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Cuando dejas de buscar a la persona perfecta aprendes a amar con más libertad

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Si nadie es perfecto, ¿por qué esperamos que nuestras parejas lo sean? Por más que nos gusten, los amores de película tienen un guion, pero la vida real no.
Cuando dejas de buscar a la persona perfecta aprendes a amar con más libertad
Última actualización: 25 septiembre, 2025

¿Quién no ha soñado con encontrar a ese alguien especial con quien compartirlo todo? Vivimos rodeados de libros, películas y canciones que nos prometen que ahí fuera se encuentra nuestra pareja perfecta, y por eso nos cuesta tanto dejar de buscar a esa persona.

Pero conforme pasa el tiempo y vamos de cita en cita, nos damos cuenta de que es casi imposible dar con alguien que sea romántico, detallista, divertido, atractivo, independiente, responsable, altruista y un sinfín de cualidades más. ¿Pero qué pasaría si dejáramos de perseguir la perfección y nos centráramos en amar a las personas tal como son? Acompáñanos a descubrirlo.

El mito de la persona perfecta

Desde que somos pequeños escuchamos historias que nos dicen cómo debería ser el amor. Ese mito del príncipe azul que llega a salvar a su pareja para ser felices por siempre o la mujer hermosa y llena de cualidades que sacrifica todo por amor.

El guion se repite una y otra vez en la literatura, la música, el cine y la poesía. Pero la verdad es que esa fantasía romántica es difícil de aplicar en la realidad, porque hasta las parejas que parecen perfectas ante los demás tienen sus propios retos en la intimidad.

En la vida real, cada persona es un universo lleno de vulnerabilidades. Aun así, nos aferramos al mito de la pareja perfecta. Pero ni los hombres son superhéroes dispuestos a salvarnos de todo, ni las mujeres guerreras que jamás se equivocan. Lo valioso no es perseguir un amor ideal, sino elegir a alguien que, sin ser perfecto, te entiende y cuida de ti.

Las expectativas matan las relaciones antes de que puedan empezar

Todos queremos tener un amor real y sincero, una persona que sea hogar, amante, cómplice… Y, por supuesto, que nos atraiga. Pero cuando la búsqueda de pareja se convierte en un listado de requisitos, corremos el riesgo de no valorar lo bueno que ya tenemos delante, más allá de los defectos inevitables.

Lo curioso es que, al buscar pareja, y más aún luego de años de soltería o de malas experiencias, solemos centrarnos solo en aquello que nos incomoda porque queremos que sea la persona perfecta. “No responde los mensajes rápido”, “tiene un estilo particular”, “prefiere quedarse en casa los fines de semana”… Sí, los detalles menores suelen ser la razón por la que muchas relaciones no avanzan.

No nos confundamos. No se trata de rebajar nuestros estándares o conformarnos con alguien que no nos llena por el miedo a estar solos. Se trata de entender que lo importante no es una lista de requisitos, sino cómo nos sentimos con esa persona. Si nos inspira confianza, si nos hace reír, si nos acepta como somos y si está dispuesta a caminar a nuestro lado.

Soltar la idea de perfección nos permite amar con autenticidad y libertad

El amor no tiene que ser perfecto, tiene que ser real. Ni tú ni tu pareja están para encajar con las expectativas del otro. Tener defectos, equivocarnos y no cumplir con todos los ideales románticos o sociales no nos hace menos dignos de amor. Lo que sí exige es ver más allá de lo superficial para construir vínculos auténticos y libres.

Esto no significa que debamos renunciar a la idea de un amor bonito. Se trata de reconocer que todos tenemos luces y sombras, virtudes y defectos. Lo increíble no es encontrar a una pareja impecable, es dar con alguien con quien crecer, reír, llorar y compartir el día a día.

Dejar la idea de buscar la pareja perfecta nos permite apreciar a las personas tal como son: reales, imperfectas, con temperamentos y particularidades que las hacen únicas. Al final, está en nosotros elegir quién nos mueve el corazón para compartir nuestra existencia. Y si no funciona, mientras haya vida y amor en nuestro interior, siempre habrá nuevas oportunidades para enamorarnos.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.