El trastorno de la conducta alimentaria no especificado (TCANE): ¿en qué consiste?

Una de las características del trastorno de la conducta alimentaria no especificado (TCANE) es que la persona mantiene un peso normal. En estos casos, los problemas de alimentación no siempre son fáciles de identificar en sus primeras fases. 
El trastorno de la conducta alimentaria no especificado (TCANE): ¿en qué consiste?
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 24 noviembre, 2021

El trastorno de la conducta alimentaria no especificado (TCANE) es posiblemente una de las condiciones clínicas más difusas y complejas. Podríamos decir que, dentro de la clasificación de los trastornos alimentarios, esta realidad no termina de cumplir con todos los criterios de la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa o el trastorno por atracón.

Así, cuando imaginamos a una persona con un problema de la conducta alimentaria es común hacerlo con conductas de purga (vomitando) y con un peso extremadamente bajo. Sin embargo, la realidad en las consultas médicas es muy diferente. De hecho, el trastorno de conducta no especificado suele ser el más prevalente.

Por lo general, define el inicio de un trastorno de la alimentación. Se trata de esas primeras fases en las que los pacientes recurren a múltiples estrategias para perder peso. Sin embargo, no por estar en las primeras etapas de la enfermedad se corre menos riesgo. Todas estas realidades vinculadas a la alimentación se consideran graves y es necesario ofrecer apoyo terapéutico lo antes posible.

A menudo, se etiqueta a este trastorno alimentario como “leve”, sin embargo, la vida de los pacientes siempre está en peligro en este tipo de condiciones clínicas tan psicopatológicas. 

chica que sufre trastorno de la conducta alimentaria no especificado

Síntomas del trastorno de la conducta alimentaria no especificado (TCANE)

Se suele usar esta categoría cuando estamos ante una persona que no termina de cumplir con todos los criterios diagnósticos que definen la anorexia, la bulimia o el trastorno por atracón. De ahí la terminación de “no especificado”. Lo cierto es que, a día de hoy, aún existen muchas alteraciones relacionadas con la alimentación que no han sido bien estudiadas.

Trabajos de investigación, como el realizado en el Hospital Universitario de Bellvitge-IDIBEL en Cataluña (España), destacan esto mismo. Así, aunque en la última versión del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5) se incluyeron nuevos subtipos diagnósticos de trastornos alimentarios, el no especificado sigue siendo un desafío.​

No obstante, sabemos que afecta al 3-5 % de la población y que un diagnóstico temprano facilita el éxito del tratamiento. Veamos, por tanto, cuál es la sintomatología básica que facilita la detección.

Anorexia nerviosa con un peso normal

Una característica definitoria del trastorno de la conducta alimentaria no especificado (TCANE) es no cumplir el criterio de que el peso del paciente sea inferior al acorde según edad y altura. Por lo general, están dentro de los parámetros saludables.

Anorexia sin alteraciones en la menstruación

Algo muy recurrente en las pacientes con anorexia nerviosa es la ausencia de la menstruación. Las alteraciones hormonales siempre acaban afectando al periodo. Ahora bien, en esta categoría diagnóstica no aparece este problema.

Bulimia atípica

A la hora de realizar el diagnóstico de una persona con un trastorno alimentario, tenemos que tener en cuenta las conductas relativas a la bulimia.

El criterio exige que aparezcan atracones y conductas compensatorias (vómitos, enemas, ayunos, ejercicio excesivo) durante un mínimo de dos veces a la semana y a lo largo de tres meses. Las personas con un trastorno no especificado no se ajustan a este criterio.

Trastorno por atracón atípico

Si tanto la bulimia como la anorexia evidencian rasgos atípicos, sucede lo mismo con el trastorno por atracón. En este caso, el paciente siente la necesidad de comer grandes cantidades y de manera compulsiva, pero luego no recurre a los vómitos. En muchos casos, esto dificulta identificar de manera temprana este problema.

Síndrome de alimentación nocturna

Otra característica llamativa que acompaña al trastorno de la conducta alimentaria no especificado (TCANE) es sentir un deseo incontrolable de comer por la noche.

  • Experimentan un hambre excesiva justo después de la cena.
  • Pueden despertarse en medio de la noche para “asaltar” la nevera.
  • Otra conducta llamativa es sentir que para poder tener un descanso profundo y reparador deben comer.

Ortorexia, la obsesión por la alimentación saludable

La obsesión por la comida sana puede llevar a muchas personas a realizar conductas extremas que, en realidad, son poco lógicas y saludables. Esta condición las aboca a consumir solo alimentos biológicos y esa fijación desmesurada les impide, poco a poco, llevar una vida normal. Su única prioridad es esa, comer productos ecológicos, sin aditivos, etc.

La persona con trastorno de la conducta alimentaria no especificado (TCANE) suele ir del veganismo a la obsesión por excluir todo lo que tenga azúcar, carbohidratos, aditivos, etc.

Comida sana obsesión de las personas con trastorno de la conducta alimentaria no especificado

Otros criterios diagnósticos

El trastorno de la conducta alimentaria no especificado (TCANE) requiere que se tengan en cuenta más características además de las ya señaladas. Son realidades que oscilan entre lo emocional, lo conductual y lo cognitivo:

  • Preocupación constante por perder peso y seguir una alimentación lo más saludable posible.
  • Visten ropa ancha porque siempre se sienten incómodos con su cuerpo y buscan disimularlo.
  • Evitan comer en público.
  • Van dejando de socializar y de cuidar sus amistades, así como de disfrutar de su compañía.
  • Intentan reprimir o desplazar la sensación de hambre en todo momento.
  • Uso excesivo de enjuague bucal y chicles.
  • Masticar la comida sin tragarla para expulsarla después.
  • Cambios de humor extremos.
  • Baja autoestima.
  • Personalidad muy perfeccionista.

Si bien nos puede parecer que estamos ante un trastorno de la alimentación altamente difuso y complejo, cabe señalar que es una condición que se ve con frecuencia y que su tratamiento es efectivo.

La terapia cognitivo-conductal enfocada en tratar los pensamientos disfuncionales relacionados con el esquema corporal y la alimentación es clave. Lo esencial es que el entorno sea sensible a estas características y apoye al paciente a la hora de pedir ayuda.


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