El poder terapéutico de nuestro lenguaje interior
El lenguaje interior es la comunicación que realizamos de forma cotidiana y de la que forman parte los pensamientos a los que no les ponemos voz. En este sentido, ¿expresamos a los demás todo aquello que pensamos, lo que se nos pasa por la mente? Probablemente no, sino que filtramos aquello que comunicamos, tanto en forma como en contenido.
Un ejemplo muy sencillo: nos encontramos paseando por la calle, alguien intenta vendernos algo, nosotros amablemente le expresamos “lo siento, no estoy interesado”, y por dentro estamos pensando: “seguro que tiene que aguantar que algunas personas le respondan de manera desagradable”; “va vestido de una forma poco adecuada”; “tengo mucha prisa y no me apetece pararme”; “venga, voy a decirle con una sonrisa que no”.
En efecto, el lenguaje interno (designado comúnmente como “pensar“) no es más que una conversación que entablamos con nuestro ser, con nosotros. Y esa conversación que mantenemos influye enormemente en nuestra manera de relacionarnos con el mundo que nos rodea al mismo tiempo que habla, y mucho, de cómo nos tratamos a nosotros mismos.
Así, la dinámica de este diálogo interno condiciona cómo afrontamos conflictos y obstáculos. Te invito a que reflexiones, ¿cómo te diriges a ti mismo?, ¿cómo te evalúas a ti y cómo evalúas al resto?, ¿las evaluaciones son negativas o, en cambio, positivas? En estas líneas hablamos sobre el poder terapéutico del lenguaje interno y los factores a tener en cuenta.
Lenguaje interior, ¿en qué consiste?
Tanto Vygotsky como Bajtin entendieron el lenguaje interior como un instrumento interno, subjetivo de relación y comunicación con uno mismo. Este lenguaje pone sus cimientos en las primeras etapas de vida. En edades infantiles normalmente el lenguaje del niño es externo y sin demasiados filtros, y poco a poco se va convirtiendo en lenguaje interno.
En este sentido, según Vygotsky, el lenguaje externo sería el que empleamos para dirigimos a los demás mientras que el lenguaje interior está dirigido a uno mismo. Por lo tanto, siguiendo al autor, el lenguaje interior es la experiencia de hablar internamente en silencio (lo define como: lenguaje sin sonido, un pensamiento verbal).
“Deberá aprender a hablarse con cariño y así vivirá más y mejor. Porque la perspectiva positiva u optimista de la vida la implementamos en el lenguaje interior”.
-Rojas-
¿El lenguaje interior nos define?
Luis Rojas, psiquiatra y autor de Somos lo que hablamos. El poder terapéutico de hablar y hablarnos, afirma: “los pensamientos forman parte de la dinámica cotidiana, de lo que nos decimos y juzgamos y cómo lo hacemos. En ocasiones no atendemos lo suficiente a esos monólogos internos, y sin embargo pueden ser tan destructivos como positivos”.
Por esta razón, el diálogo interno que mantenemos influye en cómo percibimos lo que sucede a nuestro alrededor y también, de manera indirecta, en nuestra reacción.
Por ejemplo, si pienso y me digo a mí mismo que todo lo que ocurre se debe a que soy un inútil y un torpe, probablemente tendré más dificultades para superar los obstáculos que se presentan porque la atribución que hago y transcribo a ese diálogo propio es estable e interna. Además, al quedarse dentro de mí será complicado que alguien pueda refutarla.
“Estoy convencido de que hablar es la actividad humana natural más eficaz a la hora de proteger la autoestima saludable, gestionar nuestra vida, disfrutar de la convivencia y las relaciones afectivas y estimular los dispositivos naturales que facilitan nuestro bienestar físico, mental y social”.
-Rojas-
El poder terapéutico de nuestro lenguaje interior
Siguiendo el hilo del apartado anterior, cómo hablamos con nosotros condiciona cómo percibamos aquello que nos rodea. En este sentido, el profesor Ethan Kross llevó a cabo una serie de experimentos en la Universidad de Michigan, donde concluyó que las personas que hablaban consigo mismas de forma positiva tenían más éxito, mostraban mayor seguridad y se percibían como más felices.
Por lo tanto, el diálogo interno puede conllevar un efecto tanto sanador como perjudicial en función del tipo de lenguaje que establecemos. Este motivo propicia que en terapia se trabaje en torno a la comunicación interior, pues influye en cómo evolucione la terapia. En ocasiones, producir cambios sobre el diálogo interno genera un mayor bienestar personal, de ahí que sea un objetivo de intervención en terapia.
“El lenguaje interior posee un poder terapéutico a destacar: hablar consigo mismo desde una perspectiva positiva, intentando desmenuzar aquello que nos sucede, probando a comprender cómo funcionamos intrínsecamente, produce un efecto terapéutico”.
Para concluir, destacamos la relevancia del lenguaje interior, puesto que condiciona en gran medida nuestro bienestar. Por ello, te animamos a que examines esa forma que tienes de comunicarte contigo mismo y a que observes sus efectos. Será el primer paso para evitar ser, en muchas ocasiones, tu peor enemigo.
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- Alonso, L. (1994). “Lev Vygotsky: el lenguaje interior”. Memorias del IV Congreso Nacional de Filosofía. Tomo I.