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Estos son los tipos de miedo que experimentamos las personas, según la psicología

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El miedo, desde el que nos protege hasta el que nos limita, es parte la experiencia humana. Aquí te describimos las clases de miedo que existen.
Estos son los tipos de miedo que experimentamos las personas, según la psicología
Macarena Liliana Nuñez

Revisado y aprobado por la psicóloga Macarena Liliana Nuñez

Última actualización: 31 octubre, 2025

¿Quién no ha sentido miedo alguna vez al presentar un examen o durante un temblor? Claro que cada persona lo experimenta de forma distinta y con una intensidad diferente. En el ámbito científico, los miedos son innatos o adquiridos. Y desde un enfoque divulgativo, hay varios tipos de miedo, como el racional, irracional, aprendido, patológico y existencial.

Pero ¿para qué sirve el miedo? Nos protege, nos alerta y nos prepara para actuar ante situaciones difíciles. A continuación, te contamos cuántas clases existen, sus características y qué puedes hacer para manejarlas y sentirte mejor.

Miedo racional: cuando el peligro es real

Este miedo aparece ante una amenaza concreta, real e inmediata. Por ejemplo, al cruzar la calle y ver que un ciclista viene a toda velocidad. Su causa es clara e identificable y cumple una función adaptativa, porque te ayuda a reaccionar y protegerte. Desaparece cuando pasa el peligro.

¿Qué puedes hacer en estos casos? Escucha a tu cuerpo, actúa con calma y evalúa la situación. También puedes anotar las situaciones que te provocan este miedo, revisa qué tan probable es que ocurran y cuáles serían las consecuencias. Luego, compara la emoción con los hechos, esto ayuda a reducir su intensidad. Además, crea un plan de acción realista para sentirte preparado y aliviar la incertidumbre.

Miedo irracional: el enemigo invisible

Surge sin una causa lógica. Por ejemplo, sentir miedo a los globos porque podrían explotar, evitar túneles o puentes sin razón aparente o angustiarse al escuchar el timbre del teléfono. Aunque no hay un peligro real, puede causar ansiedad, aislamiento o bloqueo. Se relaciona con experiencias pasadas o pensamientos que no reflejan lo que realmente pasa. Si es persistente y desproporcionado, puede encajar en diagnósticos como fobias específicas o ciertos tipos de ansiedad.

Para gestionar este temor, primero reconócelo y obsérvalo sin juzgarte, habla de lo que sientes con alguien de confianza para tener otra perspectiva y practica respiraciones profundas para calmar tu cuerpo y mente. Si persiste e interfiere con tu vida, busca apoyo profesional.


Descubre más: Las 4 fases del miedo


Miedo aprendido: el que se instala con el tiempo

De los tipos de miedo, este se aprende de lo vivido. Si de pequeño te gritaban por equivocarte, es posible que hoy temas fracasar. O si te decían que los perros eran peligrosos, quizás hoy les temas, aunque no hayas tenido una mala experiencia con estos animales. También puede nacer a través de la observación de otros o por transmisión cultural.

Puede mantenerse por muchos años si no se maneja, y no siempre somos consciente de su origen. En estos casos, trata de identificar la raíz, pregúntate: «¿Cuándo comencé a sentir este temor?». Considera también hablar con un profesional para conocer la causa y trabajarla.

Miedo patológico: cuando te incapacita

En este caso, el miedo se vuelve un trastorno. Su intensidad y persistencia interfiere con la vida diaria. Puede manifestarse como fobias, ataques de pánico o trastornos de ansiedad. Suele ser excesivo y desproporcionado, y afecta tu mente y cuerpo, por lo que requiere de atención psicológica o médica. Es muy importante que no enfrentes solo ningún tipo de miedo, pero este en particular requiere intervención de un experto desde un inicio, por su nivel de complejidad.


No te vayas sin leer: Aprende a enfrentar el miedo


Miedo existencial: el temor a lo inevitable

¿Sientes un nudo en el estómago al pensar en temas como la muerte, el paso del tiempo o el sentido de la vida? Este tipo de temor no siempre está presente, pero puede surgir en crisis o situaciones de reflexión. Es profundo y filosófico, genera angustia o despierta una búsqueda de propósito.

Es común que el miedo existencial aparezca en la adultez o después de eventos significativos. La recomendación es hablar de estos temas en espacios terapéuticos para ayudarte a sentirte mejor.

Recuerda que identificar los tipos de miedo que sientes es el primer paso para enfrentarlos de forma consciente y cuidar tu salud mental. Pon en práctica las recomendaciones comentadas; en casos de miedos intensos o patológicos, estas intervenciones resultan más eficaces si se aplican con la orientación de un profesional.


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