Cisne negro: bailando con la psicosis

Cisne Negro es un reflejo de la psicosis en clave de thriller y embellecido por el ballet; es una película que nos sumerge en el mundo de Nina y sus trastornos mentales.
Cisne negro: bailando con la psicosis
Leah Padalino

Escrito y verificado por la crítica de cine Leah Padalino.

Última actualización: 15 diciembre, 2022

Cisne Negro fue una de las películas más aclamadas del año 2010. Se trata del film que hizo que Natalie Portman consiguiera el Óscar a la mejor actriz y que ocasionó fuertes polémicas con su doble. La doble de Portman argumentaba que el Óscar no era merecido porque era ella la que bailaba la mayor parte del tiempo; el director, Darren Aronofsky, aplaudió la labor de Portman y dijo que únicamente fue reemplazada en las escenas más difíciles.

Dejando a un lado esta polémica, merecido o no el Óscar, Cisne Negro nos regala un ballet en la gran pantalla, un thriller psicológico de la mano del Lago de los Cisnes. Natalie Portman deslumbra en todos los aspectos, pues su papel es mucho más que una bailarina, es un personaje complejo con trastornos mentales que irán siendo más visibles a medida que se acerca la fecha de estreno del ballet.

Portman logra un personaje realmente convincente, que nos cautiva desde los primeros instantes; no olvidemos que la actriz se graduó en Psicología en la Universidad de Harvard y, probablemente, estos conocimientos le sirvieron para preparar el papel. Dicho esto, profundicemos en la trama de esta gran producción y analicemos sus aspectos psicológicos.

Descubriendo a Nina

La trama gira en torno a Nina, una joven bailarina que vive con su madre y trabaja para una compañía de ballet; la cual quiere abrir la temporada con una versión renovada del Lago de los Cisnes.

Nina desea conseguir el papel principal y lo logra, ya que es una bailarina muy disciplinada, metódica y exigente. Sin embargo, el personaje requiere un lado más alocado y salvaje. La película irá de la mano con el ballet y, de forma magistral, nos sumergirá en la personalidad y los trastornos de la protagonista.

La personalidad de Nina se nos va descubriendo a medida que avanza la película. Ella vive sola con su madre, quien también había sido bailarina pero no logró el éxito de su hija y lo dejó todo para cuidarla. De su padre no sabemos nada, por lo que su madre la ha criado sola y es extremadamente protectora con ella.

Bailarina entrando

Nina tampoco tiene amigos, simplemente se relaciona con sus compañeros del ballet. Al adentrarnos en su habitación, nos encontramos con un espacio muy infantil, en tonos pálidos y decorado con infinidad de peluches, parece la habitación de una niña, de alguien que todavía no ha crecido.

Una joven sobreprotegida por su madre

Esta habitación es un reflejo del mundo de Nina, una joven muy dependiente, controlada por su madre que todavía no ha alcanzado la madurez.

Su madre es quien le ha inculcado la pasión por el ballet y, posiblemente, también haya proyectado todas sus frustraciones en ella. De este modo, Nina le hace ver que ella jamás llegó tan lejos como su hija, algo que se convierte en motivo de conflicto entre ambas.

Asimismo, Nina nunca ha desobedecido a su madre, siempre ha vivido extremadamente controlada y nunca ha tenido la capacidad de decidir por sí misma. Además, está obsesionada con la perfección y hará todo lo posible por lograrla, aunque le cueste la salud. En consecuencia, la protagonista desarrolla una compleja personalidad, caracterizada por alucinaciones, delirios y autolesiones.

Su madre conoce bien estos problemas, por lo que le controla los arañazos de la espalda, le corta las uñas para que no se haga daño y vigila si pasa demasiado tiempo en el baño.

En suma, Nina no ha sido una chica feliz, no ha tenido un desarrollo sano; su madre la ha sobreprotegido, pero también ha proyectado sus frustraciones en ella. Todo ello ha hecho que Nina sea una persona emocionalmente inestable. Por tanto, cuando la compañía le ofrece el papel principal de la obra, su personalidad empieza a tambalear y a disociarse.



Cisne Negro, un baile peligroso

El Lago de los Cisnes cuenta la historia de Odette, una princesa que fue convertida en un cisne blanco por un hechizo, para poder romperlo, necesita el amor de un príncipe; amor que finalmente no logra porque se interpone su rival: el cisne negro.

La compañía de Nina decide reinventar un poco la historia y decide que el rol de ambos cisnes recaiga sobre una misma persona. Ahora bien, N ina parece encajar a la perfección en el papel del cisne blanco, pero no en el negro, pues le falta espontaneidad y es demasiado disciplinada.

Entonces, a Nina le surge una rival, otra de las bailarinas de la compañía: Lily; quien es una joven indisciplinada y despreocupada que encaja perfectamente en el rol del cisne negro. A partir de allí, la personalidad de Nina se irá desestabilizando, comenzará a obsesionarse con su rival y a sacar a la luz su cara más inestable y oscura.

Bailarina mirándose en espejos

A medida que nos adentramos en el ballet y conocemos a los principales personajes, la personalidad de Nina se irá disociando, a tal punto ni siquiera ella será capaz de reconocerse, ni de diferenciar lo real de lo soñado.

En este film, los espejos jugarán un papel importante en la película, ya que nos presentan las distorsiones que aprecia Nina, las confusiones y los momentos más críticos de la película. Por su parte, Nina carece de figura paterna y su madre es absolutamente controladora, lo que ha contribuido al desarrollo de un trastorno de personalidad.

La llegada de la rivalidad y de la búsqueda por ese lado oscuro que requiere el papel harán que Nina comience a mostrar los primeros síntomas de psicosis. Nina entablará una lucha interna con los dos cisnes que viven en su interior, mientras, la relación con su madre y con su entorno será, cada vez, más difícil.

La otra cara del ballet

Además de las exigencias del papel y de la rivalidad con Lily, Nina deberá enfrentarse a una cara menos amable del ballet y del mundo. Nunca había tenido un papel tan importante como este y, como consecuencia, no era consciente de la oscuridad que la rodeaba.

En su salida nocturna con Lily, vemos que Nina tiene un total desconocimiento del mundo nocturno y de las drogas. Al no haberse expuesto nunca a estas situaciones y haber estado siempre bajo la protección de su madre, Nina es incapaz de controlarse, de decidir por sí misma y de saber qué es lo mejor para ella.

Por otro lado, dentro de la propia compañía, vemos que las relaciones tampoco son del todo sanas. Las bailarinas son reemplazadas cuando llegan a una determinada edad, la rivalidad está presente en cada una de ellas y son capaces de cualquier cosa con tal de conseguir un papel.

Además, los hombres más poderosos, como el director de la compañía, pueden abusar y presionar a las bailarinas. Algo que nos recuerda al movimiento Me Too que se está llevando a cabo en el mundo del cine actualmente.

Bailarina de ballet haciendo de cisne negro

El personaje de Nina presenta también una gran similitud con Norman Bates, protagonista de Psicosis, especialmente, en su relación con la madre. La sobreprotección y la oscuridad del mundo del espectáculo llevan a Nina al desequilibrio, a la inestabilidad y a la autodestrucción.



¿Qué trastorno mental padece Nina?

Un posible diagnóstico para Nina sería el Trastorno Identidad Disociativo (TID), un tipo de psicosis anteriormente conocida como personalidad múltiple.

Dicho trastorno se caracteriza por la presencia de dos o mas personalidades distintas, donde cada una puede tener un nombre, historia y características personales propias. Suele presentarse como reacción a situaciones traumáticas, como una mecanismo que evita que la persona reviva los malos recuerdos.

En el TID uno o mas aspectos de la personalidad, que resultan disruptivos para el yo, son escindidos de la consciencia. De esta forma, dos personalidades pueden convivir y actuar de forma independiente dentro de la misma persona.

En el caso de Nina, una parte de su personalidad suele tener un grado de elaboración y autonomía mayor (el cisne blanco); mientras que la otra se mantiene en la sombra (cisne negro), pero surge de forma inesperada. En otras palabras, la película refleja la dualidad de la protagonista de la siguiente manera:

  • El cisne blanco es la personalidad aparentemente normal. Es decir, una joven funcional, obediente y disciplinada que hace ballet y charla con su madre.
  • En cambio, el cisne negro representa la personalidad que han sido apartada de la consciencia por ser peligrosa y estar cargada de emociones dolorosas como la rabia, la tristeza o el terror (todas ellas asociadas al trauma). Normalmente esta personalidad se da de manera explosiva y repentina.

Dicho esto, podemos asumir que el trauma de Nina está asociado con su historia familiar. Cuya madre deposita sus frustraciones en ella y evita que Nina despliegue su propia personalidad.

Por tanto, Nina ha tenido que escindir en su psique aspectos de su personalidad que considera negativos, como son la desobediencia, la rabia y la sexualidad. Reprimiendo así una gran parte de sus emociones y forma de ser.

Por desgracia, estos elementos reprimidos no son eliminados de la mente. Al contrario, quedan atrapados en el inconsciente, esperando hacer de las suyas cuando cuando hay una fuerte situación de estrés, la cual desestabiliza el sistema psíquico de la persona. En el caso de Nina, ese momento fue cuando recibió el papel protagónico de la obra.

En suma, Cisne Negro es un reflejo de la psicosis; donde una joven queda atrapada en una delirante búsqueda de la perfección. Una perfección que admiran los espectadores, pero de la que desconocen su sendero. El resultado es perfecto, pero el camino estaba lleno de espinas.

“La única persona en tu camino eres tú. Es hora de dejarla ir, piérdete”.

-Cisne Negro-


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