¿Hay que perdonar al abusador para superar el dolor?

¿Es necesario el perdón para sobreponerse al dolor de un abuso?¿Qué nos dice la psicología sobre esto? Si quieres conocer la respuesta a estos interrogantes, ¡sigue leyendo!
¿Hay que perdonar al abusador para superar el dolor?
Alicia Escaño Hidalgo

Escrito y verificado por la psicóloga Alicia Escaño Hidalgo.

Última actualización: 11 septiembre, 2022

Perdonar es una actuación que a veces resulta sumamente difícil de practicar. Perdonar consiste en enviarle a quien nos generó dolor y sufrimiento el mensaje de que nuestra vida va a seguir, a pesar de lo que ocurrió y que no vamos a perder nuestro valioso tiempo pensando en alguien que no merece nuestros pensamientos, ni nuestras lágrimas, ni que le dediquemos ni un segundo más.

Desde luego, el perdón tiene la facultad de hacernos libres, ya que si es verdadero y creemos en él, nos despojamos del rencor, de la sed de venganza y del odio, sentimientos que al alimentarlos solamente nos dañan a nosotros mismos y a quienes nos apoyan.

No obstante, es importante no confundir perdón con olvido. Si alguien nos ha hecho mucho daño a nivel físico o psicológico, como es en el caso de un abuso sexual, no lo olvidaremos porque nuestra mente está preparada para facilitar el aprendizaje, precisamente a través de las experiencias.

Esa huella quedará en nuestra alma para siempre, pero es importante que aprendamos a convivir con ella y a hacer una vida lo más normal y funcional posible, a pesar de todo.

¿Qué es perdonar y qué no lo es?

Como hemos explicado, perdonar es dejar de malgastar nuestro tiempo, nuestro ser y nuestra vida sufriendo por algo que ya es inmodificable. Lo que pasó, pasó, y no poseemos la capacidad para borrar ese hecho penoso del pasado, pero sí que tenemos el poder para construir nuestro presente y nuestro futuro.

Mujer triste tumbada en el suelo

Perdonar es entender que aún nos queda mucho tiempo por delante, para realizar nuevos proyectos apasionantes, para conocer a personas maravillosas que nos aportarán mucha sabiduría y bienestar, para enamorarnos, viajar, disfrutar de nuestras aficiones…

Y que nadie, absolutamente nadie, puede cortarnos las alas para llevar a cabo todo esto, a no ser que nosotros mismos lo permitamos y le demos ese poder.

Perdonar es que en nuestros pensamientos exista más de presente y futuro, que de pasado. Es abandonar los lamentos de lo que ya no está en nuestras manos y sustituirlos por la ilusión de lo que está por llegar. Es no dejar a nuestra mente a merced de recuerdos angustiosos y oscuros, sino obligarla a venir al aquí y ahora.

Pero ¡ojo!: perdonar no es pasar de todo lo que ha ocurrido como si nada, como si no fuese algo importante, por supuesto que lo es. Por eso perdonar es aceptar, pero no es conformarse. Hay que actuar, moverse, intentar que el abusador pague por lo que ha hecho, que sus actos tengan consecuencias.

Perdonar no es olvidarlo todo de la noche a la mañana, eso es imposible. Tienes sentimientos y esa herida ha de drenar para sanarse.

Tienes derecho y es beneficioso acudir a una terapia, que alguien te escuche, entienda cómo te estás sintiendo y puedas expresarte. Con el tiempo, las heridas cicatrizan…

Chica mirando la lluvia

El duelo nos llevará al perdón

Evidentemente, perdonar es un acto difícil, teniendo en cuenta que, por ejemplo, si hablamos de un abuso de tipo sexual, nuestra autoestima ha quedado hundida, el miedo nos inunda y la desesperanza recorre nuestro ser. Y es normal, por eso es importante saber que solo podemos perdonar cuando ya hemos elaborado el duelo.

Si las emociones existen, es por alguna razón justificada. La naturaleza no ha colocado las cosas porque sí. Las emociones negativas, pero sanas, como la tristeza, nos van a ayudar a asimilar todo lo que ha ocurrido y a expresar nuestro dolor. Una vez completado este proceso, podremos llevar a cabo el acto de perdonar y volver a retomar nuestra vida o incluso crear cambios y hacerla mejor.

Para elaborar un buen duelo, lo primero que tienes que saber es que sentirte triste, enfadarte con el mundo y tener pensamientos negativos es normal, no te juzgues por ello. Es una herida que ahora mismo está sangrando.

Mujer con los ojos cerrados tocándose el pelo

Pasarás por distintas fases: negación, ira, depresión, aceptación… No te preocupes, vívelas como parte de la sanación emocional que tienes que pasar. Tras todas estas etapas y una vez lleguemos a la aceptación de lo ocurrido, podemos, y es beneficioso que lo hagamos, pasar a la acción de perdonar a quien nos hizo daño.

Para ello, has de pensar que las personas que cometen actos malos, no son malas personas, sino personas enfermas o confundidas. En el fondo la mayoría de las veces afortunadamente esto es cierto y digo afortunadamente porque frente a las dos explicaciones causales se puede intervenir.

Te queda mucha vida por delante para que te sucedan millones de cosas buenas y no merece la pena quedarnos más tiempo del necesario aferrados al pasado.

 

Beneficios del perdón

La investigación en psicología positiva que el perdón tiene un impacto positivo en el bienestar general:

  1. Reduce el afecto negativo y síntomas depresivos.
  2. Restaura el pensamiento positivo.
  3. Mejora las relaciones.
  4. Disminuye de la ansiedad.
  5. Fortalece la espiritualidad. 
  6. Aumenta la autoestima.
  7. Incrementa la esperanza.
  8. Mejora la capacidad para la gestión de conflictos. 
  9. Aumenta la capacidad para hacer frente al estrés y encontrar alivio.

Cómo trabajar el perdón

Algunos elementos esenciales para plantear el trabajo sobre el perdón con víctimas de abuso son:

  1. El perdón es un proceso difícil, largo y lento, por lo que es recomendable tomarse el tiempo necesario y no apresurar los procesos.
  2. Es importante validar los sentimientos que expresan las víctimas sin culpabilizarlas.
  3. Aceptar que el delito es parte de la propia vida. No se trata de intentar hacer “como si nada” y olvidarlo, sino de encontrarle un lugar y poder seguir viviendo. El proceso de recuperación incluye encontrar esperanza en el futuro y sentido en la vida.
  4. Es importante superar la impotencia y el descontrol y facilitar la responsabilidad por la propia vida, por el futuro.
  5. Es fundamental que las víctimas establezcan límites y que decidan qué personas quieren en su vida y cómo quieren ser tratados por ellas.
  6. El perdón a uno mismo es un paso fundamental en la recuperación de las víctimas. Esto ayuda a que las personas comprendan que el problema no son ellas, sino que el problema es el comportamiento del agresor.

Para terminar, recuerda que tienes capacidad de resiliencia, es decir, de salir a flote a pesar de la adversidad que te ha tocado. Saca esa fuerza y sigue tu vida de la manera más normal que puedas, poco a poco, pero no dejes ni abandones tus proyectos e ilusiones. Al final, te darás cuenta de que solo el perdón te hará libre.

 


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