de todo, y sin dejar de pensar en los demás, debes centrar la prioridad en ti.


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