La relación entre el dinero y la felicidad según la ciencia
La relación entre dinero y felicidad ha sido una cuestión estudiada por sociólogos, psicólogos y economistas. Nos encontramos en una sociedad dirigida a obtener un estatus económico. Por ello, saber precisamente si es el dinero el que nos lleva a la felicidad es una cuestión jugosa.
Lo más interesante en los estudios sobre la relación de dinero y felicidad es superar las excepcionalidades y encontrar reglas generales que se repitan una y otra vez en distintas sociedades. Igualmente, es importante saber qué papel juega normalmente el dinero con nuestra satisfacción vital en una sociedad capitalista.
Los estudios más interesantes precisamente señalan la diferencia entre tener dinero solo para cubrir necesidades básicas o tener dinero como opción de poder en la sociedad. Esta es una brecha en la que se basan casi todos los resultados de estudios entre dinero y felicidad.
Dinero y felicidad: tener para cubrir las necesidades básicas, necesario para el bienestar
Una de las primeras teorías entre la relación entre dinero y felicidad fue descrita por Richard Easterlin, que trabajaba como profesor de economía en la Universidad del Sur de California.
El profesor Easterlin descubrió que los países con ingresos medios más altos son, en general, más felices que los países con niveles de ingresos medios más bajos. Mientras los ciudadanos tengan ingresos suficientes para satisfacer sus necesidades básicas, estarán contentos.
Easterlin argumentó que la satisfacción con la vida aumenta con los ingresos promedio, pero solo hasta cierto punto. Más allá de eso, la ganancia marginal en felicidad disminuye. En pocas palabras, la paradoja felicidad-ingresos es la siguiente: en un momento, tanto entre las naciones como dentro de ellas, la felicidad varía directamente con los ingresos, pero con el tiempo, la felicidad no aumenta cuando aumentan los ingresos de un país.
¿Qué es exactamente la “felicidad”?
Para autores como Daniel Kahneman, la felicidad se puede definir en términos de “bienestar emocional” y “evaluación positiva de la vida”. A su vez, se entiende por bienestar emocional los sentimientos cotidianos que experimenta una persona, como por ejemplo alegría, tristeza, el estrés o el enojo. La evaluación de la vida viene a hacer referencia a qué percepción tienen las personas sobre su vida cuando reflexionan sobre ella.
Tener más dinero compra satisfacción con la vida, pero no felicidad; mientras que los bajos ingresos están vinculados tanto a un bajo bienestar emocional como a una baja evaluación de la vida.
Cuando las personas ganan mucho dinero se sienten más satisfechas con el resultado de su vida y menos irritables, pero eso no significa sentirse felices.
La tranquilidad de tener las necesidades básicas cubiertas tiene que ver más con los derechos humanos que con el alcance de la sensación de felicidad. Evidentemente, si no se tienen las necesidades básicas como techo o comida, va a ser muy difícil tener tranquilidad y, por ende, un sentimiento de felicidad general.
Más hallazgos sobre el vínculo entre el dinero y felicidad
Un estudio de Elizabeth W. Dunn, Lara B. Aknin y Michael I. Norton publicado en 2008 en Science, concluyó que el dinero compra la felicidad, pero solo si se gasta en otra persona. La encuesta encontró una correlación directa entre la cantidad que las personas gastaban en obsequios a otros y un aumento en sus sentimientos de realización.
Para su segundo estudio, el equipo encuestó a los empleados de una empresa que acababan de recibir bonificaciones por participación en las ganancias. La cantidad de este bono que los trabajadores gastaron en otros predijo la felicidad de seis a ocho semanas después, mientras que la parte del bono que gastaron en ellos mismos no tuvo ningún efecto en su felicidad.
En su tercer estudio, el equipo les dio a los participantes de la investigación de 5 a 20 dólares y se les indicó que gastaran el dinero en ellos mismos o en otros. Entonces se determinó su felicidad. El estudio descubrió que aquellos que gastaron el suyo en otros eran más felices que los que no lo hicieron.
Dinero y felicidad: no es cuánto ganas, sino cómo lo gastas
Si bien los investigadores pueden haber observado varios ángulos a esta pregunta de toda la vida, lo que generalmente se acepta de toda esa investigación es que la felicidad no depende tanto de cuánto se gana, sino de cómo cada uno elige gastarlo.
¿Podemos entonces decir que la felicidad se compra con dinero? Pues quizás eso puede pasar si lo gastas bien.
En tu propia experiencia, debes haber notado que obtener un aumento o bonificación no te hizo más feliz a largo plazo. La euforia inicial se disipa rápidamente a medida que te acostumbras a la nueva paga.
Comprar un nuevo teléfono inteligente o el último dispositivo de tendencia no hizo demasiado por tu felicidad. Eso no quiere decir que no te dé alegría, pero no tiene que ver con la felicidad más a medio-largo plazo.
Claves para gastar dinero como una inversión en bienestar
Hay algunas formas en las que se puede gastar dinero, respaldadas por la ciencia, que están garantizadas para brindar un placer más duradero:
Comprar más tiempo
Un estudio de UCLA de 4400 estadounidenses mostró que las personas que valoran el tiempo más que el dinero son generalmente más felices que las que no creen que disponer de más tiempo sea mejor que disponer de más dinero.
Imagina poder contratar un asistente virtual para manejar esas tareas mundanas que te mantienen atascada o cualquier otro servicio que pueda liberar tu tiempo. Liberar tiempo para dedicarlo a las cosas que realmente te importan, como pasar tiempo con familiares y amigos o simplemente ir a pasear con tu perro y ver la puesta de sol.
Gastar en una experiencia soñada
La gente cree erróneamente que comprar cosas que duren más y que incluso se aprecien en valor los mantendrá felices por mucho más tiempo que las experiencias. La verdad es que te acostumbras rápidamente a las nuevas botas de diseño de invierno con las que te obsesionaste una vez. Aunque todavía puedes disfrutar usándolas, ese brote inicial de felicidad que experimentas las primeras semanas se desvanece rápidamente.
Sin embargo, una gran experiencia como unas vacaciones en una isla exótica quedará en tu memoria de por vida. Siempre recordarás esos momentos como una oleada de placer. Las experiencias pueden ser fugaces, pero la alegría que producen durará mucho tiempo. Es el tipo de sensaciones y recuerdos que puede sacarte de un pozo de tristeza y que te impulsa a luchar por tener una experiencia parecida.
Gastar con amigos y familiares
Sentirás mayor satisfacción cuando dediques tiempo y dinero a las personas que realmente te importan. Todos somos animales sociales y tener relaciones saludables con los demás es esencial para nuestra salud física y mental.
Gastar dinero en experiencias es más gratificante porque generalmente compartimos buenos momentos con un cónyuge, amigo o familia. Incluso ir a comprar cosas juntos es más divertido que hacerlo solos.
¿Por qué nos hace felices gastar dinero en otros? Los psicólogos dicen que es porque nos hace sentir bien con nosotros mismos. Dar a los demás realza una imagen amorosa y generosa de uno mismo que nos hace felices. Dar a los demás nos ayuda a conectarnos más con ellos y las personas con fuertes lazos sociales son generalmente más felices que las personas que no los tienen.
Tener dinero hasta cierto punto contribuye considerablemente a los sentimientos de bienestar. Pero más allá de ese punto, más dinero no se traduce necesariamente en una persona más feliz. Sin embargo, con un gasto consciente y correcto, el dinero puede comprar mucha felicidad.
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- Sánchez-Elvira Paniagua, Ángeles. (2005). Introducción al estudio de las diferencias individuales. Editorial: Sanz y Torres.
- Dunn, Elizabeth W., Lara B. Aknin, and Michael I. Norton. "Spending Money on Others Promotes Happiness." Science 319, no. 5870 (March 21, 2008): 1687–1688.
- González Laxe F.,(24 de marzo de 2019). Economía y felicidad: la paradoja de Easterlin. Recuperado de: https://www.lavozdegalicia.es/noticia/mercados/2019/03/24/economia-felicidad-paradoja-easterlin/0003_201903SM24P7991.htm.