Edward T. Hall y el estudio del espacio personal

Edward T. Hall y el estudio del espacio personal
Sara Clemente

Escrito y verificado por Psicóloga y periodista Sara Clemente.

Última actualización: 30 abril, 2018

Seguramente habrás escuchado alguna vez la expresión “necesito mi espacio personal”. A menudo, tendemos a asociar esta frase con la incomodidad y el agobio generados por estar demasiado próximos a otra persona. Tan cerca, que a veces ahogamos al otro sin darnos, debido a la invasión de su espacio personal.

Al igual que los gestos corporales o las expresiones faciales transmiten una gran cantidad de información, el espacio físico que hay entre las personas también puede ser una fuente comunicación muy valiosa. En este sentido, Edward T. Hall, a mediados del pasado siglo XX, profundizó en la medición y la descripción de las distancias físicas entre las personas cuando estas interactúan y sacó algunas conclusiones interesantes en las que profundizaremos a continuación.

Todos necesitamos esa esfera propia en la que poder decidir cómo y cuándo compartir nuestro entorno y con quién queremos hacerlo.

El origen de su estudio

El antropólogo estadounidense Edward T. Hall (1914-2009), a comienzos de la década de los años 60, manifestó su interés por la influencia de la distribución espacial en las interacciones entre especies animales. Así, basado en los estudios y los modelos etológicos de Konrad Lorenz y Thomas Henry Huxley, dio origen y sentido a la conocida disciplina de la proxémica.

El término proxémica procede del latín proximus (cerca) y ximus (más, en el sentido de máximo) y se refiere al estudio de la organización del espacio en la comunicación lingüística. Se encarga de estudiar la distancia física entre las personas y su significado en las interacciones. Es decir, la proxémica profundiza en la utilización y la percepción que tienen los individuos de su propio espacio físico, su intimidad personal y de cómo y junto a quien lo emplean.

Personas en círculo para representar el espacio personal entre ellas

Distancias sociales de Hall

Gracias a sus investigaciones y observaciones, Hall dedujo que la distancia social que existía entre las personas, correlacionaba con la distancia física que guardaban. De ahí, identificó y explico 4 tipos de distancias o subcategorías distintas de espacio personal. Son las siguientes:

  • Íntima: entre 15 y 45 centímetros. Apenas un palmo de distancia, este es el tipo de espacio reservado a las personas con las que se goza de mayor intimidad y confianza. A menudo, las personas que mantienen este tipo de distancia entre ellos se caracterizan por tener una relación sentimental o emocional como las familias, los amigos muy íntimos o las parejas. Esta cercanía permite que la comunicación se pueda realizar mediante la mirada, el tacto o el roce; por lo que son frecuentes los abrazos, los susurros o las caricias. La zona inferior a esos 15 centímetros del cuerpo, es la llamada íntima privada.
  • Personal: la distancia aumenta desde los 46 hasta los 120 cm. Es la que existe si estiramos nuestro brazo. Este tipo de espacio personal es el que se mantiene durante ciertas reuniones de trabajo, conversaciones entre compañeros, charlas, meetings o fiestas. Cuanto más cerca esté la otra persona, más indicativo será de comodidad o intimidad de la relación que se mantiene.
  • Social: se incrementa hasta los 360 centímetros y se pone en práctica con extraños. Es la distancia que mantenemos cuando vamos a tratar con desconocidos o personas con las que no tenemos ningún tipo de relación de amistad. Por ejemplo, con dependientes, clientes, proveedores, nuevas compañeros de trabajo, obreros…
  • Pública: se extiende más allá de los 360 centímetros y no tiene límite. Es la ideal para dirigirse a un grupo de personas. Se da en conferencias, coloquios frente a un auditorio, clases de estudiantes, presentaciones de trabajo y charlas. Además, puede requerir de otro tipo de habilidades sociales y de un aumento del tono de voz.

Los entornos de acción

Hall no solamente prestó atención a las distancias como tal, sino a la finalidad de la interacción. Así, gracias a sus observaciones naturales y estudios rigurosos, y en función de su objetivo, fue capaz de identificar 4 zonas de espacio proxémico o ratios de acción:

  • Público: la distancia entre los presentes no tienen ninguna función definida, sino que desempeña un papel arbitrario. Este tipo de zonas son los espacios sociales tales como la calle, los aeropuertos o el campo.
  • Habitual: aunque tiene un carácter público en el sentido de que el acceso a este espacio es libre, presenta una peculiaridad. En estas zonas, como pueden ser las discotecas, el cine o los conciertos, la distancia física entre dos personas puede verse acortada a escasos centímetros. Esto se permite porque la interacción está teniendo lugar en un espacio compartido.
  • De interacción: se da en lugares donde cada uno de los interlocutores desempeña un papel determinado. Es decir, en los centros médicos, colegios, supermercados…
  • Corporal: se refiere al espacio personal de carácter íntimo, únicamente permitido a personas con las que se goza de una gran confianza. Es infranqueable para el resto de sujetos.
Hombre dando una conferencia

Cultura

Por último, Edward T. Hall también tuvo en cuenta otra clasificación: la del espacio fijo, ese marcado por fronteras entre países o barreras inamovibles y el semifijo. Este último es el existente alrededor del cuerpo y varía dependiendo de la cultura en la que estemos enmarcados.

De ahí que concluyera que el espacio personal que necesita cada uno de nosotros para sentirse a gusto puede variar de una cultura a otra y ha de ser tenido igualmente en cuenta. Así, cada una de ellas mantiene diferentes estándares de espacio interpersonal. Por ejemplo, las personas de culturas latinas se sienten mejor de pie y cerca el uno del otro. Sin embargo, los de América del Norte tienen preferencia por la distancia personal.

El conocimiento sobre este tipo de particularidades culturales ayuda a mejorar la comunicación entre personas de distintas procedencias. Además, contribuye a erradicar posibles incomodidades generadas por desconocimiento de las necesidades de espacio personal de cada sujeto.

No obstante, también es necesario considerar que este tipo de distancia física puede depender de otros factores. Por ejemplo, de las características propias de cada uno, atendiendo a sus circunstancias personales, sociales y preferencias.


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