¿Cómo influye el entorno en el comportamiento?

La influencia del ambiente que rodea a un sujeto debe ser tenida en cuenta a la hora de analizar su personalidad. Descubre en este artículo cuáles son esos factores del entorno que repercuten en el comportamiento.

Escrito y verificado por la psicóloga Sara González Juárez.

Última actualización: 28 julio, 2023

A quien te diga que somos víctimas de nuestra herencia genética, dile que está equivocado. Aunque esta tenga una influencia innegable en el comportamiento, el papel del entorno es moldeador e imposible de ignorar. Sin su influencia, nuestra capacidad de adaptación sería inexistente.

Desde el momento en el que llegamos a este mundo, estamos expuestos a una variedad de factores que nos influyen y nos cambian a lo largo de toda la vida. En este artículo te ofreceremos los más importantes con sus principales características. ¡No te lo pierdas!

¿Qué factores del entorno influyen en nuestro comportamiento?

Desde el lugar en el que se nace hasta cada persona que pasa por nuestra vida dejan una huella en nuestras emociones y pensamientos, así como en nuestras decisiones y acciones. A través de la psicología social se aprecia esto y se profundiza en su conocimiento, lo que ha permitido descubrir varios factores como los que exponemos a continuación.

1. Cultura y valores sociales

El profundo efecto que tiene la cultura de una sociedad en la conducta de los individuos que la conforman es algo que no se puede contradecir. Las normas, valores y costumbres de cada una de ellas se internalizan desde la infancia, lo que moldea una personalidad ajustada a dichos aspectos, la cual mantiene el funcionamiento del sistema.

Algunas culturas son más colectivistas, lo que lleva a una configuración de personas más preocupadas por el bienestar ajeno y la colaboración. Otras son más individualistas y fomentan la competitividad y la independencia de cada uno de sus miembros. Ambas son válidas, en la medida en que los miembros de la sociedad sean productivos y se mantenga la paz.

2. Presión social e influencia

En este apartado es imperante mencionar el experimento de Solomon Asch, quien mostró que las personas son propensas a cambiar sus respuestas para ajustarse a las opiniones ajenas. Estos resultados fueron significativos incluso en aquellas situaciones en las que el sujeto sabía que los demás estaban dando una respuesta equivocada.

Si bien algunas réplicas posteriores no han encontrado el resultado tan contundente de Asch, sí se ha confirmado esa tendencia a la conformidad. De ello se deriva el deseo innato de cada humano por sentirse integrado y evitar el conflicto con el grupo social.

3. El entorno físico

Con relación a los factores ambientales, se toman en cuenta aquellos que son literales, es decir, el ambiente físico de la persona. La estimulación sensorial (colores, sonidos, iconos, etc.) y la configuración del entorno de un individuo tienen un efecto directo en su personalidad.

Un ejemplo de ello son las horas de luz diarias. Por medio de un estudio divulgado en Nature Reviews Neuroscience, se corroboró que la exposición a la luz natural regula los ritmos circadianos e influye en la capacidad de aprendizaje y en el estado de ánimo.

Asimismo, en la revista Translational Psychiatry se sugirió que la interrupción de estos ritmos guiados por la luz altera también las regiones cerebrales relacionadas con la regulación emocional, lo que da lugar a una mayor inestabilidad.

4. Experiencias tempranas

En esta lista no se puede obviar la propia experiencia y, en concreto, aquella que acontece en los primeros años de vida. Durante la infancia, ese periodo donde la plasticidad cerebral nos convierte en esponjas de aprendizaje, las experiencias vitales toman una relevancia ineludible.

Bajo esta premisa, la teoría del apego de Bowlby afirma que las experiencias tempranas de los niños en la relación con sus padres producen patrones de personalidad en la vida adulta. En particular, el tipo de apego que se desarrolle (seguro, inseguro, evitativo o desorganizado) estará enlazado al estilo de crianza de los progenitores.

Según esta teoría, las personas se relacionan con los demás y con su entorno de una manera concreta, la cual depende del estilo de crianza de sus padres.

5. El estatus socioeconómico

No se puede ignorar que el nivel socioeconómico con el que se nace también tiene un impacto directo sobre el comportamiento. En muchos países, un nivel socioeconómico bajo expone a las familias y a los individuos a una gran cantidad de riesgos.

Por lo general, las oportunidades de prosperar son menores y existe una mayor tasa de abandono escolar y riesgo de adicciones, además de otras consecuencias que se exponen en un artículo publicado en Acta de investigación psicológica.

De este modo, los riesgos y opresiones que vive una persona debido a su estatus económico y social moldean varios aspectos de su comportamiento, como el afecto y la impulsividad.

La influencia del entorno en el comportamiento es inevitable

Como has podido comprobar, el entorno influye de manera directa en el comportamiento del individuo y, además, interacciona con su carga genética. Reconocer los comportamientos negativos y tratar de modificarlos es necesario para lograr la felicidad de los miembros de una sociedad, ya que esto garantiza la satisfacción vital y la salud de los mismos.

Por otro lado, reflexionar acerca de cuáles de estos factores nos afectan a nivel personal es de gran ayuda para elaborar planes contra la adversidad. Es un camino de autoconocimiento beneficioso para cualquier persona que quiera adaptarse a su ambiente de una forma óptima. No pierdas la oportunidad de analizarlo.