¿Qué llevó a Andreas Lubitz a estrellar el Airbus A320 en los Alpes?
El pasado 24 de marzo, el mundo entero quedó sin respiración ante el accidente aéreo de un avión Airbus A230 en los Alpes. A bordo, 150 personas y 5 perros, una tragedia de grandes dimensiones que movilizó de inmediato a varios países, mientras la población, expectante y con el corazón encogido, buscábamos respuestas al desastre.
Fue entonces cuando empezó el debate casi automático sobre la seguridad o no de las líneas de bajo coste, sobre la antigüedad de un avión que, tal vez, ya no debía estar en el aire. Durante varias horas, todos nosotros buscamos mil razones, mil orígenes en esas máquinas a veces imperfectas que forman parte de nuestra vida.
La tecnología a veces falla, lo sabemos, los accidentes suceden y el origen se debe casi siempre a un descuido, a un error, a un mal mantenimiento.
Pocos pensamos en que el responsable no era la “máquina”, sino el hombre. Un joven copiloto que, por voluntad propia, estrelló el avión contra los Alpes franceses llevándose con él todas las vidas que iban a bordo.
¿De qué modo podemos encajar este tipo de cosas? El ser humano necesita siempre encontrar un por qué, una razón que justifique (si es que puede hacerse) este tipo de actos inconcebibles que se contienen en esa parte aún tan oscura de nuestra naturaleza, ahí donde lo irracional, la enfermedad tal vez, o el simple acto de causar el mal, sigue estando presente.
¿Qué llevó a Andreas Lubitz a estrellar el Airbus A320 en los Alpes? Analicemos las posibles causas, ahondemos en toda esa información que a día de hoy nos han ido trasmitiendo para intentar encontrar un “por qué”.
Un piloto certificado como “apto” pero con problemas psicológicos
Andreas Lubitz estaba solo en la cabina del avión cuando de pronto, y de modo voluntario, decidió oprimir el botón de descenso para que él y el resto de los pasajeros, perdiera la vida estrellándose contra los Alpes.
Según la compañía “Lufthansa” el copiloto del Airbus A320 había sido declarado apto para su ejercicio, nadie sospechaba nada y era todo un referente de competencia y profesionalidad.
No obstante, se ha encontrado un informe médico donde se certificaba que no lo era, que sus condiciones psicológicas no eran las adecuadas para seguir trabajando. Lubitz, era consciente de ello pero, lejos de aceptarlo, había roto dicho informe sin que la compañía tuviera conocimiento de ello, acudiendo a su puesto de trabajo cuando en realidad, nunca tenía que haberlo hecho.
Según las informaciones que se han ido publicando, Andreas Lubitz padecía una depresión severa. Se justifica con el hecho de que estaba en proceso de ruptura con su novia, problemas afectivos que tal vez podrían haber ocasionado esta reacción suicida.
Ahora bien, se deduce que estos trastornos depresivos eran constantes en su vida, que ya había pasado por algo parecido hacía tiempo, recibiendo tratamiento por un episodio de depresión severa.
La depresión severa y el “suicidio ampliado”
Ahora bien, la pregunta sería la siguiente ¿puede una depresión severa llevar a una persona no solo al suicidio, sino a provocar la muerte de 150 personas?
-A la hora de hablar de depresión hemos de tener en cuenta que ningún problema psicológico es igual en todas las personas, es decir, no hay un patrón “único” fácilmente identificable. A menudo, pueden existir diversos trastornos asociados, puede que en lugar de una depresión severa padeciera una depresión psicótica. Lo desconocemos.
-Las razones por las que una persona puede deprimirse pueden ser muy variadas y complejas, pero siempre existe una sensación de pérdida del control sobre su situación vital y sus emociones, además de una visión muy negativa del futuro. No hay esperanzas. Cuando estas sensaciones se magnifican, es frecuente que se derive en el deseo del suicidio.
-Habitualmente, la depresión que cursa con ideas de suicidio, suele estar en un 15% de los pacientes con este trastorno. No obstante, lo que no es frecuente es que a las tendencias suicidas, se sumen las homicidas. Es decir, no es habitual que cuando uno quiera acabar con su vida, elija también “castigar” a más personas y, además, no relacionadas afectivamente con él.
-En el caso de que exista esta voluntad, ya estaríamos hablando de un “suicidio ampliado”. Es decir, son situaciones en que la persona, además de acabar con su vida, busca llevarse consigo la vida de inocentes. Su desesperación y frustración es tan elevada que no tienen bastante con hacerse daño a ellos mismos, buscan magnificar su deseo de agresión también hacia los demás. Hay rabia y deseo de venganza.
–En el caso de Andreas Lubitz sabemos por ejemplo que su gran obsesión era volar. Probablemente sus problemas afectivos le habían hecho recaer en una nueva depresión, un proceso que al parecer, era algo latente en su estado psicológico y que ya le había valido en el pasado para retrasarse en la obtención de su título.
Ahora, ese informe psicológico que concluía con que “no era apto para el trabajo y que no podría volar”, fue sin duda el desencadenante para pensar no solo en el suicidio sino en la venganza. Ese sería su último vuelo, y su dolor, no era el único que iba a sentirse. El sufrimiento iba a adquirir dimensiones magnificadas, y sin lugar a dudas, lo consiguió.
-Algunos expertos llaman explican que estos actos incomprensibles están guiados en ocasiones por el síndrome de Amok, es decir, una reacción espontánea e incontrolada por hacer daño a otros, por matar de modo indiscriminado.
No obstante, para muchos, el acto terrible que cometió Andreas Lubitz pudo estar perfectamente premeditado. Incluso puede que los Alpes tuviera algún significado para él ya que según dicen mantenía una importante fijación con este paisaje.
Las personas siempre necesitamos una explicación ante actos como el ocurrido con el Airbus A230. Queremos saber y entender las razones por las que un hombre aparentemente normal, decide acabar con la vida de 15o personas. Aunque a veces hemos de asumir que lo irracional, como la maldad, existe y está ahí, escapando siempre a nuestro control. Impredecible y voraz, llevándose la vida de lo que más queremos.
Sea como sea, desde nuestro espacio, damos nuestro más sincero apoyo a los familiares, y nuestro sentido homenaje y respeto a las víctimas. Descansen en paz.