La irracionalidad racional: el poder de la sinrazón

La teoría de la irracionalidad racional muestra cómo las ideas y decisiones absurdas también obedecen a una lógica que, sin embargo, contradice los principios básicos de la razón. Curioso, ¿verdad?
La irracionalidad racional: el poder de la sinrazón
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 27 junio, 2022

La irracionalidad racional es un concepto propuesto por el economista Bryan Caplan para describir algo que ya se ha postulado desde varios enfoques de la psicología: el ser humano se comporta con altas dosis de sinrazón. Es decie, por contraste con lo que se plantea desde diferentes ámbitos, en gran medida no es la razón la que guía las acciones.

Lo particular del concepto de irracionalidad racional sugerido por Caplan es que las creencias y las conductas muchas veces se ven como irracionales, pero en el fondo sí tienen una lógica. No obedecen a la razón evidente, pero sí a otras formas de racionalidad.

En últimas, lo que prueba la irracionalidad racional es que los seres humanos convierten sus creencias  en argumentos, a veces contra toda evidencia. Ocurre en especial en el campo de la religión y de la política. Sin embargo, hay episodios en la historia de la ciencia a los que también se puede aplicar este concepto. Veamos esto más detenidamente.

El problema con la gente no es que no sepan, sino que saben muchas cosas que no son ciertas”.

-Josh Billings-

Mujer concentrada en el ordenador pensando

La irracionalidad racional

Bryan Caplan sostiene que hay dos tipos de racionalidad: epistémica e instrumental. La primera es la racional con “R” mayúscula: las creencias tratan de ajustarse a “la verdad” comprobable. Se eluden las falsedades y se mantiene la mente abierta a las nuevas evidencias. Si las pruebas contradicen las creencias, estas se abandonan.

De otro lado está la racionalidad instrumental. En este caso, dicho de una forma coloquial, se cree que es verdad aquello que le conviene a alguien que lo sea. No se trata de hipocresía u oportunismo. Simplemente, una persona, de forma natural, elige creer  en lo que desea que sea verdad, porque esto le facilita lograr sus objetivos.

Así pues, Bryan Caplan señala que la irracionalidad racional se configura cuando se presenta una tensión: la razón epistémica contradice a la razón instrumental  y viceversa. Esta es una circunstancia que no solo se produce de forma individual, sino también colectiva. Caplan indica que es más posible que esto tenga lugar cuando hay dos circunstancias:

  • Hay más preferencias que creencias. Ocurre cuando algo es muy atrayente y hace que las creencias queden en segundo plano. Por ejemplo, un género de pésima música se vuelve popular. Aunque esto es evidente, se le empieza a ver como bueno porque es masivo.
  • Sostener una creencia errónea no implica un alto coste. O sea que se puede seguir en el error, sin que haya consecuencias negativas para quien lo sostiene.

Irracionalidad no es doblepensar

La irracionalidad racional se confunde a menudo con el doblepensar, que consiste en que el individuo decide deliberadamente creer en algo que consideran falso. Por el contrario, la teoría que nos ocupa postula que las personas relajan sus estándares intelectuales cuando los costes de tener creencias erróneas son bajos.

Preferencias y creencias

¿Cómo es que las preferencias terminan tomando el lugar de las creencias racionales? El planteamiento de la irracionalidad racional sostiene que esto ocurre cuando aparecen nuevas creencias tan atractivas que relajan el criterio de verdad de las personas.

En general, sucede cuando se presenta una o varias de las siguientes condiciones:

  • Sesgo de interés propio. Creer en algo beneficia de forma personal a quien cree en ello, o al grupo con el que se identifica. Si alguien es vegano, tenderá a creer en lo que digan otros veganos, incluso si esto es descabellado.
  • Creencias por autoimagen. Se tiende a considerar más aquello que reafirme la imagen de uno mismo, o la que se quiere adoptar y proyectar. Si quiero verme valiente, creeré con más facilidad en todo aquello que me llame al arrojo, por tonto que sea.
  • Creencias por vinculación social. Se preservan las creencias que permiten mantenerse como parte de un grupo o acceder a un grupo al que se quiere entrar.
  • Sesgo de coherencia. Se cree más en las nuevas ideas que se ajusten a las ya existentes, aunque no haya evidencias que las avalen.
Muchas personas hablando

Creer en lo que se quiere creer…

La teoría de la irracionalidad racional plantea que muchas veces se cree en lo que se quiere creer, incluso si hay evidencias de que eso no es cierto. ¿Por qué? Las personas y los colectivos sacan algún beneficio de esa suerte de autoengaño no deliberado. Les satisface algún interés y por eso se mantienen en sus trece.

Esto tiene grandes implicaciones, sobre todo en el terreno político. Es claro que muchos pueblos eligen gobernantes inconvenientes y luego nadie se explica por qué. La teoría de la irracionalidad racional da cuenta de las razones por las cuales ocurre ese fenómeno.

En últimas, desde el punto de vista colectivo, vale más el peso de la atracción que el de las ideas. Esa es la razón por la que muchas veces se imponen colectivamente creencias descabelladas: ofrecen algo (un paraíso, una salvación, un bienestar único, etc.). Este se vuelve tan atractivo, que se renuncia a la razón.


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  • Caplan, B. (2001). Rational ignorance versus rational irrationality. Kyklos, 54(1), 3-26.
  • Contreras Medina, F. R. (2006). Estudio crítico de la razón instrumental totalitaria en Adorno y Horkheimer. IC Revista Científica de Información y Comunicación, 3, 63-84.
  • Sánchez Montilla, J. A. (2021). Preferencias musicales y creencias adolescentes: el sesgo sexista y romántico. Andalucía educativa.

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