Tres pautas para incrementar tu carisma

La buena noticia, si quieres incrementar tu carisma, es que cuentas con la posibilidad de hacerlo. Se trata de una habilidad que se cultiva internamente y que en el exterior nos abre muchas puertas. De ahí que la inversión merezca la pena.
Tres pautas para incrementar tu carisma
Elena Sanz

Revisado y aprobado por la psicóloga Elena Sanz.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 15 diciembre, 2021

Incrementar el carisma siempre es posible. De hecho, quienes lo tienen y lo ostentan no nacieron con esa habilidad, sino que, quizás sin darse cuenta, la han ido aprendiendo y desplegando a lo largo de sus vidas.

Hablamos de es esa habilidad para generar una impresión positiva en los demás y dejar huella en los otros, incluso si no se tiene contacto directo con ellos. Se trata de una cualidad sutil por la cual alguien llama la atención y genera credibilidad y aceptación con su actitud.

Con frecuencia, d etrás de esta habilidad hay un mundo interior muy activo. Este se refleja en la manera de decir, de hacer y de comportarse en el plano social. Genera un efecto en los otros, sin proponértelo, y facilita el flujo de las relaciones con los demás. Suena maravilloso, pero ¿cómo se desarrolla esa habilidad? ¿Cómo incrementar tu carisma? Enseguida te damos algunas ideas para ello.

Carisma es el nombre elegante dado a la habilidad de darle a la gente toda su atención”.

-Robert Brault-

Personas hablando de negocios

1. Invertir en uno mismo, una pauta para incrementar tu carisma

Para incrementar tu carisma debes invertir  en ti mismo. Cuando hablamos de inversión nos referimos al significado clásico de esa palabra, pero también a la dimensión simbólica de este acto. Así que el tema tiene que ver principalmente con lo interno, pero debe verse reflejado en lo externo.

Invertir en ti quiere decir, primero que todo, dedicarte tiempo. Esto es, tiempo para estar contigo mismo, para observarte, pensar en ti, hacerte consciente de tus necesidades y realizar prácticas de autocuidado. Parece obvio, pero en realidad son muchas las personas que pasan la mayor parte de su tiempo pensando en todo, menos en ellos mismos.

Esa inversión también implica cuidar de tu aspecto, lo cual no quiere decir vestirte a la moda, o realizar rituales de belleza. Más bien supone atender a la forma como te ves y personalizarla. Vestirte como te gusta, llevar el cabello como lo prefieres, tener los accesorios que te identifican. Es otro punto que parece obvio sin serlo: la mayor parte de la gente trata de verse como los demás.

2. Mejorar la opinión sobre lo propio

Para incrementar tu carisma es esencial que tengas una buena opinión de ti mismo; si no en todo, sí en aspectos concretos. En realidad, no toda persona plenamente segura de sí misma tiene carisma, ni toda persona con inseguridades carece de él. Esta cualidad va más allá de eso.

Las personas carismáticas tienen convicciones profundas en algunos aspectos, aunque no las tengan en todos. Esas creencias firmes terminan proyectando una luz indefinible que le otorga ese halo especial a quienes las tienen. Ese brillo es también la semilla del carisma.

Las convicciones sobre lo que se es, lo que se piensa o lo que se siente hacen que alrededor de una persona se genere una atmósfera de confianza y de calidez. El trabajo comienza dentro y termina siendo perceptible afuera.

Así que mejorar la opinión sobre lo propio comienza precisamente por conocerte y saber en qué crees. No basta con eso, es necesario que te comprometas con esas convicciones para que terminen siendo una de tus fortalezas y se conviertan en una vía para incrementar tu carisma.

Hombre pensando muy serio

3. Trabajar la mirada

El lenguaje corporal comunica mucho más que la palabra misma, porque es más espontáneo y nunca se deja calcular del todo. Siempre estás hablando con el cuerpo y, en particular con la mirada. Los mensajes que cada persona transmite muchas veces no logran racionalizarse, pero a fe que se sienten.

Una mirada evasiva, por ejemplo, da a entender que se está ocultando algo o que una persona se siente avergonzada. En el extremo opuesto está la mirada fija, que usualmente comunica un mensaje de desafío o agresividad. La mirada franca y natural es una mirada atenta, receptiva al otro y a la vez afable.

La mirada no se deja calcular, por lo que en este caso también se trata de trabajar lo que hay dentro para que se refleje fuera. Observa la forma como miras a los demás y trata de identificar lo que dicen tus ojos al hacerlo. De seguro puedes encontrar valiosas pistas sobre la forma como te estás relacionando con los demás.

Incrementar tu carisma puede ayudar a ampliar y mejorar las relaciones con los demás. También contribuye a que logres ser más influyente y persuasivo con quienes te rodean. El secreto para ser más carismático está en ser cada vez más auténtico y confiado en quién eres y cómo eres.


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  • Molero, F. (1995). El estudio del carisma y del liderazgo carismático en las ciencias sociales: una aproximación desde la Psicología Social.
  • Revista de psicología social
  • 10
  • (1), 43-60.

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