¿Conoces el síndrome de Jerusalén?

El extraño síndrome de Jerusalén afecta a algunas personas que visitan la ciudad. Aparentemente, se sienten poseídos por un espíritu religioso y místico que les hace presentar comportamientos extraños. En los casos más graves delirios y alucinaciones.
¿Conoces el síndrome de Jerusalén?

Última actualización: 30 noviembre, 2023

El síndrome de Jerusalén es un trastorno psicológico que afecta a los turistas que visitan Jerusalén y a quienes allí habitan. Esta alteración se parece a la psicosis. En los casos más graves pueden darse delirios y alucinaciones.

Normalmente, la gente que tiene este síndrome se identifica con personajes bíblicos y actúan imitando lo que de ellos conocen. Algunos de los personajes con los que se suelen identificar son Moisés, el rey David, Jesús de Nazaret y Juan Bautista. Los hombres tienden a emular a personajes masculinos, mientras que las mujeres a femeninos.

La religión profesada también influye, ya que los cristianos suelen identificarse con personajes del Nuevo Testamento, mientras que los judíos, para los que este libro no forma parte de sus creencias, imitan a personajes del Antiguo Testamento.

¿Por qué Jerusalén?

Hombre con síndrome de Jerusalén

El lugar más turístico de Israel es el Muro de los Lamentos, también conocido como Muro Occidental. Este se sitúa en la ciudad de Jerusalén. Cada día, miles de visitantes van hasta el muro a cualquier hora, ya sea para rezar, tomar fotografías o asistir a alguna ceremonia o manifestación. El ambiente histórico y espiritual que se vive es tan fuerte que puede ser el desencadenante de este síndrome.

Muchas de las personas que lo visitan se sienten atraídos en busca de experiencias sobrenaturales, que pueden ser espirituales o religiosas. Se sienten atraídos por la atmósfera que se crea, sobre todo pasada la medianoche. Al imitar a caracteres bíblicos, l as personas que padecen este síndrome van por las calles de la ciudad de Jerusalén predicando en público. También suelen cambiar sus ropajes por túnicas y sábanas.

El síndrome de Jerusalén

El primero en identificar clínicamente el síndrome de Jerusalén fue el Dr. Yair Bar-El, un psiquiatra. Después de examinar a más de 400 turistas que habían sido declarados dementes, en su mayoría judíos y cristianos, el doctor encontró algunas características comunes, por lo que pudo llegar a identificar los síntomas que caracterizan este síndrome.

Este síndrome se define como un trastorno disociativo histérico. Los enfermos adoptan otra personalidad que, posteriormente, no serán capaces de recordar. El ambiente de espiritualidad de la ciudad antigua de Jerusalén, caracterizado por la religión, la historia, la ideología y la mitología, se ve enriquecido por los sucesos que allí se han dado: guerras, cruzadas, masacres, etc., no dejando indiferente a las personas que lo visitan.

El síndrome de Jerusalén ha sido comparado el síndrome de Florencia o de Stendhal. Este fue detectado entre los turistas que iban a Florencia y los cuales actuaban de forma rara e irracional. Estos turistas presentaban vértigo, confusión, temblores, depresiones e incluso alucinaciones después de tantas obras de arte en un mismo lugar. Sin embargo, este síndrome se produce por la belleza de las obras de arte y de las ciudades, mientras que el síndrome de Jerusalén se debe a la religión.

Tipos de pacientes con el síndrome de Jerusalén

El grupo de trabajo de Bar-El (2000) identificó diferentes tipos de pacientes con base en su experiencia clínica.

Tipo 1

El primer tipo sería el más común, ya que es el que suele desarrollarse en la mayoría de los casos. Este grupo está formado por personas que han recibido el diagnóstico de algún trastorno psicótico antes de visitar Israel. Es más, en el tipo 1, podríamos encontrar ideas delirantes que habrían motivado a esas personas a viajar a Jerusalén con el fin de completar “su misión”. Además, dentro de este primer grupo, podríamos hacer una subdivisión entre 4 subtipos:

  • Subtipo 1: cuando se identifican con un personaje bíblico o tienen la convicción de ser ellos ese personaje.
  • Subtipo 2: cuando se identifican con una idea religiosa o incluso política.
  • Subtipo 3: cuando atribuyen propiedades curativas a lugares santos.
  • Subtipo 4: cuando los problemas familiares culminan en episodios psicóticos.

Tipo 2

Este grupo estaría compuesto por aquellos pacientes que tienen ideas idiosincrásicas y además muestran otros problemas psicológicos como alguna descompensación psicótica en su personalidad. No obstante, en este tipo de casos las ideas y los pensamientos extraños no llegan a alcanzar las dimensiones psicóticas o delirantes, más bien suelen aparecer ideas obsesivas. Este tipo de se aplica a dos clases de personas:

  • A individuos pertenecientes a un grupo.
  • A personas solitarias.

Tipo 3

Son personas que nunca han recibido el diagnóstico de algún trastorno psicótico que pudiera tener alguna relación con los síntomas del síndrome de Jerusalén. En estos casos, suelen recibir el diagnóstico tras haber sufrido un brote psicótico agudo cuando llegan a la ciudad. Podría decirse que esta sería la forma más “pura” de desarrollar el síndrome de Jerusalén, al no haber antecedentes psiquiátricos.

Principales criterios diagnósticos para el síndrome de Jerusalén tipo 3

Primer criterio: la persona no tiene antecedentes de trastornos psiquiátricos. No ha tenido episodios psicóticos, ningún problema significativo relacionado con el trabajo, la familia o el consumo de sustancias. Los sujetos pueden definirse como saludables y sin algún trastorno mental.

Segundo criterio: la persona llega Jerusalén sin una misión especial o propósito específico. Suelen llegar con amigos o familiares, a menudo como parte de un grupo de turistas.

Tercer criterio: El individuo tiene, al llegar a Jerusalén, una reacción psicótica aguda que se desarrolla en siete etapas:

  1. Ansiedad, agitación, nerviosismo y tensión.
  2. Voluntad de separarse del grupo para recorrer Jerusalén solo.
  3. Necesidad de purificarse: obsesión con tomar baños de manera compulsiva.
  4. Preparar y usar una túnica blanca.
  5. Necesidad de cantar o gritar salmos en voz alta, versículos de la Biblia o himnos espirituales.
  6. Ir en procesión o marcha a un lugar sangrado.
  7. Dar un sermón de forma pública en alguno de los lugares sagrados de la ciudad de Jerusalén.

Los síntomas que acompañan al síndrome de Jerusalén

Jerusalén

Los turistas que tienen este síndrome comienzan a sentir nerviosismo o ansiedad sin ninguna razón aparente. Tienden a alejarse de las personas con las que viajan y aislarse. Posteriormente, comienzan a realizar actos de purificación en baños y duchas, y cambian sus ropas a fin de parecerse a los personajes bíblicos. Algunos se ponen a predicar en la calle o se creen El Mesías. La frase más común que suelen decir para describir lo que les pasó es “de pronto, algo ocurrió”.

Pasados unos días retornan a la “realidad”, muchos con vergüenza. No logran explicar lo que les pasó y se arrepienten de sus comportamientos extravagantes. Se piensa que aquellos que sufren el síndrome llegaron a Jerusalén predispuestos y, una vez allí, el síndrome latente se despierta.

¿Has visitado Jerusalén? Si lo visitas y si encuentras gente predicando por la calle o lavándose en una fuente no pienses que están locos. Quizás tengan el síndrome de Jerusalén o, quizás, lo puedas vivir de primera mano.

Tratamiento del síndrome de Jerusalén

En el caso del tipo 3, formado por personas sin antecedentes psiquiátricos, parece haber una buena recuperación espontánea en menos de una semana, es decir, su recuperación se produce de forma natural. Pese a la existencia de una alta tasa de recuperación espontánea, el tratamiento consistiría, según la experiencia de Bar-El, en:

  • Utilizar tranquilizantes menores y/o melatonina.
  • Mejorar y fortalecer de relaciones familiares y facilitar el regreso al grupo de viaje.
  • Atender psicológicamente a la persona en el momento de la crisis.

En los casos más graves, como suelen ser los del tipo 1, que cuentan con antecedentes psiquiátricos, podría ser necesario un ingreso hospitalario más prolongado y el tratamiento más adecuado sería similar al que reciben las personas con cualquier trastorno psicótico.

En el caso del grupo de pacientes pertenecientes al tipo 2, existe la opción de optar por un tratamiento centrado en la sintomatología comórbida con el fin de lograr una estabilidad, con el fin de que los síntomas asociados al síndrome remitan en cuestión de días.

Para terminar, Bar-El y su equipo de investigadores aseguran que es importante la prevención que se puede llevar a cabo por parte de los guías turísticos en Jerusalén, de forma que estos estén entrenados en la detección de posibles sintomatologías asociada con dicho síndrome.


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  • Bamforth, I. (2010). Stendhal's Syndrome. British Journal of General Practice60(581), 945-946.
  • Bar-El, Y., Durst, R., Katz, G., Zislin, J., Strauss, Z., & Knobler, H. Y. (2000). Jerusalem syndrome. The British Journal of Psychiatry176(1), 86-90.
  • Calabrese, J., & Al Khalili, Y. (2019). Psychosis. StatPearls. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK546579/
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  • Villar, J. L. (2015). El síndrome de Jerusalén:¿ los vascos y la religión?. In El peso de la identidad: mitos y ritos de la historia vasca (pp. 81-107).
  • Witztum, E., & Kalian, M. (1999). The” Jerusalem syndrome”–fantasy and reality a survey of accounts from the 19th century to the end ot the second millennium. The Israel journal of psychiatry and related sciences36(4), 260.

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