¿Hay un único estilo de crianza adecuado para todos los niños?
La crianza ya no es tan automática e intuitiva como solía ser en épocas anteriores. Muchos padres y madres han tomado conciencia de la importancia de elegir y seguir un estilo educativo concreto para poder ofrecer a sus hijos coherencia y las mejores condiciones de crecimiento.
Sin embargo, hay multitud de opciones y es normal que exista un miedo a escoger mal y no tener resultados. Por ello, hoy abordamos la cuestión de si hay un estilo de crianza adecuado para todos los niños.
Es posible que hayas visto videos en redes sociales o hayas escuchado a expertos hablar sobre crianza consciente y positiva. Son estas corrientes en las que se aplica el diálogo y la empatía y se sacan de la ecuación aspectos como el castigo.
Probablemente, hayas pensado: “sí, es muy bonito, pero esto con mi hijo no funcionaría, no me haría ni caso”. Pues bien, vamos a ver en qué se basan los estilos de crianza para que puedas escoger correctamente.
Afecto y límites: las bases de la crianza
Tradicionalmente, se han establecido cuatro estilos diferentes que se pueden aplicar en la crianza de los niños. Estas categorías provienen principalmente del trabajo de Diana Baumrind y las posteriores aportaciones de Maccoby y Martin.
Estos autores encontraron que los estilos de crianza funcionan en torno a varios ejes:
- El grado de afecto y nutrición emocional que ofrecen los padres
- El establecimiento de límites y pautas disciplinarias
- El estilo de comunicación con los hijos
- Las expectativas y exigencias de los padres sobre sus hijos
Los diferentes estilos educativos
En función del grado en que se presenta cada componente, surgen cuatro estilos educativos diferentes:
- Autoritario: presenta límites muy estrictos, una alta exigencia, poca comunicación y bajo nivel de afecto. Los niños criados bajo este paradigma suelen tener problemas de autoestima, dificultades para tomar decisiones y bajas habilidades sociales. También pueden mostrarse hostiles y agresivos.
- Permisivo: al contrario que el anterior, este estilo de crianza ofrece altos niveles de afecto y comunicación. Sin embargo, las exigencias y los límites son muy escasos o nulos. Los niños con padres permisivos pueden convertirse en tiranos, caprichosos e incapaces de tolerar la frustración. Asimismo, suelen ser inmaduros y dependientes.
- Negligente: en este caso existe ausencia tanto de afecto como de límites. Los padres no ejercen activamente su rol y se desentienden en gran medida de sus hijos. Es el estilo educativo más dañino a nivel psicológico, formando niños con graves problemas sociales e importantes consecuencias emocionales.
- Democrático: multitud de investigaciones han demostrado que es el estilo de crianza más positivo y apropiado. Se caracteriza por ofrecer afecto y apoyo al mismo tiempo que se establecen normas y límites claros. Las expectativas hacia el niño son elevadas, pero flexibles y la comunicación es un pilar clave en el hogar. Estos niños aprenden a ser maduros, autosuficientes y felices, y gozan de buenas relaciones sociales.
¿Existe un estilo de crianza adecuado para todos los niños?
Como puedes ver, los estilos democráticos son los más adecuados para el desarrollo integral del niño, pues fomentan su bienestar emocional, su autonomía y su autoconfianza. Dentro de esta categoría, podemos encontrar diversas propuestas, como la crianza con apego, la crianza respetuosa o la positiva.
Pese a poseer ciertos diferencias, en todas ellas se comparte una base común: el niño es mirado y tratado con respeto, afecto y límites; la empatía y la comunicación son las bases que rigen el día a día y no se busca la obediencia sino el desarrollo del niño como individuo.
Sí existe un estilo de crianza adecuado para todos los niños, y es este. Todos los infantes merecen ser tratados con respeto y consideración, merecen ser nutridos emocionalmente y ser apoyados y guiados para desarrollar sus habilidades. Incluso ese niño que desobedece, desafía y es impulsivo tiene derecho a este buen trato democrático.
Hay un estilo de crianza adecuado para todos los niños, pero hemos de saber adaptarnos
Ahora bien, es importante conocer a nuestros hijos y poder aplicar ciertos matices; por ejemplo, en función del tipo de temperamento. Con los niños de temperamento fácil es muy sencillo y gratificante aplicar las pautas de crianza democrática, ya que responden rápido y bien a ellas, son infantes de manual.
Sin embargo, los de temperamento difícil pueden suponer un reto: parece que tanta paciencia y amor no funciona con ellos y con su perenne disconformidad y rebeldía, pero son los que más lo necesitan. Es el respeto, el afecto y la empatía que muestres la que logrará moldear su carácter positivamente, solo que necesitarás más tiempo para ver resultados.
Por otro lado, hay niños muy demandantes que constantemente buscan tu cercanía y amor, pero hay otros de temperamento apático que no lo hacen. Esto no significa que no lo necesiten; de hecho, es importante hacer un esfuerzo extra por nutrirles y estimularles emocionalmente.
Más allá del temperamento, también hemos de fijarnos en las características de personalidad. Hay niños más inquietos, impulsivos y desorganizados que pueden beneficiarse en mayor medida de unas normas aplicadas con firmeza. Pero otros niños, más sensibles e introvertidos, puede sentir esa firmeza como hostilidad, por lo que requerirán una dosis extra de tacto.
En definitiva, ningún niño aprende mejor a base de gritos, castigos y humillaciones. No hay niño tan difícil que estos sean los únicos medios para educarle. Todos los pequeños, sin excepción, necesitan amor, límites y respeto. Solo es cuestión de conocerlos y amoldarnos a sus necesidades.
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Baumrind, D. (1967). Child care practices anteceding three patterns of preschool behavior. Genetic Psychology Monographs, 75(1), 43–88.
- Rojas, M. (2015). Felicidad y estilos de crianza parental. (Documento de Trabajo). México: Centro de Estudios Espinosa Yglesias.