Explotar en 60 segundos
Jamás es tarde para aprovechar nuestros minutos presentes. Basta con querer, desear y decir: Ahora es el mejor momento. Conseguir que cada instante de nuestra vida sume. Es decir, no paralizarnos con multitud de absurdas y simples preocupaciones diarias que restan energía, o en problemas que etiquetamos de imposible solución, o en nada que cotidianamente nos impida comprender que la vida transcurre.
Es imposible saber lo que ocurrirá en los próximos segundos.
¿Qué cosas podrían suceder en un minuto? ABSOLUTAMENTE TODO.
Sesenta segundos BASTAN para perder la vida; para salvarla; abandonar una relación; recuperarla; enriquecerse o arruinarse; terremotos, catástrofes, accidentes, etc.
Pero no olvidemos que un minuto también es suficiente para unir, crear, para no tener miedo a expresar sentimientos, para soñar con esperanzas, infundir expectativas maravillosas en los demás sin importar “el que dirán”.
La única solución quizá, es hacer las cosas como si las hiciéramos por última vez, como si cada minuto fuese un comienzo continuo para establecer cada día una nueva vida.
Cuando una persona querida desaparece, se disparan nuestras alarmas y pareciera que la vida, fugaz y efímera, debiera de haber sido aprovechada de la mejor manera posible. Y que disfrutar intensamente de sus minutos y los nuestros fuera lo único realmente reconfortante.
Parece que decidimos vivir sin pensar objetivamente que nuestra vida tiene fecha de caducidad, en vez de pensar que cuando llega ese punto final, hemos sido felices por conseguir que cada minuto vivido, fuera una explosión diaria de energía donde mereció la pena invertir.