Schadenfreude: la alegría por el mal ajeno

Schadenfreude: la alegría por el mal ajeno
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Última actualización: 07 noviembre, 2022

Decía Napoleón I que “la envidia es una declaración de inferioridad”. Sin embargo, si a quien le llegan las dificultades es alguien que te ha hecho daño o simplemente te desagrada es posible que te alegres. ¿Es inferioridad o envidia? No, según la ciencia, es Schadenfreude.

Es más, es hasta cierto punto “normal y natural” sentir algo de alegría frente a ciertas desgracias ajenas. De hecho, eso es exactamente lo que significa esta palabra alemana que define esta curiosa sensación que hoy nos ocupa. Descubramos más sobre ella.

“Si hubiera un solo hombre inmortal sería asesinado por los envidiosos”.

-Chumy Chúmez-

Qué es Schadenfreude

Como hemos dicho, este término alemán es una palabra compuesta de dos que, unidas, significan alegría por el daño (daño=schaden y alegría=freude). Pero, ¿es normal y positiva esta sensación?

La verdad es que sus connotaciones pueden sonar a malicia, envidia o inferioridad. Sin embargo, no necesariamente denota maldad ni malas intenciones por la persona que la siente. De hecho, si el mal le ocurre a una persona que no cae bien o se portó mal con uno mismo, la sensación estaría relacionada con un sentimiento de restablecimiento del orden natural, volviendo de alguna manera al equilibrio.

Dientes riéndose de otros

Por otro lado, hablamos de una reacción que podríamos etiquetar como natural. Se debe a que nuestro cuerpo segrega dopamina, el neurotransmisor que se relaciona con la recompensa y el placer. Así que ver ‘sufrir’ a “alguien desagradable” para nosotros tiene este ‘premio’.

No obstante, el psicólogo e investigador Agustín Ibáñez, del Centro de Neurociencia de la Universidad Adolfo Ibáñez, considera esta sensación como parte de las emociones humanas morales. Es decir, estaría relacionada con la comparación social con otros y la valoración que hacemos de los demás. En esto difiere el Schadenfreude del miedo, por ejemplo, o la tristeza o a la alegría.

¿Por qué se produce el Schadenfreude?

Siguiendo en esta línea, hay razones particulares por las que se da este cierto bienestar ante el mal ajeno. Como vamos a ver, no hay nada de negativo en ello, siempre que se quede en esa reacción natural ante estas situaciones y no haya una participación directa en que este mal se perpetúe.

Alivio

Estas situaciones nos producen cierto alivio. Es decir, si el mal le pasa a otra persona, significa que no nos pasa a nosotros.

Así que, aunque le pase algo a una persona desconocida, como que se tropiece o le caiga agua de un balcón, sabemos que pudimos ser nosotros y no somos. De hecho, es posible que no solo sintamos alivio, igual hasta nos produce risa si encontramos algo de cómico en lo acaecido.

Envidia

Por desgracia, no solo el alivio es una de las razones de este bienestar pasajero. También la envidia, especialmente en la gente que lo es por naturaleza, es uno de los motivos.

Así, el hecho de que alguien no cuente con un recurso que necesita y que al pedírselo a otra persona, que sí lo tiene -o que piense que sí lo tiene-, su petición fracase, puede ser motivo más que suficiente para que se sienta bien por el mal ajeno. Por otro lado, en relación con la envidia también podría darse la situación de ‘yo no lo tengo, pero el otro tampoco’, por ejemplo. De este modo, la carencia en el otro aliviaría el sentimiento de inferioridad.

“¿Qué es un envidioso? Un ingrato que detesta la luz que le alumbra y le calienta”.

-Victor Hugo-

El silencio de los envidiosos está lleno de ruido

Autoestima baja

También la baja autoestima puede motivar la aparición de este fenómeno. De hecho, diversas investigaciones aclaran que esta situación de ver el mal ajeno que no atañe a uno puede servirle para ganar en confianza en sí mismo.

No obstante, también podría servir como acicate para perder confianza, ya que solo se dan cuenta de que otros son igual de desgraciados que ellos. Es decir, les sirve para afirmarse en su situación, aunque por un momento sienten cierto alivio de no sentirse únicos en su desgracia.

Venganza

No podía faltar la venganza. Cuando alguien nos hace mal, si luego le sucede algo negativo, podemos llegar a sentir que ha recibido su justo castigo, casi como si se tratase de justicia divina.

Este hecho puede darse en diferentes contextos. Es decir, se podría producir en algo cotidiano entre amigos, compañeros de trabajo e incluso familiares no del todo bien avenidos, pero también en situaciones más traumáticas, incluso delictivas. ¿Has sentido alguna vez Schadenfreude? ¿Te alegra el mal ajeno de otras personas que no te quieren bien o no te gustan? Si es así, ya sabes que es algo normal, que no eres un monstruo por hacerlo ni peor persona. Es una emoción natural, de manera que, como con todas, escuchemos lo que nos quiere decir y regulémosla para que con su energía no tome el control de lo que hacemos o pensamos.


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