¿Cómo la dependencia emocional afecta las relaciones interpersonales?
La dependencia emocional es un patrón de comportamiento y apego poco saludable en el que una persona depende en gran medida de otra, para satisfacer sus necesidades emocionales y sentirse completa. No ocurre solo en las relaciones sentimentales y puede manifestarse en diferentes formas, afectando cualquier tipo de vínculo interpersonal.
Esta dependencia varía en intensidad, señala un estudio compartido por la revista Ansiedad y Estrés. Algunas personas presentan solo algunos signos, mientras que otras evidencian un patrón más completo. De cualquier manera, dicho comportamiento da pie al desarrollo de relaciones nocivas que inciden en diferentes ámbitos de la vida. En las siguientes líneas, te explicamos más al respecto.
¿Cómo puede la dependencia emocional afectar las relaciones interpersonales?
La dependencia emocional no solo afecta a la persona dependiente, sino también a sus parejas, amigos o conocidos. Genera estrés, desgaste emocional y dificultades en la comunicación y el establecimiento de una relación equilibrada. Los efectos se expresan de los modos que ahora pasamos a explicarte.
Falta de autonomía
Las personas que son dependientes en lo emocional necesitan, en gran medida, de sus parejas o amigos para su sentido de identidad, validación y felicidad. Esto puede generar una falta de autonomía y una necesidad constante de atención y aprobación. Como resultado, se descuidan las propias necesidades y deseos, lo que lleva a tensiones en la relación.
Un ensayo con estudiantes universitarios, publicado en la revista Universitas Psychologica, identificó que la dependencia provoca comportamientos de aferramiento y búsqueda de atención, los cuales conducen a la modificación de planes y decisiones. Así, el dependiente gira alrededor de otra persona abandonando su autonomía.
Inseguridad y celos
Los dependientes emocionales, a menudo, se acompañan de inseguridad y miedo al abandono. Estas personas tienen dificultades para confiar en sus parejas o amigos y tienden a experimentar celos intensos.
De hecho, existe un lazo estrecho entre este tipo de dependencia y las relaciones intrafamiliares que ocasiona conflictos y una atmósfera de desconfianza, según una tesis publicada por la Universidad César Vallejo.
Las manifestaciones de esto, de acuerdo con una investigación de la Fundación Universitaria Konrad Lorenz, son un temor excesivo a la separación y a la soledad, así como la solicitud incesante de expresiones de afecto. En los peores casos, los celos y la inseguridad desencadenan diversas formas de violencia.
Exceso de exigencia
Las personas dependientes en lo emocional presentan expectativas demasiado altas de sus parejas o amigos. Exigen constante atención, afecto y apoyo, lo que quizás pone una carga pesada en la otra persona. A su vez, provoca creencias irracionales y una de ellas es la necesidad de perfeccionismo. Es probable que esto genere agotamiento y resentimiento en la relación.
Pérdida de individualidad
La pérdida de la individualidad en una relación es otro efecto de la dependencia. Las personas se fusionan emocionalmente con su pareja o amigo, perdiendo de vista sus propios intereses, metas y pasiones.
Esto conduce a una sensación de falta de satisfacción personal y a limitar el crecimiento individual dentro de la relación. Dicha individualidad desdibujada de la persona dependiente, indica un trabajo difundido por la Universidad Pontificia Comillas, le imposibilita fortalecer su autoestima; por el contrario, se incrementa el apego y la necesidad exagerada de afecto.
Ciclo de relaciones tóxicas
Las personas con dependencia, a menudo, tienen dificultades para establecer límites saludables y toleran comportamientos dañinos. Pueden quedarse en relaciones abusivas o disfuncionales, debido a su miedo a la soledad o al abandono. Esto da lugar a un ciclo de relaciones tóxicas y perjudiciales.
Un estudio de la Universidad Técnica de Ambato, detalla que la dependencia perjudica la funcionalidad familiar. La persona dependiente permanece en relaciones tóxicas, pues su apego se vuelve casi una adicción que le sumerge en estados de sacrificio y de sumisión.
¿Por qué una persona puede ser dependiente en lo emocional?
No existe un consenso absoluto sobre sus causas y factores de riesgo de la dependencia emocional. Sin embargo, podemos destacar los siguientes aspectos:
- Patrones familiares: si se han observado relaciones dependientes en la familia de origen, es más probable que una persona desarrolle patrones similares en sus propias relaciones.
- Baja autoestima y autocrítica: quienes experimentan baja autoestima tienen una mayor necesidad de buscar validación externa y necesitan de los demás para sentirse valorados y aceptados.
- Factores de personalidad: algunos rasgos como la ansiedad, la inseguridad y la evitación del conflicto, se asocian con la formación de relaciones dependientes y dificultan el desarrollo de la autonomía emocional.
- Vínculos de apego inseguros: estudios como los de MLS Psychology Research sugieren que los vínculos de apego inseguro en la infancia, como el ansioso o ambivalente, aumentan el riesgo de desarrollar dependencia emocional en la vida adulta.
- Traumas y abuso emocional: las experiencias traumáticas, de abuso o privación emocional en la infancia o en relaciones pasadas contribuyen con esta dependencia, señala un artículo en Behavioral Psychology/Psicologia Conductual. Estas perjudican la autoestima y la capacidad de establecer relaciones con base en la confianza y el respeto mutuo.
Estos factores no actúan de forma aislada, sino que interactúan entre sí y con otros aspectos individuales y ambientales, para influir en la dependencia emocional. La investigación en este campo es un área activa y en evolución. Pero es necesario realizar más estudios, para comprender por completo los factores de riesgo y las causas subyacentes.
¿Por qué es importante buscar ayuda profesional si sufres dependencia emocional?
Si eres dependiente en el ámbito emocional, es de vital importancia que busques ayuda profesional, por las siguientes razones:
- Autoconocimiento: entiendes tus patrones y sus orígenes. Un profesional contribuye a identificar creencias y comportamientos poco saludables, así como a explorar emociones y experiencias pasadas que inciden en tu dependencia.
- Desarrollo personal: al trabajar con un terapeuta aprendes a cultivar una mayor autoestima y a desarrollar una identidad propia más sólida. También a establecer límites saludables, a tomar decisiones independientes y a cuidar de ti de manera adecuada.
- Romper el ciclo: al no abordarla de modo adecuado, la dependencia se convierte en un patrón recurrente en las relaciones. La terapia psicológica facilita la ruptura de este ciclo y ofrece herramientas para evitar caer en relaciones dependientes en el futuro.
- Relaciones más saludables: la terapia permite establecer relaciones equilibradas y con base en el respeto mutuo. Asimismo, desarrollas habilidades de comunicación asertiva, aprendes a expresar tus necesidades de manera apropiada y a recibir apoyo emocional de forma saludable.
- Bienestar emocional: un profesional enseña a desarrollar la autorregulación emocional y fomenta tu bienestar general. De hecho, un estudio encontró en adolescentes jóvenes que la aparición de dependencia emocional está ligada a un menor bienestar psicológico (Alarcón, 2019).
Es posible superar la dependencia emocional
El apoyo psicológico es esencial para tu bienestar y desarrollo personal, cuando sufres de dependencia. Un profesional de la salud mental brinda las herramientas para superar dicho cuadro. Este proceso lleva tiempo y esfuerzo, es gradual y requiere de compromiso.
Por último, es indispensable rodearte de un entorno saludable durante el proceso. Con el tiempo y la atención adecuada, es posible mejorar la dependencia emocional y construir relaciones satisfactorias.
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