4 beneficios psicológicos de dormir la siesta

Dormir la siesta es una acción que te puede traer más beneficios de los que te imaginas. Descubre más información sobre esta particular forma de recargar energías en este texto.
4 beneficios psicológicos de dormir la siesta
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Última actualización: 14 septiembre, 2023

La siesta es algo que muchas personas practican, normalmente, tras las comidas. Después de habernos levantado temprano si queremos aguantar despiertos hasta la noche, a veces, tenemos que echarnos la siesta. Esta nos cargará de energía para seguir afrontando el día de forma productiva.

Cuando vayan mal las cosas como a veces suelen ir, cuando ofrezca tu camino solo cuestas que subir, cuando tengas poco haber pero mucho que pagar y precises sonreír aun teniendo que llorar, cuando ya el dolor te agobie y no puedas ya sufrir, descansar acaso debes ¡pero nunca desistas!

~ Rudyard Kipling ~

A pesar de esto, muchas personas se niegan a dormir la siesta o la evitan pensando que van a «perder el tiempo». Lo que no saben es que, además de cargar nuestras energías, la siesta tiene muchos beneficios psicológicos que desconocen. ¿Quieres descubrirlos? Continua leyendo.

1. Estar más alerta

Mujer durmiendo la siesta
Tras una larga mañana de trabajo, nuestro rendimiento se ve reducido. Pensamos de forma más lenta, no tenemos tantos reflejos, bostezamos… En definitiva, nos encontramos en un estado de cansancio que reduce nuestro estado de alerta.

En determinadas profesiones, estar alerta o no es de gran importancia. Un piloto de avión, un conductor o en cualquier trabajo que se requiera «estar bien despiertos» es muy importante no caer en la somnolencia o quedarse dormido.

Una siesta no solo nos vuelve más alerta, sino que somos más conscientes de nuestro entorno haciéndonos más productivos.

¿Te imaginas un militar que no esté alerta? ¿O un profesor que no pueda mantenerse atento? En estas y muchas más situaciones, es necesario estar bien despierto, por lo que las siestas deberían ser más que obligadas.

2. La siesta mejora la memoria

A veces, dormimos mal por la noche, lo que provoca que estemos más cansados de lo habitual. Esto afectará a nuestra memoria, queramos o no. Por eso, una buena siesta que nos haga descansar bien resultará beneficiosa para nuestra memoria.

Y la siesta no solo nos carga de energía, sino que aumenta la actividad cerebral. Esto, además de mejorar nuestra memoria, ¡aumenta nuestra creatividad! Pero, para ello, no debemos escatimar en la siesta. ¿Qué queremos decir con esto?

Lo normal es dedicar de 10 a 20 minutos a dormir una siesta. Pero, a veces, nuestro cuerpo necesita algo más. Depende de la persona y de lo que le cueste conciliar el sueño. Para que la creatividad se vea aumentada, debemos dormir lo que consideremos oportuno para un buen descanso. ¿Te lo podrás permitir?

3. Estado de ánimo positivo

Mujer echándose la siesta
Dormir mal y encontrarnos cansados durante todo el día puede ocasionar que nos volvamos algo irritables. Por ello, una siesta nos vendría bastante bien. Si te encuentras irritado y todo te molesta, prueba a dormir la siesta. Te mejorará el carácter.

Es más, una siesta puede volverte más productivo. A través de ella, esa pereza que acompaña al cansancio se va para dar paso a una persona activa, con ganas de trabajar y de «ponerse en marcha». No hay mejor taza de café que una buena siesta.

La pereza no es más que el hábito de descansar antes de estar cansado.

~ Jules Renard ~

4. Elimina el estrés

Además de un mejor ánimo, que te hará ser más productivo, una buena siesta disipará el estrés que puedas padecer. Sabemos que ante el estrés del trabajo lo mejor es apartarnos, dar un paseo, distanciarnos, etc.

Sin embargo, a veces, esto no es suficiente. Nuestra cabeza sigue pensando en el trabajo y no logramos dejar de pensar en el. Por eso mismo, una siesta puede hacer que te olvides de ese estrés que te aborda y te bloquea.

Pero, ¿qué ocurre si no puedes dormir? No te frustres ni te levantes para volver a tus actividades. Mantén los ojos cerrados durante unos minutos aunque no puedas conciliar el sueño. Tan solo con este gesto ¡ya estás descansando! Aunque no lo parezca, estás disminuyendo tu ansiedad y los nervios.

¡No dejes pasar los beneficios de la siesta!

Y tú, ¿duermes la siesta? Si es así, ¡enhorabuena! Fíjate en todos los beneficios que hay para tu memoria y tu rendimiento. Si aún no la practicas, puede ser que no te haga falta. Pero, en cuanto te sientas irritable, agotado o perezoso ¡pruebala! Esta hará que, durante lo que queda de día, puedas ser más productivo.


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