21 estrategias para ganarte el respeto de tu hijo

Muchos padres piensan que sus hijos están obligados a respetarles. Pero el respeto es algo que se gana día a día. En este artículo te contamos algunas estrategias para que este objetivo sea más fácil.
21 estrategias para ganarte el respeto de tu hijo
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Última actualización: 19 enero, 2019

La forma de hablar de los niños y de los jóvenes puede ser bastante impulsiva por naturaleza. Sin embargo, eso no significa que puedan responder con groserías y de manera irrespetuosa, especialmente a sus padres y a sus profesores. Sin embargo, en demasiadas ocasiones parece que los jóvenes tienen poco respecto -o ninguno- por los adultos. Si eres padre o madre, debes saber que puedes ganarte el respeto de tu hijo, que debes hacerlo, a pesar de los obstáculos sean grandes. 

En realidad, muchos padres piensan que, por el mero hecho de serlo, sus hijos deben respetarles. Puede que eso sea cierto, al menos en parte. No cabe duda que el respeto es algo que deberías mostrar por todos los que nos rodean. Sin embargo, el respeto de tu hijo no es algo que se exige, es algo que se gana. 

Cómo ganarte el respeto de tu hijo

Como padres esperamos que nuestros hijos nos respeten. Pero como padres, debemos también ganarnos ese respeto. La relación con los hijos puede ser complicada en algunos momentos. Pero somos los padres quienes debemos poner los medios para ganarnos ese respecto, y no esperar que la obligación dicte la actitud y el comportamiento de nuestros hijos.

La mala noticia es que el respecto es muy difícil de recuperar cuando se ha perdido, y puede ser difícil de ganar cuando nuestro comportamiento no lo merece. La buena noticia es que nunca es tarde, aunque sea necesario reconocer los errores y ser humilde.

Padre e hijo chocando una mano

Estas son algunas de las claves más importantes para ganarte el respeto de tu hijo, día a día.

  • Respeta a tus hijos. Los niños copian lo que tú haces. Si les respetas, ellos te respetaran.
  • La relación es más importante que las reglas. Las reglas son importantes, pero no pueden serlo más que la relación con tus hijos.
  • Establece expectativas claras. Cuando las expectativas no están claras, hay lugar para malentendidos. Esto reducirá la cantidad de conflictos.
  • Sé una persona íntegra. Sé honesto cuando hables con tus hijos y en todas tus relaciones. Ellos aprenden de todo esto.
  • Asume una posición de liderazgo la familia. Da ejemplo, muestra el camino, motiva a tus hijos, sé compasivo. En definitiva, sé un buen líder.
  • Comparte tus valores y creencias con tus hijos. No puedes obligar a tus hijos a adoptar tus creencias. Pero cuando tus hijos comprendan por qué crees lo que crees, reconocerán que eres una persona de principios.
  • Sé razonable, especialmente cuando tus hijos no lo sean. Recuerda que la forma en que te comportas cuando estás enfadado es la forma en que se comportarán cuando están agitados también.
  • No seas demasiado crítico con tus hijos. Cuando los padres son demasiado críticos, sus hijos comienzan a evitar retos. Así, pueden empezar a dar forma a sus proyectos a escondidas, conocedores que de que no van a obtener nada de su exposición, salvo críticas.
  • Escucha a tus hijos. Una parte fundamental de ser respetuoso es escuchar a la otra persona. Si escuchas a tus hijos, será más probable que ellos te escuchen a ti. Piensa que eres su modelo.
Madre hablando con su hijo
  • Involucra a tus hijos en el proceso de establecer reglas y límites. Cuando involucras a tus hijos en el establecimiento de reglas, se sienten valorados. Escucha sus puntos de vista y tenlos en cuenta, sin perder la referencia de aquellas líneas rojas con las que no estás dispuesto a negociar. Se trata de ser flexibles, pero sin pasar ese punto en el que la educación se quiebra.
  • Sé un ejemplo a seguir. Tus hijos te están mirando, te des cuenta o no. Demuestre el comportamiento que deseas ver en ellos y practica lo que predicas.
  • Reconoce el esfuerzo y buen comportamiento de tus hijos. Es importante reconocer su esfuerzo, incluso en situaciones en las que el resultado no es ideal.
  • Pide opinión a tus hijos sobre cosas que les afecten. Ellos valorarán el gesto y se sentirán importantes.
  • No asumas que entiendes cómo se sienten tus hijos. Aunque creas que entiendes por lo que están pasando, deja que tus hijos te expliquen qué les pasa. No les des lecciones sobre sus sentimientos con tu experiencia.
  •  Mantén la calma. Demuéstrales a tus hijos que eres capaz de controlar tus emociones.
  • No amenaces a tus hijos. Esto aumenta las discusiones y genera un clima en el que el respeto no florece. En lugar de amenazarles, involúcrales.
  • Dales opciones. Permitir que tus hijos tomen decisiones les da poder. Les da un sentido de control y propiedad sobre sus vidas.
  • Muestra interés por aquello que le importa a tus hijos, sus actividades, sus amistades, sus gustos. No hace falta que los compartas, pero nunca los juzgues.
  • Haz cosas divertidas con tus hijos. Estos momentos divertidos te ayudarán a formar fuertes lazos con tus hijos.
  • No des consejos no solicitados. Si tus hijos enfrentan un problema, no les des consejos no solicitados a menos que sea absolutamente necesario. Mejor ayúdales a reflexionar sobre el problema.
  • Respeta a tu cónyuge y a tus propios padres. Es el mejor ejemplo de todos.

No solo es una cuestión de dar ejemplo. El respeto hacia una mismo, hacia los demás y hacia el entorno marcan la base no solo de toda buena educación, sino también de todo crecimiento feliz y mentalmente saludable. 


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.