¿Cómo enseñar y aprender a pensar?

La educación tradicional se ha quedado sin recursos para hacer frente a los retos que demanda la sociedad. Hoy, por ejemplo, lo que nos sobra es información y lo que tiene valor es saber identificar fuentes de información fiables y estar abiertos a actualizar el conocimiento del que ya disponemos.
¿Cómo enseñar y aprender a pensar?

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 01 agosto, 2022

La educación tradicional se basa en un proceso de aprendizaje sistemático y mecánico en el que el peso principal lo soporta la memorización. En la actualidad, son muchos los estudios que defienden una forma de enseñar diferente. Aprender a pensar es uno de los objetivos principales de esta revolución educativa a la que poco a poco estamos asistiendo. El objetivo es dotar a los alumnos de herramientas para buscar información y asimilarla de manera crítica.

Hay que cambiar los procesos y preparar a los alumnos para que en un futuro puedan resolver problemas con eficacia y tomar decisiones que partan de un buen análisis. Por ello, enseñar a pensar conlleva que el buen pensamiento impregne todas nuestras actuaciones en el aula para que los jóvenes se conviertan en buenos pensadores y no solo se dediquen a memorizar.

Niño pensando

¿Por qué enseñar y aprender a pensar?

En la mayoría de los centros educativos no se suele tener un modelo educativo que enseñe a utilizar el pensamiento. La escuela tradicional sigue impregnada de herramientas, métodos y técnicas de corto recorrido; se ocupa casi todo el tiempo en enseñar a los alumnos a resolver ecuaciones y a memorizar textos que, probablemente, pasarán en días al cajón del olvido sin dejar poso alguno.

Muchos profesionales de la educación están apostando por metodologías que apuesten por la comprensión, por el valor de las preguntas antes que las respuestas, creando nuevas maneras de resolver problemas utilizando el pensamiento. Para lograrlo, también necesitamos renovar procedimientos y herramientas.

“Como el suelo, por rico que sea, no puede dar fruto, si no se cultiva, la mente sin cultivo tampoco puede producir”.

-Séneca-

¿Qué es el Aprendizaje basado en el Pensamiento (TBL)?

En la actualidad, son muchas las instituciones educativas han dado un paso adelante, reconociendo que la metodología tradicional se centra en un aprendizaje por repetición con muy poco sentido intrínseco. Este modelo de enseñanza es poco efectivo debido a que no se pone en práctica el pensamiento crítico y reflexivo.

El aprendizaje basado en el pensamiento (TBL) proporciona un aprendizaje más consciente y profundo que cambia la manera en la que el aprendiz se sitúa frente a la nueva información. Robert Swartz, una de las personalidades más influyentes en el campo de la educación y creador de este método, lo define como una metodología en la que se enseña a pensar de manera creativa y crítica.

Robert Swartz explica que está metodología surgió cuando asistió una clase de un profesor de Historia en Boston. Este ofreció a sus alumnos dos historias diferentes para que las confrontaran y les pidió que averiguaran cuál de ellas debían creer. Swartz se dio cuenta de que esos niños estaban aprendiendo a decidir si lo que estaban leyendo era algo que debían aceptar como veraz y fiable, y descubrió que esta perspectiva se podía aplicar a todo.

Esta metodología activa va más allá de los contenidos, asegurando que los estudiantes aprendan a pensar y tengan la oportunidad de resolver problemas del mundo real usando esos contenidos, teniendo en cuenta diferentes opciones e investigando cuál es la mejor opción de solución. Para que así el proceso de aprendizaje no dependa de la memorización, sino de la interiorización de los contenidos.

“El resultado del aprendizaje basado en el pensamiento es que los alumnos aprenden destrezas de pensamiento para toda la vida y logran entender el contenido de las materias que estudian en el currículo estándar de manera más enriquecedora y más profunda que en las aulas más tradicionales”.

-Robert Swartz-

Pensamiento colaborativo en el aula

Para aprender a pensar en el aula se requiere que el profesor sea un facilitador y guíe a los equipos de estudiantes para que resuelven juntos los problemas, casos y proyectos. Con esto, se incentiva la participación activa de los estudiantes.

El trabajo en grupo es crucial en las aulas en las que se enseña a pensar, ya que todo pensamiento tiene mejor resultado cuando es colaborativo. Pensar junto con otros acerca de cuestiones importantes requiere un trabajo en equipo, una forma de colaborar con otros que nos hace reflexionar y compartir aprendizaje.

La importancia de las preguntas para aprender a pensar

El diálogo es un recurso con un valor incalculable para la generación de conocimiento. Ya en el siglo V a.C., Sócrates advirtió su utilidad y diseñó todo un método: la mayéutica. El método socrático entiende el uso de preguntas como una forma de desarrollar el pensamiento. Las preguntas que realizamos en el aula son el estímulo para que los alumnos intenten responder y/o plantearse nuevas preguntas.

Los interrogantes pretenden que los alumnos aumenten su capacidad para estructurar sus ideas, sintetizar sus respuestas y defenderlas a través del razonamiento, aumentando su grado de autonomía para moverse con herramientas similares en campos desconocidos. En este sentido, un buen profesor sabe los tipos de preguntas y saber cuáles son las más adecuadas para cada situación.

“El grado sumo del saber es contemplar el porqué”.

-Sócrates-

Niños en clase trabajando en grupo

Seis sombreros para pensar

Los seis sombreros para pensar es una técnica creada por Edward De Bono para facilitar la resolución o el análisis de problemas desde distintos puntos de vista. Favorece y estimula el pensamiento lateral y creativo, fomenta el pensamiento paralelo y supone una alternativa al razonamiento tradicional.

Los seis sombreros representan seis maneras de pensar, cada uno con seis colores que representan las direcciones del pensamiento que podemos utilizar a la hora de enfrentarnos a un problema. En esta técnica, cada uno de los participantes imagina que se pone y se quita un sombrero para indicar el tipo de pensamiento que está utilizando.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.