La Tripofobia o el miedo a las figuras geométricas juntas

La Tripofobia o el miedo a las figuras geométricas juntas
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 14 septiembre, 2019

En “La Mente es Maravillosa” nos gusta presentaros curiosidades dentro del mundo de la psicología, siempre desde el respeto y bajo la perspectiva de que la mejor forma de hacer un mundo mejor, más comprensivo y más abierto es dándolo a conocer en toda su extensión y complejidad.

En este caso hablaremos de la Tripofobia. Es tan peculiar y controvertida, que la primera pregunta que podríamos hacer es ¿Existe realmente la Tripofobiao tan sólo es una sensación que no pasa de una simple animadversión?

¿Qué es la Tripofobia?

 

La Triptofobia o Tripofobia del griego Tripo-perforación y fobia-miedo, es el miedo o la repulsión por figuras geométricas muy juntas como hoyos o rectángulos pequeños. Panales, hongos, hormigueros, cabezas en las semillas de loto…son causantes de fobia en algunas personas que experimentan sudoración, taquicardia, naúseas, cosquilleo, picazón e incluso ataques de pánico.

¿Por qué es tan controvertida la Tripofobia?

 

Lo cierto es que la Triptofobia no está reconocida en el DSM, el Manual de Diagnóstico de enfermedades mentales por excelencia, utilizado como referencia en el mundo entero. Por otro lado Antonio Cano, Presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la ansiedad y el estrés afirma que no ha visto ni un sólo caso de Triptofobia en sus 30 años de experiencia como psicólogo…

Sin embargo, Arnold Wilkins y Geoff Cole han sido los primeros en estudiar la Tripofobia; afirman en un estudio publicado en “Psychological Science” que “podría ser el resultado de una función visual evolutiva, que se desarrolló durante la evolución humana, relacionada con algunos animales venenosos. Por este motivo, es diferente a las otras fobias, que se basan en el componente cultural aprendido”.

Por otro lado hay que decir que muchas personas confunden la Tripofobia con la dermatofobia o la fobia a las infecciones, erupciones o lesiones cutáneas, que tienen lugar en el área de los ojos y que puede provocar cierto miedo, asco o repulsión.

Te ofrecemos este vídeo para que tú decidas si las imágenes corresponden o no a la Tripofobia…

 

Las fobias

 

Lo cierto es que muchos expertos aseguran que todos tenemos al menos una fobia. De hecho existen unas 250 fobias descritas en la literatura científica, algunas realmente llamativas para el ser humano, curioso por naturaleza.

Por ejemplo, la Helmintofobia o el miedo a los gusanos, la Tremofobia o el miedo a los temblores, la Anginofobia o el miedo a atragantarse… sea como sea solo un especialista es quien mejor puede diagnosticar cuando se sufre de fobia y como intentar paliarla o aminorarla.

 

¿Pero cuando podemos detectar nosotros mismos que tenemos una fobia? y ¿ Por qué aparecen?

 

1. Cuando nuestro temor es muy acusado y persiste en el tiempo.

2. Cuando evitamos nuestro temor. Por ejemplo jamás nos subimos al ascensor, preferimos las escaleras; nunca cogemos el avión optamos por el barco o el coche; no vamos a casa de amigos que tienen animales que nos asustan de una forma desmedida como los perros de gran tamaño o pierdes un trabajo por el miedo al cambio.

 

Las fobias pueden aparecer por distintas causas:

 

1. Por sobreprotección de nuestros seres queridos, normalmente nuestros padres.

2. Por haber visto a otras personas con una fobia. Lo que ocurre es que lo imitamos de manera inconsciente, aprendemos a dar la misma respuesta ante ese estímulo.

3. Por haber vivido antes una situación traumática relacionada con nuestro miedo. Por ejemplo, haber sufrido un ataque de un perro, habernos quedados encerrados en un ascensor o en un servicio público, etc.

 

¿Cómo podemos superar una fobia?

 

1. Uno de los mejores tratamientos es exponer al paciente al propio miedo poco a poco, no obstante esto debe hacerse pautado por un profesional. Por ejemplo si tu fobia son los ascensores puedes empezar tan sólo observándolo y luego poniendo sólo un pie, después subir tan sólo un piso, pero poco a poco, sin presión.

2. También es bueno dar mucha información al paciente sobre su fobia, sobre su temor, para que le vaya cogiendo confianza y vaya perdiendo el temor.

3. Eso sí la persona debe ser la primera en decidir que quiere superar su fobia para que el profesional pueda ayudarlo. Además es muy importante que la persona en cuestión y los que la rodean, valoren cada pequeño logro que se consiga para superar la fobia.

4. Otras pautas a seguir son aprender técnicas de relajación que podemos realizarlas antes de irnos a dormir; también podemos hablar a nuestros seres queridos de nuestra fobia.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.