Pon orden en tu armario mental
Cuando hay un cambio de temporada, en las vacaciones o durante algún fin de semana del año podemos hacer una gran limpieza en nuestra habitación, quitar toda la ropa que no vamos a usar, acomodar las gavetas y los cajones. Pero, ¿Cuándo es tiempo de ordenar nuestro armario mental?
Si no ordenamos a ropa y los zapatos, éstos se acumulan y ocupan más espacio del que tenemos disponible en la habitación. Algo similar ocurre en nuestra mente, donde los sweateres, pantalones y sandalias son los diferentes pensamientos y recuerdos que vamos amontonando.
Cuando decimos “armario mental”, nos imaginamos un cuarto repleto de historias pasadas guardadas en baúles, aunque no sea lo único que podamos guardar allí. Tal y como ocurre con la ropa, el armario del cerebro excede su capacidad y amontona cosas. Cuando queremos sacar algo, todo se nos cae o desordena. Ese es un claro ejemplo de que hay demasiadas cosas guardadas y que es momento de limpiar a fondo.
¿Qué tenemos que limpiar de nuestra mente? Los traumas, las emociones negativas, los prejuicios, los estereotipos y los sentimientos que no nos producen felicidad. A lo largo de nuestra vida vamos acumulándolos y guardándolos en diferentes cajones y estantes. Esto nos forma como personas, pero también nos daña, nos lastima y no nos permite seguir adelante.
Muchas experiencias han sido erróneas y si bien ya no podemos hacer nada para cambiarlas, lo que si podemos decidir es deshacernos de ellas. Toma sólo lo bueno y lo que te sirva de aprendizaje y el resto, deshéchalo.
Pero atención, porque hay una gran diferencia entre el armario mental y el de la ropa que tenemos en nuestra habitación. Ya que en el caso de las prendas que no vamos a usar es una buena idea donarlas a alguien que si las necesita; en lo que se refiere a los problemas y traumas del pasado lo único aceptable es arrojarlos a la basura, eliminarlos para siempre de nuestra vida y la de los demás.
Siguiendo con este paralelismo de armarios, pensemos que cuando tenemos una buena cantidad de ropa nos es difícil elegir qué ponernos, si nos mudamos, necesitaremos varias maletas o cajas para guardar todo o si queremos empacar antes de irnos de vacaciones. En todos los casos, se trata de un peso excesivo y cosas que ocupan mucho espacio.
¿Cómo sería tu vida si tu armario fuera más acotado? ¿Crees realmente que serías menos feliz? ¿No te simplificaría el día a día? Es cierto que las personas solemos aburrirnos bastante y queremos siempre tener cosas nuevas, pero hay un límite para todo.
¿Cómo establecer esa línea entre tener lo suficiente y tener de más? Bueno, dependiendo de tu comodidad y de cuánto tiempo te lleva llegar hasta la chaqueta más alejada del ropero. Entonces, si pensamos que nuestro cerebro es el armario, ¿De qué te sirven cientos de experiencias negativas acumuladas en cajas o bolsas? ¿Cómo haces para acceder a aquellos pensamientos que si te interesan si el recinto está repleto de cosas? ¿De qué manera te puedes deshacer de los estereotipos si estás más que aferrado a ellos?
Puedes hacer limpieza de ropa cuando las prendas no están más de moda, te quedan chicas o grandes, se han roto, te das cuenta que tienes cosas similares, analizas qué es lo que no has usado por más de dos temporadas, etc. ¿Y con en el armario mental? ¿Cómo proceder? De una manera similar.
Todo aquello que ocupa espacio vital pero que no se usa, dile adiós. Cuando una idea es cambiada por otra, no guardes ambas. Cuando un trauma o miedo no te deja acceder a lo que realmente importa, es tiempo de tirarlo a la basura. Si una emoción negativa está ocupando el sitio que tendría que usar un sentimiento positivo, deshazte de lo que te amarga, te frustra, te enoja o te entristece.
La llegada de un nuevo año es un momento ideal para que hagamos limpieza de nuestro armario mental. Piensa bien qué cosas pueden servirte y las que definitivamente no tienes ni puedes utilizar más. No te apegues a los pensamientos y tampoco a las cosas, suelta, deja ir, pon todo en perspectiva.
Si no hay nada más bonito y satisfactorio que un armario ordenado… ¡Imagina lo bien que te sentirás después de limpiar tus cajones mentales!