Boecio: el filósofo romano que cambió la historia
En este artículo hablaremos de una persona que puede pasar desapercibida; sin embargo, realizó importantes contribuciones al campo filosófico, al psicológico, la historia y la política. Se trata de Boecio, quien desarrolló una filosofía muy interesante en tiempos de crisis personal.
A Boecio le consideran el último de los antiguos, pero el primero de la época medieval. Exploraremos su vida, sus aportes y también su concepto de felicidad. De esta manera, esperamos traer en escena una figura que tiene mucho para decirnos. ¡Comencemos!
Vida de Boecio
El nombre completo del filósofo es Anicio Manlio Torcuato Severino Boecio. Nació en Roma en el año 480 d. C., y murió en Pavia alrededor del 524 d. C.
Boecio fue un poeta, filósofo, político y traductor griego. Su influencia en la historia y la filosofía no son para nada desdeñables. Sus orígenes están en el seno de una importante familia plebeya denominada como la gens de Anicia. De ella emergieron dos importantes emperadores romanos.
En el ámbito académico, se interesó por la retórica y la filosofía en Atenas, considerada como la cuna de la filosofía griega. Después, terminó sus estudios en la ciudad de Alejandría, con una formación específicamente helenística e influenciada por el neoplatonismo de Porfirio. Estos hechos fueron decisivos para su influencia en la rama filosófica.
En este aspecto, un suceso que marcó la historia de Boecio fue la lectura del libro de Platón, La República. A partir de este momento, el filósofo se apartó del trabajo académico para centrarse en su carrera política.
Teodorico el Grande, monarca de los ostrogodos, le abrió las puertas al filósofo romano para trabajar dentro de su gabinete. A los 25 años, Boecio fue senador, luego ascendió a cónsul ordinario y, por último, ocupó el cargo de primer ministro.
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Filosofía de Boecio
Boecio es considerado como el último de los filósofos romanos y el primer teólogo de la Edad Media. Esto se debe a que sus reflexiones intentaron armonizar entre la filosofía griega y el pensamiento religioso. En este sentido, nos encontramos con un personaje que sabía a la perfección el griego.
Por ello, se dedicó a traducir a la lengua latina los textos de Platón, Aristóteles, Cicerón y Porfirio. Así, su contribución a la filosofía se debe, en parte, a su tarea como traductor, ya que nos acercó a los intelectuales griegos.
En cuanto a su pensamiento se refiere, Alfredo Trendall y Anselmo González, en una publicación para la revista Ideas y Valores, señalan que estudió, por un lado, la filosofía griega. Por el otro, se concentró en la religión cristiana. Y, por último, intentó hacer una síntesis de ambas. De tal modo, su primera tarea fue la traducción del griego al latín de la lógica aristotélica a través del Organon de Aristóteles.
Su objetivo era difundir la filosofía griega a los romanos. Asimismo, introdujo a estos territorios parte de la ciencia griega, en específico, temáticas relacionadas con la música y la geometría.
Con relación a la religión cristiana, Boecio escribe su Opuscula Sacra. Aquí examina la fe, la Santísima Trinidad y Dios. Sin embargo, su deseo de generar una síntesis entre la filosofía y la teología se vieron truncados. Esto fue debido a su temprana encarcelación, producto de falsas acusaciones de conspiración política a favor de la liberación de Roma.
Es en ese contexto que escribe su obra maestra: De consolatione Philosophiae o Consolación de la filosofía.
Teoría de la consolación
El texto filosófico de Boecio, conocido como Consolación de la filosofía, narra la escena en donde esta aparece personificada en la figura de una mujer. Lo que intentará hacer el filósofo es exponer su propia teoría de forma alegórica y figurativa.
La dama se presenta ante Boecio para recordarle que, a pesar de que atraviesa un momento difícil, puede encontrar consuelo y alivio en la filosofía.
Una tesis publicada por la Pontificia Universidad Católica del Ecuador resalta que en esta obra se considera a la sabiduría filosófica como un arma para combatir cualquier tipo de problema.
De esta manera, la mujer filosofía le recuerda que cayó en una enfermedad. La misma consiste en el olvido de la sabiduría filosófica. Esto generaba que se sumerja en la miseria y se aleje de la verdadera felicidad.
No podemos desdeñar la presencia de la teología en esta obra, ya que se enfatiza que el principal olvido, fuente de todo malestar, es el desconocimiento de Dios como origen de todo lo que existe.
La felicidad según Boecio
El dolor que sentía Boecio provenía de perderlo todo. Es decir, se encontraba solo, en una celda, sin sus seres amados. Y, principalmente, estaba despojado del honor, la gloria y la riqueza que disfrutó siendo parte del cuerpo político. Por eso, la filosofía le rememora que todo ello, en realidad, era un falso sentimiento de felicidad.
Es así como centrar la dicha en cosas exteriores solo provocaba desasosiego a largo plazo. ¿Por qué? Debido a que son bienes mutables y efímeros. Es decir, en algún momento se acabarán. Por ello, nuestra felicidad no puede depender de lo material.
Ahora bien, ¿dónde podemos encontrar la felicidad? La filosofía le dice a Boecio que ella se encuentra en el interior de cada uno de nosotros y en Dios. Por sus características, Él es lo más perfecto y superior que existe y, en tanto creador de todo, abarca los demás bienes.
¿Qué es una persona? Aportes de Boecio al campo psicológico
Boecio también contribuyó con el campo de la psicología. Si bien no se trata de una teoría psicológica como tal, sí podemos rastrear la definición que propone sobre lo que es ser una persona. En este sentido, la Revista Española de Filosofía Medieval sostiene que el concepto de persona del filósofo es de carácter sustancial.
En este sentido, para Boecio, una persona es aquella que se caracteriza por ser una sustancia individual de naturaleza racional. Por lo tanto, la individualidad es un factor constitutivo de un sujeto e identifica lo humano como persona. Entonces, una persona es un ser individual, racional y pertenece al género humano.
En esta perspectiva, no importan las cualidades personales ni físicas. Se centra, más bien, en una definición filosófica, en la cual el aspecto sustancial define a los seres.
Contribución de Boecio traspasa fronteras
Los principales aportes de Boecio a la filosofía fueron sus traducciones de textos filosóficos al latín. Esto permitió que la disciplina se diera a conocer de modo paulatino más allá de las fronteras griegas.
Además, de esta forma, la filosofía comenzó a motorizarse, es decir, se multiplicaron las reflexiones y los comentarios sobre dichas obras, colaborando con el surgimiento de nuevas teorías durante la Edad Media.
Sumado a ello, su propio reencuentro con la filosofía en su obra maestra Consolación de la filosofía, contribuyó a darle a esta disciplina una utilidad. La misma consistía en recurrir a ella cuando atravesamos situaciones difíciles. Esto puede ser considerado como un recordatorio de que podemos hallar consuelo en lo filosófico.
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- Trendall, A. y González, A. (1962). Introducción a Boecio. Ideas y Valores, 4(13), 66–77. https://revistas.unal.edu.co/index.php/idval/article/view/28705