¿La barba es una señal sexual?
Lo que a simple vista es simplemente un carácter secundario de los hombres da un increíble juego en todos los ámbitos sociales. Algunas personas la odian, otras la adoran y en ciertos nichos poblacionales existen toda una cultura a su alrededor. Teniendo en cuenta esto, es normal que sean muchos los que se preguntan si la barba es una señal sexual.
La barba es de los rasgos sexuales secundarios masculinos más destacados en lo visual y una característica sexualmente dimórfica para nuestra especie. Por tanto, desempeña un papel importante en la comunicación y en procesos sociales como la competitividad, la agresión y la sexualidad.
En este espacio podrás explorar todo el bagaje biológico de la barba masculina, desde las aproximaciones a su utilidad hasta el simbolismo que se le asocia. Si quieres conocer si este detalle facial tiene alguna relevancia real en la elección de pareja, no te pierdas lo que viene a continuación.
La utilidad biológica de la barba
El hombre primitivo siempre se conceptualiza con barba, ya que las primeras cuchillas de afeitar que se conocen son de cobre y tienen 5000 años. Por tanto, hay buenas razones para pensar que este vello facial cumple una función relacionada con la supervivencia.
En un principio se manejaba la hipótesis de que contribuía a preservar el calor corporal. Sin embargo, esto tendría sentido si también las hembras y las crías de humano también la tuviesen, pues cualquier persona puede tener frío. En este sentido, lo que realmente cumple esta función es el cabello.
Por otro lado, también se ha especulado que, de un modo parecido a la melena del león y otros animales no humanos, la barba tenga una función protectora ante los ataques. A este respecto, vale la pena citar el estudio realizado en 2018 con luchadores profesionales que no encontró evidencia de que el vello facial se relacionara con menos derrotas por nocaut o una mayor capacidad de combate.
Barbas y comunicación no verbal
Si se quiere averiguar si la barba es una señal sexual, lo primero es evaluar su potencial para transmitir información. De hecho, esta característica influye directamente en la percepción de expresiones faciales.
Las caras que muestran ira se categorizan más rápidamente y con mayor precisión en los rostros con barba, seguidos de los rostros sin barba y luego los rostros bien afeitados. Por el contrario, las expresiones faciales felices tuvieron este mismo efecto con rostros bien afeitados, seguidos de rostros sin barba y luego rostros con barba.
Por otro lado, las caras con barba completa recibieron las calificaciones más altas de masculinidad y luego las caras bien afeitadas. En resumen, comportamientos asociados a la masculinidad, como la agresividad y el estatus intrasexual, están más relacionadas con la barba.
¿Quiere decir esto que la agresividad y la sexualidad van unidas?
Claramente, la respuesta es no. Aunque una persona se sienta atraída sexualmente por la apariencia masculina que da la barba, entran en juego muchos más factores. El más importante tiene que ver con el comportamiento de cada individuo. Por tanto, no, un hombre con barba no será atractivo si muestra comportamientos violentos.
Entonces, ¿la barba es una señal sexual?
Puesto que la función evolutiva de la barba está por confirmar, queda evidenciar las funciones que cumple a la hora de relacionarnos. Cuando se trata de gustos estéticos (y se obvian las modas), la variabilidad es importante: algunas personas veneran la barba y otras la asocian con suciedad o falta de cuidado personal.
Un estudio publicado en la revista Evolution and Human Behavior encontró que las mujeres sentían más atracción por hombres con barba en países con ingresos medios más bajos. Por otro lado, las barbas son más comunes en zonas geográficas más pobladas.
¿Cómo es posible que esto arroje resultados estadísticamente significativos? Pues bien, los autores del estudio sugirieron que, en condiciones de hacinamiento demográfico, que propician el anonimato, las muestras de masculinidad tienden a amplificarse.
Por tanto, siguiendo este razonamiento, la barba sí sería una señal sexual, pues existe una tendencia a exhibirla para destacar de cara a las parejas potenciales.
Como conclusión, es necesario recalcar el papel cultural y de las normas estéticas a la hora de evaluar lo que se considera atractivo. Si bien existe cierta base biológica para ello, los estándares que indican lo que es “atractivo” responden a patrones aleatorios que se imponen sobre el pensamiento colectivo. Por eso, tanto si odias las barbas como si te encantan, tus gustos son aceptables.
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