Área motora suplementaria: partes, funciones y alteraciones

En nuestra vida cotidiana realizamos un sinfín de acciones de manera automática, sin pararnos a pensar en cómo las ejecutamos y qué estructuras cerebrales intervienen. Aunque muchos lo ignoremos, el área motora suplementaria es la responsable. Conozcámosla.
Área motora suplementaria: partes, funciones y alteraciones
José Padilla

Escrito y verificado por el psicólogo José Padilla.

Última actualización: 28 marzo, 2023

La corteza motora es una región neocortical encargada de dirigir cada uno de nuestros movimientos. Esta se halla en el lóbulo frontal y la componen la corteza motora primaria, la corteza premotora y el área motora suplementaria.

En este artículo nos centraremos en la última de las mencionadas, revisaremos qué es, las partes que la componen, sus funciones y las alteraciones que sufriría producto de una lesión o de otro tipo de afectaciones.

Área motora suplementaria

El área motora suplementaria (AMS) ocupa el tercio posterior de la circunvolución frontal superior y coordina los movimientos posturales. Sus neuronas se proyectan hacia la médula espinal y puede desempeñar funciones importantes para el control directo de la movilidad. La actividad de esta es relevante no solo para iniciar acciones, sino también para prepararlas y supervisarlas.

La estimulación eléctrica del AMS produce elevaciones del brazo opuesto, desviaciones de cabeza y ojos, contracciones sinérgicas bilaterales de los músculos del tronco y de las piernas. La mayor parte de estos movimientos se describen como contracciones tónicas de tipo postural.

El AMS está compuesta por el área motora presuplementaria y se relaciona con el campo ocular suplementario. Entre los tres conforman el complejo motor suplementario (SMC) (Nachev, Kennard y Husain, 2008). Las características anatómicas y neurofisiológicas de cada uno son totalmente diferentes entre sí.

En comparación con las áreas motoras primarias, la SMC exhibe una mayor sensibilidad a las tareas en las cuales la acción tiene un rango más amplio y no están especificadas por el entorno externo inmediato. La afectación del conjunto podría interferir en la comisión y omisión de las acciones.

Hombre mira al frnte en el campo y levanta los brazos
Mover los ojos, desviar un poco la cabeza, alzar los brazos y muchísimas otras acciones son generadas por el AMS.

Funciones del área motora suplementaria

El AMS está involucrada en la preparación, iniciación y monitoreo de movimientos complejos; mientras que los movimientos sencillos los mide la activación del área motora primaria y de la corteza sensorial. Las acciones complejas también están influenciadas por estas dos regiones, solo que con el componente adicional de la activación del AMS.

Mediante el estudio de circulación sanguínea, se ha observado que durante la ejecución de movimientos complejos el flujo aumenta en el área motora primaria y se extiende a la suplementaria. Sin embargo, cuando esa misma secuencia solo se ejecuta mentalmente, incrementa el flujo sanguíneo solamente en el AMS.

En las investigaciones realizadas con resonancia magnética funcional (RMF) y con tomografía de emisión de positrones (PET) se halló una participación significativa del AMS en el control e inicio del movimiento y las secuencias de tareas. Asimismo, precisaron que esta área no es solamente una región exclusiva para moverse, sino una parte mixta sensoriomotora, aunque su función primordial es la motora. En otros procesos en los que interviene esta área son:

  • La coordinación bimanual.
  • Recepción de estímulos sensoriales.
  • Recuperación y repetición de tareas aprendidas.
  • El aprendizaje motor de secuencias de movimientos.
  • Actúa como vínculo entre el sistema límbico y el aparato motor.
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Al lesionarse el AMS es probable que algunos movimientos que impliquen rápidas velocidades resulten afectados de forma permanente.

Alteraciones del AMS

El síndrome del AMS es una consecuencia de su resección o lesión. Se manifiesta como una hemiplejia contralateral en los primeros días después de la afección.

En lo visible, quienes la sufren presentan una severa reducción de la actividad motora espontánea contralateral, parálisis facial y reducción del habla espontánea. El movimiento involuntario de las extremidades es normal, pero no durante el uso voluntario. Al síndrome lo pueden acompañar hemiataxia, hemiapraxia, heminegligencia, hiperreflexia e hipertonicidad.

La recuperación del movimiento acostumbra a ser completa en 11 días después de la resección de la AMS. Los movimientos finos quizás demoren alrededor de 2 a 6 semanas en recuperarse. Las tareas complejas que requieren de habilidades especiales, así como los movimientos que se ejecutan a rápidas velocidades, podrían afectarse de manera permanente. Se incluyen las siguientes secuelas a largo plazo:

  • Alteraciones de los movimientos finos con las manos.
  • Afectaciones en los movimientos finos alternados de ambas manos, sobre todo en tareas complejas que requiere de ejecuciones rápidas o de grandes destrezas.

En las lesiones del AMS también se ha detectado la aparición del síndrome deficitario de lenguaje, evidenciando las condiciones planteadas a continuación:

  • Ecolalia.
  • Parafasias.
  • Lenguaje hipofluente.
  • Lenguaje telegráfico.

En síntesis, el AMS es una región cortical importante para la planificación, el inicio y la supervisión de los movimientos. Aunque sus funciones no están definidas claramente y se barajen múltiples roles, esta región es central para la continuidad de acciones complejas y para la coordinación de los movimientos manuales.


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