¿Qué hago si siento que he perdido mi dignidad?

Sentir que has perdido la dignidad es una de las sensaciones más destructivas que existen. Sin embargo, se puede superar. Te damos algunos consejos.
¿Qué hago si siento que he perdido mi dignidad?
Sara González Juárez

Escrito y verificado por la psicóloga Sara González Juárez.

Última actualización: 26 mayo, 2021

Si estás leyendo este artículo, es posible que sientas o hayas sentido que has perdido la dignidad. Tanto si es así como si no, es algo que casi todo el mundo ha vivido y es extremadamente desagradable.

¿Qué hacer para reconstruir ese amor propio, esa sensación de validez que tanta desazón nos genera? Lo primero es saber que sí es posible conseguirlo. Aquí tienes algunas claves para ello.

Perder la dignidad

Sentirse indigno es sentir que se ha perdido la capacidad de relacionarse de forma horizontal con los demás, es decir, que nuestra valía personal es inferior a la del resto. Puede ocurrir por haber hecho algo moralmente reprobable o haber sufrido algún episodio traumático (violencia, acoso laboral, guerras…).

Este sentimiento de haber perdido la dignidad suele ir acompañado de ansiedad, tristeza intensa y baja autoestima. A largo plazo, además, está relacionado con trastornos depresivos y de ansiedad.

La dignidad está directamente relacionada con el reconocimiento social, la autoestima y el autoconcepto. Es saber con seguridad cuál es nuestro valor en el mundo y no tener miedo a perderlo.

Mujer japonesa triste y estresada

¿Qué hago si siento que he perdido mi dignidad?

Es posible que alguien esté pisoteando tu dignidad, haciéndote sentir inferior o esté vulnerando alguno de tus derechos fundamentales. Si es así, lo primero debe ser reconocer la situación. Para ello puedes hacerte una serie de preguntas:

  • ¿Sientes malestar general o contigo mismo cuando hablas con esa persona o grupo?
  • ¿Sientes que le quita valor a todo lo que haces?
  • ¿Crees que esa persona o personas intentan ofenderte a menudo?
  • ¿Sientes que tus sentimientos se ven menospreciados o se les resta validez?
  • ¿Te sientes inferior en esas situaciones o con esas personas?

Si la respuesta a estas preguntas o la mayoría de ellas es que sí, probablemente estés en un contexto, grupo o relación interpersonal tóxicos. Si sientes que has perdido la dignidad, aquí tienes consejos que te ayudarán a recuperarla.

Dedica tus fuerzas a pasar página

Es esperable que, tras una mala experiencia, el pensamiento gire automáticamente alrededor de esos hechos que te han causado dolor. Sin embargo, lamentarte solo servirá para recrearte en el malestar y para rumiar. Esta energía que consume la autocompasión será mucho más útil enfocarla en recuperarte.

Trata de sacar un aprendizaje de la situación

Este título es una indicación bastante vaga si te quedas solamente con el hecho de reflexionar sobre lo que te ha pasado. Aprender de una situación traumática implica un trabajo profundo de introspección, interiorizar los cambios que has detectado y buscar soluciones para el futuro.

Si sientes que has perdido la dignidad, una técnica muy útil para trabajar la introspección es escribir una lista de derechos que crees tener: derecho a no ser insultado, a rechazar peticiones, a expresarte, etc. Identifica cuáles te han sido vulnerados, pues seguramente sean derechos que te cuesta ejercer. Ese será tu punto de partida.

Reestablecer el diálogo interior cuando se ha perdido la dignidad

Es común caer en dinámicas de pensamiento en las que predominan la autocrítica y el autocastigo. Es muy importante entrenarse en construir un diálogo interior sin juicios de valor y con ideas proactivas.

Para esto existe la ya conocida técnica de repetirse a uno mismo frases reafirmantes y positivas, como “soy digno de respeto”, “no merezco que me traten mal” o “tengo derecho a equivocarme”. A priori puede parecer superficial, pero el efecto de repetición irá ocupando el lugar de los pensamientos negativos poco a poco.

Hombre triste

No tengas miedo a la soledad

El miedo a estar solo o perder el favor de los demás te pone en situaciones que otros pueden aprovechar para tratarte como a un inferior. Claramente, la soledad no es agradable, pero estar solo en medio de una multitud es todavía peor.

En la medida que puedas, limpia tus círculos de gente que te denigra. Quitarle relevancia en tu vida a las personas que restan en vez de aportar será de gran ayuda para dejar de sentir que estás por debajo de los demás.

Ya sea porque no estás orgulloso por algo que hiciste o has sufrido a manos de otros, no mereces ser tratado de forma denigrante. Todo el mundo tiene derecho a equivocarse, a cambiar y a reformarse. Si alguna vez sientes que has perdido la dignidad, recuerda que nadie tiene excusa para tratarte mal.


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