¿Por qué no tenemos tiempo?
Da la sensación de que no importa lo bien que nos organicemos, ya que al final del día tendremos la idea de que nos faltan horas. En mayor o menor medida, todos hemos sentido algo parecido. Pero, ¿a qué se debe este fenómeno? ¿Por qué no tenemos tiempo?
Para explicarlo, existen varias leyes relacionadas con el tiempo y la gestión que hacemos de él.
Las leyes de Parkinson
Este conjunto de leyes fueron redactadas por el historiador británico Cyril Northcote Parkinson. Son tres supuestos, concretamente, que se centran en fenómenos que se pueden producir en la distribución de nuestro tiempo:
- El trabajo acapara hasta llegar a ocupar todo el tiempo del que disponemos. ¿Nunca lo has pensado? Cuando nos disponemos a cumplir con una determinada tarea, casi siempre nos ocupa más de lo esperado. Especialmente, cuando creemos que tenemos tiempo de sobra. En ese momento, el trabajo a realizar tiende a exigirnos casi todo nuestro “tiempo libre”.
- Los gastos aumentan hasta alcanzar o superar a los ingresos. Otro aspecto relacionado con la gestión del tiempo tiene que ver con nuestros recursos. Al fin y al cabo, el tiempo es dinero, por lo que la gestión de una divisa estará directamente relacionada con la otra. Si nuestro tren de vida aumenta, lo normal es que nuestros ingresos empiecen a darnos la sensación de ser más bajos. Por eso, vivir al límite de nuestras posibilidades implica vivir al límite de nuestra agenda.
- El tiempo dedicado a cualquier tema de la agenda es inversamente proporcional a su importancia. Esto puede parecer contradictorio, pero tiene mucho más sentido del que parece. La clave está en que la falta de tiempo nace en un primer momento de una falta de prioridades. Por eso es importante saber que, más que gestionar nuestro tiempo, lo importante es definir claramente nuestras prioridades.
El principio de Pareto
El principio de Pareto es la regla conocida como el 80:20. Es decir: el 80 % de nuestro tiempo solo genera un 20 % de resultados, mientras que el 80 % restante se consigue con tan solo el 20% de tu esfuerzo.
Una vez más, este principio incide en la necesidad de priorizar. ¿Por qué hay gente que saca tiempo para hacer deporte o para preparar la comida de toda la semana? Porque esas personas priorizan esas actividades sobre otras. De hecho, habrán tenido que renunciar a otros planes para poder cumplir con sus prioridades.
La ley de Perls
Según esta regla, el 70 % de las cosas de las que nos preocupamos nunca llegan a ocurrir. Por tanto, esta ley nos habla de la importancia de la ocupación sobre la preocupación. Al fin y al cabo, ocuparnos de algo antes de lo debido supone una pérdida de tiempo en muchas ocasiones.
Desperdiciamos demasiado tiempo en el “y sí…”, cuando sacaríamos un mayor rédito si destináramos más energía a tratar los problemas reales. En muchos casos, hacer una inversión muy grande en prevención, cuando lo que anticipamos es muy improbable, no es rentable.
La ley de Swoboda
Hermann Swoboda, catedrático de psicología por la Universidad de Viena, redactó esta ley en 1904. Y viene a decir que “cada persona está sometida a múltiples ritmos biológicos que deben ser tenidos en cuenta en la programación de actividades“.
Dicho de otra forma: la planificación que hagamos de nuestro tiempo debe ser personalizada. Piensa que no todos somos productivos en los mismos momentos del día. Ni siquiera tenemos el mismo ritmo de trabajo.
Hay gente a la que le cuesta mantener la concentración, por lo que serán más eficientes cuando realizan descansos más frecuentes. Mientras que a otras personas les cuesta amenos mantener la concentración, aunque sí puede ser más costoso para ellas entrar en ese estado.
Todas estas particularidades deben hacernos pensar que lo más óptimo es establecer planes de trabajo ajustados a nuestros propios ritmos y características dentro de los márgenes con los que contemos.
“Cada persona está sometida a múltiples ritmos biológicos que deben ser tenidos en cuenta en la programación de actividades”.
-Hermann Swoboda-
La ley de Fraisse
La ley ideada por el psicólogo Paul Fraisse indica que el tiempo tiene una dimensión objetiva y otra subjetiva. Esta última irá en función de la relación que mantengamos con la actividad realizada. Por eso, es importante atender a nuestros intereses y motivaciones. Piensa a qué velocidad pasa el tiempo cuando realizas una tarea que te gusta.
Y es que debemos tener claras nuestras motivaciones a la hora de llevar a cabo una determinada actividad. Al fin y al cabo, una de las cosas más importantes es disfrutar de la tarea, ya que puede ser un objetivo en sí mismo.
Entonces, ¿por qué no tengo tiempo?
Todas estas leyes y reglas indican que, en algún momento de nuestra vida, todos nos hacemos la misma pregunta. Y la respuesta no parece encontrarse en sacar más tiempo de donde no lo hay. Más bien, tiene que ver con la percepción que tenemos de él, de nuestras prioridades, objetivos y motivaciones a la hora de realizar determinadas tareas.
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- La Ley de Parkinson o la pirámide creciente. (1957). http://bioinfo.uib.es/~joemiro/teach/material/escritura/parkLaw.pdf
- Castanedo, C. C. (Ed.). (2000). Cómo cerrar asuntos inconclusos. Gestaltnet.