Wetiko, el "virus" del egoísmo según los nativos americanos

Wetiko, el "virus" del egoísmo según los nativos americanos
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 16 mayo, 2022

Según los nativos americanos el Wetiko es un mal espíritu que suele invadir la mente del ser humano. Se trata del “virus” del egoísmo, un patógeno psíquico que obliga a la persona a alimentar sus propias necesidades como un ser famélico que nunca tiene suficiente. Dicha presencia nos aboca a una suerte de involución donde tarde o temprano la humanidad se convierte en su peor enemigo…

Esta curiosa, pero a la vez inquietante visión, se recoge en un libro de lectura casi obligada. Fue Paul Lévy, conocido admirador del legado de Carl Jung y columnista habitual en “The Guardian” quien dio forma a un trabajo digno de reflexión titulado “Dispelling Wetiko” (Disipando al Wetiko). Según él mismo afirma, vivimos un momento donde gran parte de los fenómenos psicosociales que nos envuelven demuestran que el “virus” del egoísmo está más presente que nunca.

El Wetiko es una palabra que usan los nativos americanos para designar a una persona diabólicamente malvada que no se preocupa por el bienestar o la integridad de sus semejantes.

Ahora bien, ese legado que Levy quiere dejarnos con su libro dista mucho de tener un mensaje negativo, de reproche o advertencia, todo lo contrario. Todo virus busca un anfitrión al que invadir y del cual nutrirse; sin embargo, cada uno de nosotros podemos poner en funcionamiento barreras defensivas adecuadas y fortalecer nuestro “sistema inmunitario” psicológico para que esto no ocurra.

Es una interesante reflexión en la cual, vale la pena profundizar…

Lobo que representa el "virus" del egoísmo

El Wetiko, el egoísmo humano y el concepto de sombra de Carl Jung

El historiador Jack Forbes explicó en su libro “Colombus and Other Cannibals” que cuando las comunidades indígenas tomaron contacto con todos aquellos conquistadores europeos que buscaban invadir sus tierras y su mundo, los definieron como personas infectadas por el Wetiko. Fue la tribu de los cree de Canadá quienes usaron esta designación por primera vez, aunque los ojiwa, por ejemplo, utilizaban ya el conocido término “windigo”.

Sea como sea, la visión que tenían del hombre blanco o “civilizado” era el un ser aquejado por el “virus” del egoísmo, una entidad maligna que les abocaba a querer para sí la fuerza vital de la naturaleza, de sus recursos y del resto de seres humanos. Por su parte Paul Lévy explica en su libro que esta idea es la misma que Carl Jung utilizó para hablarnos del concepto de Sombra, ese arquetipo del inconsciente que en realidad todos compartimos.

Así, dimensiones tan comunes como los celos, la avaricia, el ansia de dominio y el propio egoísmo, son en realidad producto de nuestra colectividad inconsciente, nuestras sombras más oscuras y ese “yo” disociado de la consciencia que se deja llevar por los actos más ruines. Podríamos decir por tanto que aquel espíritu maligno, ya definido por los indios americanos, era para Jung una entidad algo diferente, era algo que nunca vino de fuera para poseernos, sino que siempre estuvo en nuestro interior.

En realidad, todos llevamos esa Sombra dentro, pero de nosotros depende otorgarle más o menos poder…

Sombra de una persona tras un cristal representando el "virus" del egoísmo

Cómo vencer el “virus” del egoísmo

Podemos vencer y eliminar al “virus” del egoísmo de nuestras vidas. Un modo de lograrlo es familiarizándonos con lo que Carl Jung denominó como “daemon”, el demonio de nuestra Sombra. Así, algo que deberíamos tener claro desde un principio es que ese demonio se nutre y se engrandece de la avaricia, la envidia, el desprecio o la necesidad de dominio. Todas esas dimensiones han tenido a su vez unos efectos temibles a lo largo de nuestra historia.

La malevolencia del Wetiko ha gobernado nuestra realidad durante mucho tiempo. Es más, a día de hoy avanza con soltura por muchas de nuestras parcelas sociales más comunes. Le damos poder, lo obedecemos y nos dejamos llevar. Por ello, tal y como Carl Jung nos explicó en su momento en libros como “El encuentro con la Sombra”, nuestra responsabilidad está en tomar conciencia de ello, en hacer conscientes todas esas pulsiones que navegan en nuestros abismos inconscientes.

En caso de que todos nos dejáramos llevar por dichas pulsiones, por poseer lo que tiene el otro, por manipular a nuestros allegados en beneficio propio o en conseguir el máximo beneficio posible aún a costa de hacer daño a los demás, caeríamos en una psicosis colectiva donde todos acabaríamos perdiendo. El egoísmo no es un mal moderno, es una enfermedad vieja que aún no hemos erradicado. 

Rostro representando "virus" del egoísmo
Paul Levy nos revela de forma casi iluminadora que para trabajar en nuestra propia sombra y poder así disipar o disuadir al Wetiko, debemos practicar la autorreflexión. Al fin y al cabo ese demonio interno no es más que todo el conjunto de nuestra personalidad aún no desarrollada, no trabajada y descuidada.

Es una parte de nosotros mismos que escondemos; al ocultarla permitimos que ella misma busque su alimento, que se nutra de la codicia, la envidia o el desprecio para llenar así sus vacíos.  Seamos por tanto capaces de sanar el “virus” del egoísmo trabajando nuestros conflictos internos, potenciando nuestro crecimiento personal y lidiando con esa sombra que resta calidad a la vida y al propio concepto de humanidad.


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