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7 consejos prácticos para tratar a una persona con falta de empatía

4 minutos
Poner límites y entender que la reacción de alguien sin empatía no tiene que ver contigo, son algunas recomendaciones para cuidar tu bienestar y comunicarte mejor.
7 consejos prácticos para tratar a una persona con falta de empatía
Macarena Liliana Nuñez

Revisado y aprobado por la psicóloga Macarena Liliana Nuñez

Escrito por Gabriela Matamoros
Última actualización: 08 noviembre, 2025

La empatía es una de las bases de la convivencia. Nos permite ponernos en el lugar del otro y comprender sus sentimientos. Sin embargo, no todas las personas adquieren esta habilidad con la misma facilidad y la falta de empatía hace que sean difíciles de tratar. Puede que no lo hagan a propósito, pero parecen incapaces de entenderte o reaccionar con sensibilidad ante lo que te sucede.

Convivir o relacionarse con alguien así no siempre es sencillo. Puede generar frustración, distancia emocional o incluso la sensación de no ser valorado. No obstante, aprender a manejar estas interacciones con estrategias claras ayuda a cuidar tu bienestar y mantener relaciones más saludables.

1. Comprende que su reacción no siempre tiene que ver contigo

Cuando una persona no tiene empatía, su manera de reaccionar es indiferente. Es fácil pensar: “No le importo” o “mis sentimientos no importan”. Pero la verdad es que no tiene recursos emocionales para reaccionar de otra manera.

Tal vez nunca aprendió a identificar sus sentimientos o los de los demás. Comprender esto te libera de tomarte todo de forma personal; su indiferencia es un reflejo de su incapacidad, no de tu falta de valor. Esta perspectiva más amplia reduce la frustración y protege tu autoestima.

2. Pon límites con frases sencillas

La falta de empatía implica que el otro resta importancia a lo que sientes o, en el peor de los casos, se burla de ello. Por esta razón, es importante poner límites. No hace falta que le sermonees: usando pocas palabras y frases firmes, deja clara tu posición. Por ejemplo, si alguien hace un chiste sobre una situación que te incomoda, podrías decir: “No me gusta que bromees con esto”.

Recuerda que los límites son herramientas que te ayudan a impulsar el respeto propio. Repetirlos crea un marco de seguridad y le hace saber al otro cómo deseas que te traten.

3. Sé directo

Es difícil que alguien poco empático capte una indirecta. Entonces, esperar a que las entienda por sí mismo puede ser aún más frustrante. Si buscas apoyo, pídelo con claridad: “Hoy necesito que me escuches, no que me aconsejes”. Esta frase indica lo que quieres y minimiza la posibilidad de que te ignoren. Al mismo tiempo, evitas confusiones y creas mejores interacciones.

4. Adapta tus expectativas para no desgastarte

Uno de los errores más frecuentes es esperar a que la persona cambie y se vuelva sensible. Sin embargo, esto rara vez ocurre. En lugar de centrarte en lo que le cuesta ofrecerte, fíjate en lo que sí que puede aportar.

Quizás no sea quien te anime en un día triste, pero puede ayudarte a resolver un problema o hacerte compañía. Cambiar el enfoque de tus expectativas previene decepciones y te permite apreciar lo que sí recibes.

5. Crea o fortalece tu red de apoyo

Nadie puede satisfacer todas tus necesidades emocionales, y menos aún alguien con poca empatía. Por eso, es fundamental contar con una red de apoyo que incluya amigos que te escuchen de manera activa, familiares con los que puedas hablar abiertamente e incluso espacios terapéuticos. Así no dependes de una sola relación y te sientes más en control, sobre todo si esa persona no comprende tus sentimientos.

6. Controla tus reacciones antes de responder

La frialdad puede despertar la necesidad de responder de manera impulsiva; pero hacerlo solo empeorará la situación. Practicar la autorregulación emocional te da ventaja. Intenta respirar profundo, salir a caminar unos minutos o escribir en un diario lo que sientes antes de hablarlo.

Estos recursos son útiles para responder con calma en lugar de ser cruel. Así, evitas que la indiferencia de la otra persona marque el rumbo de la conversación.

7. Considera el acompañamiento profesional

Cuando la falta de empatía ocurre en vínculos importantes, por ejemplo, con tu pareja, padres, hijos o un jefe, el impacto puede ser profundo. En tales contextos, la terapia individual trabaja en tu autoestima, mientras que la de pareja o familiar abre espacios de comunicación.

Recuerda que pedir ayuda es de valientes y que un psicólogo puede darte herramientas para gestionar necesidades emocionales y mejorar la convivencia.

Saber cómo tratar a una persona con falta de empatía es aprender a no desgastarse, esperando que el otro dé lo que no puede, y a expresar con claridad tus necesidades. Al principio no es fácil, pero poner límites y autorregularte, te ayudará a fortalecer tu bienestar. Finalmente, la relación contigo mismo es la más importante que siempre tendrás.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.