Trucos para prevenir el tabaquismo
¿Cómo prevenir el tabaquismo? En este artículo mostramos algunos trucos que podemos aplicar en uno mismo, pero también en los más jóvenes (adolescentes). De hecho, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor de 150 millones de adolescentes en el mundo son ya fumadores. Esta es una cifra alarmante, teniendo en cuenta que el tabaco tiene múltiples efectos perjudiciales para la salud.
Según la OMS, fumar tabaco es la principal causa de cáncer de pulmón y de la EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), entre otras enfermedades potencialmente mortales.
Más datos: según la misma organización, cada año el tabaco mata a 8 millones de personas, como mínimo, y varios millones más padecen enfermedades derivadas del mismo. Solo existe un hito mejor que dejar de fumar: no llegar a empezar. ¡Por eso su prevención es tan importante! No te pierdas los trucos que ofrecemos aquí para prevenir el tabaquismo.
Trucos para prevenir el tabaquismo
Sin más preámbulo, os dejamos algunos trucos para prevenir el tabaquismo, especialmente dedicados a los que, por suerte, aún no han iniciado su consumo (o “solo” están empezando). Cada uno de ellos podrá adaptarse, lógicamente, a cada persona y colectivo en concreto.
Practicar ejercicio físico
Muchas personas creen, de manera errónea, que fumar ayuda a reducir el estrés. Si bien es cierto que cuando fumamos podemos sentir una breve sensación de calma, esta desaparece rápido y el fumador no tarda en necesitar un nuevo cigarrillo para detener a una ansiedad en aumento. Además, algunos expertos opinan que fumar reduce el estrés no por las sustancias que contiene el tabaco, sino por las respiraciones que hacemos al fumar (inhalar profundamente, exhalar poco a poco).
Practicar ejercicio puede ser una buena manera de evitar caer en la tentación de probar el tabaco. El deporte y la actividad física sí reducen verdaderamente la ansiedad y el estrés.
En este sentido, una investigación realizada por el Departamento de Fisiología y Farmacología del Instituto Karolinska reveló que practicar deporte ejerce un papel protector frente a los efectos dañinos del estrés en las neuronas.
Obtener y proporcionar información
La información es una herramienta esencial para actuar con criterio y libertad. En este sentido, obtener información fiable en relación a los efectos perjudiciales del tabaco también puede ayudarnos a prevenir el tabaquismo.
Por otro lado, más allá de obtener la información para uno mismo, el hecho de facilitar y promover campañas de concienciación y prevención dirigidas a los más jóvenes, en relación a las consecuencias negativas del tabaco, puede ayudar a prevenir este hábito tóxico.
Aunque casi todos sepamos que “fumar es malo”, conocer de forma específica sus efectos negativos puede ser un aliciente que nos motive a no probarlo. Además, si la información va acompañada de recursos visuales, las campañas suelen ser más eficaces, porque impactan más.
No fumar delante de los demás
Otra forma de prevenir el tabaquismo, ya no en uno mismo, sino en los demás (especialmente los más jóvenes), es predicar con el ejemplo y no fumar delante de ellos.
Los modelos tienen una gran influencia a estas edades (aunque cada adolescente siente como modelos unas personas, y no otras), es por ello que no realizar esta acción dañina delante suyo puede ayudar. No tendría sentido decirle a nuestro hijo o nuestro alumno: “No fumes, fumar es malo“, con un cigarrillo encendido en la mano, ¿no?
“La gente olvida lo que dices, pero recuerda lo que eres. Predica con tu ejemplo”.
-Anónimo-
Trabajar la asertividad
Según Wolpe (1980), la asertividad es la expresión directa y abierta de todos los sentimientos distintos a la ansiedad. Otros autores, como Ferseheim y Baer (1975), definen este concepto como un enfoque activo de la vida en el que se expresan de manera directa los sentimientos y las emociones. Finalmente, hay autores que sintetizan más y que resumen este concepto como la capacidad para decir “no” y para defender nuestros derechos y deseos.
En la adolescencia, la asertividad aún está por trabajar y muchos adolescentes pueden llegar a realizar acciones que realmente no desean debido a la presión social o grupal. En este sentido, enseñarles (o aprender) habilidades asertivas puede ayudarles (y ayudarnos) a prevenir el tabaquismo, para que todos podamos aprender a decir “no” cuando nos ofrezcan un cigarrillo que realmente no nos apetece probar.
Además, la asertividad resultará útil para evitar caer en el tabaquismo, pero también para muchísimas otras cosas en la vida.
Fomentar otras actividades
Otro truco para prevenir el tabaquismo es fomentar otro tipo de actividades, ya sea cultivándolas uno mismo, o promoviéndolas en los más jóvenes, para que la persona disponga de un gran abanico de actividades agradables y alternativas al tabaco.
La idea es que cuantas más formas tengamos de relajarnos y de desconectar, menor probabilidad tendremos de caer en las redes del tabaquismo. En este sentido, muchas personas acuden al tabaco buscando nuevas sensaciones, placer, desconexión… y la realidad es que todo esto podemos obtenerlo de muchísimas otras maneras y de maneras saludables.
Promover un razonamiento crítico
El razonamiento crítico puede ayudarnos a tomar mejores decisiones. Este tipo de razonamiento nos permite reflexionar sobre las consecuencias de nuestros actos y sobre por qué nos decantamos por determinadas opciones, nos ayuda a sopesar pros y contras, a decidir con mayor claridad, etc.
Si este razonamiento se alimenta, será más probable que no caigamos en actos poco saludables, como sería el tabaquismo. En este sentido, tomar conciencia de qué consecuencias tiene fumar y por qué querríamos iniciar o no este hábito también puede ayudar.
“Solo el pensamiento crítico conduce al desarrollo de la sociedad”
-Ibiza Melián-