¿Puede darme un infarto por ansiedad?

Taquicardias, mareos, dolor en el pecho... ¿Puede la ansiedad causarnos una enfermedad cardiovascular? Es más, ¿puede producirnos un infarto? Lo analizamos a continuación.
¿Puede darme un infarto por ansiedad?
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 01 agosto, 2022

¿Puede darme un infarto por ansiedad? El 99 % de las personas que sufren esta condición psicológica se lo preguntan a menudo. Si esto es así es por un hecho evidente. El organismo en estos estados llega a situaciones límite. Así, los trastornos de pánico, por ejemplo, cursan con una sobreexcitación extrema, el corazón se dispara en una violenta taquicardia y es común llegar a pensar, en medio de la angustia, que uno está a punto de fallecer.

¿Cabe entonces la posibilidad real de que se pueda llegar a morir en medio de estas situaciones? La respuesta rápida es que no, no es común que esto suceda. No obstante, hay matices que debemos tener en cuenta. Así, desde la Universidad de Harvard nos indican que los trastornos de ansiedad son un factor de riesgo en aquellas personas que ya padecen enfermedades cardiovasculares previas.

Se sabe que personas que sufren hipertensión o que ya han padecido algún infarto previamente tienen un mayor riesgo de desarrollar trastornos del estado del ánimo con ansiedad o depresión. El miedo, la preocupación y la angustia a la propia enfermedad elevan la indefensión psicológica. Así, en estas situaciones en las que se combinan “enfermedad y ansiedad”, sí existe un riesgo elevado de que aparezcan más problemas cardiovasculares graves.

Conozcamos más datos.

hombre cogiéndose el pecho representando si ¿Puede darme un infarto por ansiedad?

¿Puede darme un infarto por ansiedad? Factores que debemos tener en cuenta

Todas las personas que han sufrido ansiedad en algún momento de su vida han sentido dolor torácico o, en su caso, pinchazos en el corazón. Este trastorno del estado de ánimo se caracteriza por una serie de síntomas fisiológicos tan variados como intensos. Los más comunes son la presión en el pecho, la sensación de no poder terminar de respirar y, por supuesto, la taquicardia desbocada. Pensar que puede darnos un infarto por ansiedad es algo comprensible.

No obstante, una de las consultas más comunes en atención primaria como en las urgencias de los hospitales es precisamente el dolor en el pecho. Tras estas situaciones, lo que hay en muchos casos es un trastorno de pánico. Son ataques repetitivos en los que la persona experimenta un miedo devastador y unas reacciones fisiológicas intensas que se parecen bastante a un infarto de miocardio.

Sin embargo, ese infarto rara vez llega a suceder. Tras esa experiencia, el paciente recibe la pautas de tomar ansiolíticos y la recomendación de iniciar terapia. No obstante, la duda de si uno puede llegar a morir cuando experimenta ansiedad sigue presente. Analicemos la cuestión.

Si no hay factores de riesgo previos, la posibilidad de sufrir un infarto es baja

Desde la Universidad de Amsterdam (Países Bajos), se llevó a cabo un interesante estudio para valorar esta relación. ¿Pueden los trastornos de ansiedad originar enfermedades cardiovasculares? A día de hoy, aún no existe evidencia sólida de ello. De ahí, que podamos señalar lo siguiente:

  • Experimentar ansiedad de manera puntual no ocasiona problemas cardiovasculares.
  • Las fobias, los ataques de pánico y la ansiedad en general no deriva en infartos, siempre y cuando, no tengamos otros factores de riesgo.
  • ¿Y cuáles son esos factores que deberíamos tener en cuenta?
    • Hipertensión.
    • Tabaquismo.
    • Colesterol y triglicéridos altos.
    • Diabetes.
    • Llevar una vida sedentaria.
    • Padecer obesidad.
    • Consumir drogas.
    • Tener predisposición genética a las enfermedades cardiovasculares.

Puede darme un infarto por ansiedad si tengo una personalidad tipo A

Los cardiólogos estadounidenses Meyer Friedman y Raymond Rosenman establecieron en los años 50 una tipología muy interesante. Se basaba en comprender qué rasgos de personalidad se relacionaban con un mejor o peor afrontamiento del estrés y el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.

La personalidad tipo A se asocia a una mayor probabilidad de desarrollar infartos debido al mal manejo de la ansiedad. Son, por término medio, perfiles con las siguientes características:

  • Personas muy competitivas.
  • Presentan una mala gestión de las emociones.
  • Tendencia a la irritabilidad, la hostilidad y el mal humor.
  • Viven en constante sensación de alerta y urgencia.

Así, estudios como el llevado a cabo por el doctor Mark P. Petticrew de la Universidad de Londres señalan que este tipo de perfil evidencia un mayor impacto en cuanto a enfermedades del corazón.

El trastorno de ansiedad generalizada y las enfermedades cardíacas

Si nos preguntamos si puede darnos un infarto por ansiedad es importante considerar un aspecto. Hay mayor riesgo de sufrir algún problema cardíaco si sufrimos un trastorno de ansiedad generalizada. En estas situaciones, tenemos un estado en el que la ansiedad puede durar años en una persona. En caso de no recibir ayuda, el desgaste de la salud puede ser muy elevado.

Trabajos de investigación como el realizado en el Hospital General de Massachusetts (Boston) hablan de esta relación.

Cómo diferenciar un infarto de un ataque de ansiedad

El temor a sufrir un infarto es uno de los más frecuentes en las personas que sufren ansiedad. Es importante diferenciar los síntomas, discriminar un estado del otro por nuestra seguridad y por nuestro bienestar. Por tanto, estas serían las principales característica de cada uno:

Síntomas infarto cardíaco

  • Dolor constante en el pecho que irradia a la mandíbula, el cuello y brazo izquierdo.
  • Ese dolor, a diferencia de la ansiedad, va más allá de los 15 segundos.
  • Sudores, mareos e incluso desmayos.
  • El dolor aparece también cuando hacemos un esfuerzo.
  • Molestia constante similar a una indigestión.

Síntomas de la ansiedad o de un ataque de pánico

  • El dolor en el pecho dura entre 10 y 15 segundos.
  • Aparece la hiperventilación.
  • Sensaciones de extrañeza y síntomas disociativos como la desrealización.
  • La persona tiene la sensación de que no puede controlar el cuerpo ni las emociones.

Para concluir, lo mejor en todos los casos es aprender a manejar nuestra ansiedad y no dejar que estos estado se cronifiquen. Cuidar de la salud psicológica y física mejorará la salud cardiovascular.


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