¿Por qué es tan difícil creer que la soltería se puede disfrutar?
Ser soltero está bien cuando eres joven, pero ¿qué pasa cuando alguien traspasa la frontera de los 30 sin tener pareja? Pues aquí la situación se complica un poco, porque para muchas personas es difícil creer que la soltería se puede disfrutar. Crecimos con la idea del: “¡vivieron felices para siempre!”.
Cuando creemos que el amor romántico siempre nos haría más felices, negamos otras formas de bienestar. Así, la neurociencia muestra cómo zonas en el cerebro relacionadas con el placer y la recompensa tienen mayor actividad cuando nos encontramos en compañía de alguien que amamos.
Aquí te invito a preguntarte: ¿a quién amo? Para muchos puede que la respuesta sea a mi novio/a-marido/mujer. Sin embargo, el amor es mucho más. En este sentido, tu cerebro se ilumina junto a la compañía de un ser amado: tu abuela o tu hijo.
Por ello, desde el cuidado al otro debemos evitar comentarios como: “ya te arrepentirás”, “es una idea pasajera”,” no has conocido a la persona correcta”. Imagina que le dices eso mismo a una pareja, ¿qué cara pondría?
Por ello, pensemos en algunas razones por las que es difícil imaginar la soltería como decisión de vida.
1. Hay una tendencia al shippeo
Los más clásicos lo llamarían hacer de celestina, pero hoy en día los más modernos lo llaman hacer un shippeo. Es un término que viene del inglés y se refiere al deseo romántico de unir a dos personas en romance. Pensemos en todas las series de televisión, libros, historias Disney que hacen pensar que estar en pareja es lo correcto y lo normal.
La tendencia a poner todo en pareja tiene antecedentes muy lejanos en la humanidad. Por ejemplo, algunos textos bíblicos dicen: “por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne” o incluso la imagen de Moisés subiendo al arca a todas las especies de dos en dos.
En este contexto, estar en pareja es no solo una decisión personal. Por el contrario, es algo normal y casi obligatorio estar-ser pareja ante la presión social y cultural. Ahora bien, es importante ser consciente de esas creencias que a veces limitan los vínculos al reducido círculo del amor romántico que solo implica a dos.
2. Quien es soltero fracasó
Para algunos, la idea de fracaso es igual a soltería; pues quien está soltero no encontró “a su medía naranja” o simplemente le paso el tiempo o “lo dejó el tren”. Esta perspectiva tiene algunas connotaciones negativas, como “déficit” o “carencia”.
No obstante, lo que muestran los estudios es que las personas solteras disfrutan de más espacios de libertad y asocian el progreso de su desarrollo personal a su condición de soltería.
Ser soltero tiene luces y sombras, por ello no hay que satanizarlo, y mucho menos romantizarlo. La soltería como estigma o como estereotipo desconoce una variedad de formas en que las personas asumimos nuestro estado civil. Por ello, es importante entender que las personas se pueden vincular de formas muy diferentes.
Hay para quienes estar soltero implica un fracaso; por el contrario, otros piensan que la soltería es un triunfo genuino para ser y desarrollar su proyecto de vida. No sabemos que depara a cada uno el futuro, pero sí sabemos que el fracaso es solo un adjetivo, insuficiente para describir la complejidad de las relaciones humanas.
3. ¿Y la compañía? Te haces mayor
¿La soledad puede ser un problema? Tal vez llegar al otoño de la vida sin una pareja pueda parecer una mala idea. Si estoy solo en la vejez, ¿con quién lloraré? Si no me casé, ¿con quién compartiré mi alegría?
¡No te preocupes! En la soltería también es posible expresar emoción y afecto fuera de la constitución de una familia. Para los hombres mayores, la experiencia de vivir solo significa tener la oportunidad de crecimiento personal y la libertad para la autodeterminación, manteniendo la estructura, el equilibrio y un sentido de propósito para su vida.
Por otra parte, que una persona no se case nunca o no establezca una relación de pareja no condena su vejez a la soledad. Por el contrario, es necesario comprender que el disfrute del amor pleno no es patrimonio de los casados; pues, al igual que estos, los solteros pueden disfrutar de relaciones afectivas suficientemente satisfactorias y nutridas a lo largo de toda su vida. Recuerda que soltero no es igual a ser/estar solo-triste.
4. Felizmente… ¿Casado? ¿Soltero?
¿Sabías qué la palabra soltero viene de “suelto” y se aplicaba a las riendas (“a rienda suelta”)? Con los años, pasó a significar ‘no casado’. Es aquí cuando aparecen los dualismos soltero-casado, y la pregunta: ¿quién es más feliz? Ante esto, lo primero es comprender que la felicidad es un fenómeno complejo que depende de diferentes factores.
Lo segundo es que más allá de defender la soltería o el matrimonio, es necesario que pensemos que ambos ofrecen grandes posibilidades de alcanzar una vida feliz. De igual forma, los dos estados civiles contienen grandes retos y dificultades sometidos a un largo proceso que conduce al logro de una vida rica y plena. Ya decía Juan Bernad, autor del libro La psicología del soltero: entre el mito y la realidad, que:
“Hay muchas versiones de la vida plena, una de ellas es la del soltero, que no es mejor ni peor que la del casado; una y otra conllevan grandes posibilidades y también numerosas limitaciones”.
5. Estar solo vs. sentirse solo
Estar soltero no necesariamente es igual a ser un llanero solitario en el mundo. De manera similar, muchas personas casadas y con una familia numerosa se sienten solas. Así, la soledad se define como una experiencia desagradable debido a la falta de interacciones sociales importantes, y no está relacionada con el estado civil.
Ser soltero es diferente a sentirse solo. Algunos solteros pueden experimentar sentimientos de soledad, pero esto no es significativamente diferente que otros grupos poblacionales. Se nos hace difícil comprender la soledad porque tenemos estereotipos e ideas que no necesariamente cumplen todos los solteros, ni siquiera la mayoría.
La soltería actual es totalmente diferente al estigma que se tenía hace 50 años, cuando el 75 % de la población estadounidense se casaba entre los 20 a 35 años. La idea de que las personas priorizan otras áreas de su vida es más cercana para todos, puesto que no hay una comprensión total y última de la vida de cada persona.
Saber estar solo y amar la soledad
Hoy, cuando la diversidad en la forma de vincularnos y de amar se hace más visible, es relevante detenerse a pensar que la vida del soltero tiene poco que ver con la soltería de otros tiempos. Por ello, es importante evitar cualquier tipo de generalización sobre los solteros, para comprender que no es blanco y negro, sino una gama de arcoíris.
Finalmente, la soltería se puede disfrutar porque la “media naranja” es un mito, todos estamos rodeados de personas que pueden ofrecernos el regalo de su amor y recibir el nuestro. Recuerda que el amor va más allá del estado civil, y no solo es romántico.
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Bernad, J. (2004). La psicología del soltero: entre el mito y la realidad.
- Çelik, K. (2018). Unmarried women with closed “windows of opportunity”: Professional women’s reasons for not getting married. Women’s Studies International Forum, 66, 48–55. doi:10.1016/j.wsif.2017.11.012.
- Peña, J. R. A. (2022). El cerebro enamorado.
- Yetter, L. S. (2010). The Experience of Older Men Living Alone. Geriatric Nursing, 31(6), 412–418. doi:10.1016/j.gerinurse.2010.07.001.