La vida pasa mientras nos preparamos para vivir
Solemos decir que la vida no viene con manual de instrucciones. Sin embargo, la mayoría de nosotros terminamos apegados a un plan paso por paso que rige nuestro vivir. Sin darnos cuenta empleamos nuestro preciado tiempo en este mundo tratando de cumplir objetivos, uno tras otro. Y, mientras tanto, la vida pasa ante nuestros ojos.
Desafortunadamente, en la mayoría de las ocasiones, se trata además de un plan que ni siquiera hemos diseñado nosotros. Simplemente hemos interiorizado lo que otros consideran el camino hacia el éxito y la felicidad. Y lo seguimos olvidando que, tal y como afirma Seligman, cada uno de nosotros es el artífice de su propia dicha.
Nos preparamos para vivir
Todos deseamos ser exitosos, contar con buenas oportunidades, estabilidad económica y emocional y, en general, una vida próspera. Sabemos que esto no siempre es sencillo de conseguir y por ello nos preparamos a conciencia mientras la vida pasa.
Los padres, con el objetivo de que sus hijos cuenten con todas las habilidades y herramientas necesarias en el futuro, comienzan a prepararlos desde su más tierna infancia. Así, procuran escoger los mejores centros educativos y realizan un esfuerzo económico para apuntar a sus pequeños a una gran variedad de actividades extraescolares. Inglés, alemán, baloncesto, ajedrez, natación, piano… todo parece importante, todo parece necesario para sumar puntos en el currículum de la vida.
A medida que crecemos nos esforzamos por obtener las mejores calificaciones, entrar en las universidades más prestigiosas y realizar los másteres y posgrados más demandados en el mercado. Renunciamos a nuestras amistades, a nuestro descanso y a cualquier tipo de oci o para estudiar una oposición que nos garantice un salario en el futuro.
Tampoco dudamos en realizar horas extra en un trabajo que nos desagrada ni en privarnos del viaje o la prenda de ropa que nos gustaría adquirir por ahorrar, por lo que pueda pasar. Siempre que pensamos en disfrutar del presente, parece un haber un futuro que demanda nuestro sacrificio -siempre hay algo que hacer en nuestra bandeja de entrada-. Así, mientras nos enfocamos en el mañana, la vida pasa de largo.
La vida pasa
Mientras nos preparamos para vivir, la vida pasa. Mientras el niño corre de una actividad a otra pasó su tiempo de jugar, de explorar, de descubrir, de imaginar. A pesar de que varios autores nos alertan de que el futuro demandará seres humanos más creativos y curiosos.
Mientras estudiabas sin descanso pasaron las oportunidades de bailar, de reír, de conocer nuevas personas y expandir tus horizontes. Tus hijos crecen mientras inviertes todo tu tiempo en ese empleo que te hace sentir desdichado. La oportunidad de realizar tus aficiones, de compartir con tu familia, de disfrutar con tus amistades, de viajar y conocer mundo…, todas ellas pasan ante tus ojos.
¿Cuándo llegarás a la menta? ¿En qué momento considerarás que estás lo suficientemente preparado para comenzar a vivir? Quizá en ese entonces el viaje ya no esté disponible, la prenda de ropa se haya pasado de moda y tus hijos ya hayan crecido.
¿Qué edad tienes en este momento?. Sea cual sea la respuesta, nunca serás más joven de lo que eres ahora, nunca tendrás más energía de la que ahora posees. La vida es ya, está ocurriendo ahora, mientras lees este texto. ¿Te sientes satisfecho con el uso que le diste hoy a tu tiempo?
Encuentra el equilibrio
Es evidente que no podemos desentendernos de nuestras responsabilidades y dedicarnos únicamente a disfrutar. Necesitamos formarnos, tener un empleo y pensar en el futuro. Y en muchas ocasiones no podemos elegir. Sin embargo, existe un saludable término medio.
Para la sociedad únicamente es necesario lo que genera productividad. Pero como seres humanos, para nosotros es indispensable contar con una buena salud psíquica y emocional. Necesitamos descansar, conversar, amar, ser creativos, reír y realizarnos. Puede que estas actividades no produzcan dinero, pero son imprescindibles. Cuando esta fantástica aventura de vivir llegue a su fin, solo te quedarán tus experiencias, ¿hay acaso entonces una mejor inversión?
Si vas a seguir un plan, procura que sea tuyo, diseñado a tu medida. Fórmate por placer, por curiosidad, por conocer más de aquello que te fascina. Procura hallar un empleo que te enriquezca personalmente de algún modo. Reserva un tiempo en tu día a día para pintar, cantar, leer, jugar con tus hijos o pasear por la playa. La vida pasa ante nosotros cada día, disfrútala.
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Cusí, I. El futuro educativo: niños más creativos, menos aburridos y estresados.
- Seligman, M. E. (2017). La auténtica felicidad. B DE BOOKS.