La activación conductual: una ayuda para salir de la depresión
De repente algo malo pasa y la tristeza empieza instaurarse en tu vida. Te sientes mal, muy mal. Todo te genera un dolor tal que no quieres hacer nada. Y no lo haces. Te tumbas en tu cama a ver la vida pasar. Llega un momento en el que no es que no quieras moverte, es que simplemente no puedes.
Y te acostumbras a esa falta de actividad. Parece que te hace sentirte mejor. Te convences de que salir de casa supondría que el malestar aumentase. Porque desaparecer no ha desaparecido, pero parece que al no moverte se ha estabilizado y es incluso soportable… ¡No! ¡Reacciona, recupera los mandos de tu vida y comienza a sentirte mejor! Queda un largo camino por delante, pero tenemos que dar el primer paso… La activación conductual nos puede ayudar, ¿caminas conmigo?
“Un alma triste puede matar más rápidamente que una bacteria”
-John Steinbeck-
La necesidad de tratar la depresión
Aunque no se suelen comentar estos temas, la realidad es que el 13% de las enfermedades a nivel mundial son mentales. Debido a su alta prevalencia y a los riesgos asociados que conlleva, como el suicidio, la depresión es una de las afecciones más importantes. No solo es el motivo de consulta principal y más frecuente en atención primaria, sino que además supone el problema sanitario que más incapacita ya que la depresión tiene el poder de debilitar a todo nuestro organismo.
La prevalencia de este tipo de enfermedades supera a las tasas de diferentes enfermedades físicas, como puede ser el cáncer y los problemas cardiovasculares. Además, se prevé que el número de este tipo de trastornos sea considerablemente mayor para el año 2020 si no se ponen en marcha estrategias de prevención y tratamiento, como la activación conductual.
Además de que la sufren un número considerable de personas, conlleva una serie de costes para los pacientes, tanto a nivel personal, social como económico. Por otro lado, suele estar asociada a otras enfermedades, tanto físicas como mentales. Por último, es un trastorno que suele cronificarse si no se trata o se hace mal, haciendo que todo lo comentado se agrave.
“El alma resiste mucho mejor los dolores agudos que la tristeza prolongada”
-Jean-Jacques Rousseau-
¿Por qué se debe fomentar la activación conductual en la depresión?
La activación conductual es una herramienta para superar la depresión que se centra en las conductas que llevan a cabo las personas deprimidas. Así, la aplicación de este instrumento terapéutico parte del análisis de qué es lo que hacen las personas que tienen este diagnóstico. Cuando analizamos esto, lo que encontramos es que las personas deprimidas realizan pocas actividades y a medida que la depresión avanza el número se reduce más.
Esto es, cuando estamos deprimidos reducimos nuestra tasa de actividad: rechazamos participar en proyectos nuevos cuando se acaban los que teníamos en marcha e incluso abandonamos alguno. La activación conductual en estas evitaciones o abandonos. Lo que trata de conseguir esta técnica es que la persona aumente de forma progresiva las cosas que hace.
“Expulso el dolor y la tristeza cuando bailo, y atraigo felicidad y ritmo”
-Igna Muscio-
Pero es necesario tener algo en cuenta. No se trata de hacer cosas por hacer. El “quid” de la cuestión está en realizar en mayor medida actividades que sean relevantes para la persona con depresión. Puede implicar numerosas tareas, desde leer, hacer deporte, retomar amistades, bailar hasta viajar o ir a merendar a nuestro sitio favorito. Todo ello debe ser poco a poco. Así, se trata de rehacer nuestra vida aunque estemos mal para poder volver a estar bien.
Beneficios de la activación conductual
La activación conductual se ha estudiado ampliamente, de forma que se han delimitado los beneficios que aporta en relación con el tratamiento de la depresión. Lo más importante es que se presenta como una técnica alternativa o complementaria al tratamiento con psicofármacos, incrementando el impacto positivo del tratamiento, acortando el periodo de recuperación y disminuyendo los efectos secundarios.
En concreto, se ha demostrado que la activación conductual es, como mínimo, tan efectiva como la utilización de psicofármacos en el manejo de la depresión. Pero no sólo eso, presenta un claro punto a favor respecto a los medicamentos: no presenta los efectos secundarios que el tratamiento farmacológico sí tiene.
La activación conductual es una técnica que se ha demostrado eficaz para el tratamiento de este problema de salud. Esto no quiere decir que se deba poner en marcha de forma aislada en el proceso terapéutico. Al contrario, es una herramienta más a tener en cuenta para recuperar nuestra salud y nuestro bienestar y que siempre debe ser diseñada, pautada y controlada por un profesional.
Imágenes cortesía de Frank Marino, Volkan Olmez y Austin Schmid.