¿Qué sabemos de las anfetaminas?

Las anfetaminas son un tipo de droga ilegal, aunque también se utilizan como fármaco para tratar patologías como el TDAH o la narcolepsia. ¿Qué más sabemos sobre ellas? ¿Cómo actúan y qué efectos producen?
¿Qué sabemos de las anfetaminas?
Laura Ruiz Mitjana

Escrito y verificado por la psicóloga Laura Ruiz Mitjana.

Última actualización: 12 abril, 2021

Las drogas son sustancias que alteran el funcionamiento normal del sistema nervioso central (SNC). Hay drogas legales (como por ejemplo, el alcohol) y drogas ilegales (como es el caso de las anfetaminas).

Seguro que este concepto te suena, pero… ¿sabes realmente qué son las anfetaminas? ¿Cómo funcionan? ¿Tienen solamente un uso recreativo o también pueden servir para tratar ciertas patologías? ¡Te lo contamos todo!

Las anfetaminas: ¿qué son?

Las anfetaminas son un tipo de droga ilegal, un agente psicoactivo estimulante o activador del sistema nervioso central (SNC). Es por ello que se clasifican como una droga psicoanaléptica, una sustancia cuyo efecto psicotrópico aumenta la actividad del SNC.

Los estimulantes psíquicos como las anfetaminas excitan el humor y producen una serie de efectos a nivel comportamental y psicológico, que veremos a lo largo del artículo.

Chico adolescente adicto

La química de las anfetaminas

A nivel químico, las anfetaminas son un agente adrenérgico sintético (un compuesto químico sintético) que deriva de la beta-fenil-isopropilamina. Sin embargo, en su origen, las anfetaminas provienen de sustancias derivadas de la planta Catha edilus.

Aunque el concepto de “anfetamina” pertenece a un grupo de sustancias derivadas del ácido anfetamínico (o de composición similar), lo cierto es que dentro de las anfetaminas encontramos un subgrupo que lleva el mismo nombre que esta sustancia.

Mecanismo de acción

¿Cómo actúan las anfetaminas? Su mecanismo de acción consiste en un bloqueo de la recaptación de las monoaminas, especialmente de la dopamina y la noradrenalina.

Por otro lado, influyen también en la síntesis de estas sustancias (es decir, aumentan su nivel de concentración). Es por ello que se trata de agonistas de estas sustancias (aumentan también los niveles de serotonina, pero en menor medida).

Todo esto hace que los efectos de estos neurotransmisores (dopamina y noradrenalina) duren más tiempo, porque permanecen durante más horas en el espacio sináptico de las neuronas, lo que hace que sean utilizados por las neuronas postsinápticas.

Efectos de las anfetaminas

Las anfetaminas son un potente estimulante del sistema nervioso central. Es por ello que se clasifican como sustancias excitadoras, estimulantes o psicoanalépticos. Así, sus efectos en el organismo son de tipo estimulante o excitador.

Lo que hacen es provocar un incremento del funcionamiento del sistema nervioso, con efectos como: un aumento de la vigilia, la energía física y mental y la alerta. Además, provocan una sensación de euforia intensa.

Aumento de la energía y de las capacidades cognitivas

Más allá de los efectos mencionados a nivel general, las anfetaminas hacen que la persona que las toma sienta su ánimo más expansivo y desinhibido. Aparece una sensación de estar “muy despierto”, con mucha energía, y con unas capacidades cognitivas más veloces y potenciadas.

Aumenta también el nivel de conciencia, la atención y la concentración. La persona se siente “capaz” de todo, con unas funciones, como decíamos, que sienten como superiores e incluso como extraordinarias.

Autocontrol y autoconfianza

Otro de los efectos de las anfetaminas es un aumento de la sensación de autocontrol y autoconfianza. Por otro lado, la persona puede tener la impresión de que piensa con mayor claridad.

Efectos fisiológicos

A nivel fisiológico, las anfetaminas producen un aumento de la actividad motora, de la tasa cardíaca, la presión arterial y la frecuencia respiratoria. Además, disminuye el sueño, el hambre y la sensación de fatiga o cansancio (aumenta la energía).

Chica confusa por consumo de anfetaminas

Usos de las anfetaminas

Las anfetaminas se han utilizado, hasta la fecha, para múltiples usos. Uno de ellos es el uso lúdico, como droga recreativa. Por otro lado, se ha utilizado también esta sustancia para aumentar el rendimiento deportivo en contextos de deporte de élite o fuera de ellos.

También se ha utilizado para mejorar el rendimiento académico (a través de la mejora en la concentración, sobre todo).

Finalmente, su uso también incluye, desde el ámbito farmacológico, el tratamiento de ciertas patologías o afecciones. Hablamos, por ejemplo, del TDAH (trastorno por déficit de atención) o la narcolepsia (sus efectos excitadores pueden llegar a combatir los episodios repentinos de sueño).

¿Cómo se consumen?

Las anfetaminas se suelen consumir de forma oral. Sin embargo, también es posible tomarlas a través de la vía intravenosa o inhalada (en forma de polvo). En este último casos, sus efectos son similares a los de la cocaína, aunque los riesgos de las anfetaminas son menores.

Efectos secundarios y riesgos

El uso continuado de esta sustancia puede generar riesgos para la salud (además de los efectos secundarios habituales de la misma, sin necesidad de un consumo continuado para padecerlos). Así, puede generar los siguientes efectos:

  • Dependencia: es una sustancia con un gran potencial adictivo, debido a su actuación sobre el sistema de recompensa cerebral.
  • Síndrome de abstinencia: la retirada brusca de la sustancia puede generar un síndrome de abstinencia, con síntomas como el cansancio, ansiedad, depresión o labilidad emocional.
  • Alucinaciones y alteraciones perceptivas: especialmente las alucinaciones visuales.
  • Alteraciones del sueño: las anfetaminas pueden causar problemas a la hora de conciliar el sueño o dificultades para descansar bien.
  • Problemas emocionales: un consumo continuado de la sustancia puede generar labilidad emocional así como ideas suicidas.
  • Alteraciones motoras: pueden generar debilidad y enlentecimiento motor, o agitación y temblores.

Las anfetaminas son sustancias que generan una sensación de placer y un aumento de la energía, además de otros efectos psicológicos y fisiológicos. Su uso continuado puede generar dependencia, ya que es una sustancia adictiva, y es por ello que conviene conocer su potencial de riesgo y sus efectos adversos.


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