11 frases de Boris Cyrulnik para reflexionar
Las frases de Boris Cyrulnik nos hablan del amor, las relaciones y la vida, pero sobre todo de resiliencia. Son un regalo para todo aquel que quiera reflexionar, indagar en sí mismo y en su capacidad de salir adelante.
Boris Cyrulnik es un psiquiatra, neurólogo y etólogo francés conocido como uno de los padres de la resiliencia. No es casualidad que Cyrulnik haya indagado y estudiado tanto el trauma infantil: su infancia no fue fácil. Con tan solo siete años enviaron a su familia a los campos de concentración y nunca regresaron.
A partir de ahí, recorrió diferentes centros y familias de acogida, le cambiaron de nombre y fue trasladado a una granja con tan solo ocho años por la Asistencia Pública Francesa hasta que una tía suya lo encontró y se lo llevó con ella a París. Todo lo vivido le llevó a estudiar medicina, psicoanálisis y posteriormente neuropsiquiatría hasta especializarse en el tratamiento de niños traumatizados y convertirse en uno de los principales expertos sobre resiliencia del mundo.
Como vemos, su biografía ha sido y es el eje fundamental sobre el que se asienta su producción científica y literaria. A continuación vamos a conocer tan solo un ápice de su maravillosa obra a través de la selección de algunas de sus mejores frases.
Comprender para avanzar
“Ni olvidar, ni utilizar: el único medio de salir adelante es comprendiendo”.
Para Cyrulnik, el acto de comprender es una de las estrategias fundamentales que permiten seguir adelante y dejar a un lado el estancamiento, ese bloqueo en el que a veces nos vemos inmersos cuando no llegamos a entender lo que sucede. Eso sí, comprender no implica sanar, pero sí abre determinadas puertas al proceso de sanación.
Además, comprender lo ocurrido no suele ser fácil, no cuando lo experimentado nos ha golpeado fuertemente y nos ha herido. Es necesario un salto cualitativo a nivel cognitivo para lograrlo, es decir, otra forma de procesar lo ocurrido. Sin embargo, cuando llega, el sufrimiento comienza a aliviarse progresivamente y podemos avanzar.
Expresarse como estrategia de afrontamiento
“Contar es exponerse al peligro. Callarse es aislarse”.
Poner voz a nuestro malestar, a aquello que nos preocupa y nos envuelve en una tela de araña, a eso que nos disgusta o incluso a lo que no nos termina de convencer del otro es liberar parte de nuestro sufrimiento. También es higienizar la mente y el corazón e impedir que nos envenene por dentro.
No obstante, es importante desahogarse con las personas adecuadas, no todo el mundo vale, al igual que saber cómo hacerlo y por supuesto tener presente que contar conlleva un riesgo: enfrentarnos a lo que nos duele y nos molesta. Sin embargo, no hacerlo también es peliagudo, pues supone encerrarnos en nosotros mismos y levantar a nuestro alrededor muros casi infranqueables.
El arte de tejernos a nosotros mismos
“Con cabos de lana biológicos, afectivos, psicológicos y sociales, pasamos nuestra vida tejiéndonos a nosotros mismos”.
Así es, somos un conjunto de experiencias, afectos, aspectos psicológicos, sociales y biológicos. Un conglomerado tejido por nosotros mismos que escribe una u otra historia. Por ello una misma situación puede ser experimentada de forma distinta por diferentes personas porque aún siendo algo general se filtra a través de nuestra singularidad.
“La quimera llamada “ficción” es hermana gemela del relato de uno mismo”.
¿Qué nos contamos sobre lo sucedido? ¿Con qué nos quedamos? A menudo todo tiene un componente de ficción, pues los recuerdos no dejan de ser reconstrucciones de lo vivido y ahí es imposible que todo se reproduzca tal cual fue, por mucho que queramos. Piénsalo.
“Atormentados por nuestros recuerdos, nos dedicamos a pulir nuestra memoria”.
“En la memoria sana, la representación de uno mismo cuenta la manera de vivir que nos permite ser felices. En la memoria traumática, un desgarro increíble fija la imagen pasada y enturbia el pensamiento”.
Estas dos últimas frases de Boris Cyrulnik destacan la capacidad que tiene nuestra memoria de transformarse en ocasiones para amortiguar el daño, para hacer más liviano el peso del pasado e incluso para hacer como si ciertas experiencias nunca hubieran pasado -al menos de forma consciente-.
No obstante, cualquier experiencia deja huella y tiñe nuestra mirada, aunque no lo creamos. Tan solo hay estar dispuesto a descubrirlo.
La importancia del amor
“El amor en todas sus manifestaciones es la cura para sanar las heridas de la infancia”.
“Hay un punto quizá incluso más importante que el hecho de ser amado, que no se enfatiza lo suficiente. El ser humano necesita ser amado. Pero no solo ser amado, sino amar y dejarse amar”.
La primera de las frases de Boris Cyrulnik es esperanzadora porque afirma que es posible curar las heridas emocionales de la infancia a través del amor. El autor afirma que, a pesar de que en la infancia se hayan construido vínculos afectivos inseguros, ambivalentes o desorganizados es posible adquirir un apego seguro más adelante a partir de una sana experiencia amorosa.
Esto es realmente asombroso. El amor nos libera de la creencia de estar marcados siempre por nuestro pasado de forma negativa, pues abre la posibilidad de reinventarse, reconstruirse y cicatrizar aquello que nos hizo tanto daño.
Además, la segunda de las frases de Boris Cyrulnik enfatiza la importancia no solo de ser amado, sino de amar y dejarse amar. Necesitamos amar, pero también que nos amen y esto último tenemos que permitirlo, lo que supone en muchos casos liberarse de corazas y posturas defensivas para mostrarse vulnerables, es decir, para ser auténticos, pues solo así es posible la construcción de un vínculo verdadero.
Relaciones: mundos que se encuentran
“Una relación verdadera provoca una influencia recíproca. Son dos mundos íntimos que interactúan y uno modifica al otro”.
Cuando dos personas se encuentran, también lo hacen dos mundos llenos de experiencias e historias. Se trata de dos mundos que dialogan y que si realmente están comprometidos, poco a poco, se transforman a partir de sus intercambios, de sus visiones y formas de concebir el mundo.
Resiliencia
“La resiliencia es el arte de navegar en los torrentes, el arte de metamorfosear el dolor para darle sentido; la capacidad de ser feliz incluso cuando tienes heridas en el alma”.
“La resiliencia es más que resistir, es también aprender a vivir”.
Estas frases de Boris Cyrulnik nos hablan sobre su especialidad: la resiliencia. Esa capacidad que nos permite resurgir tras el sufrimiento, que nos empuja a seguir adelante a pesar de lo vivido y que nos enseña a vivir de otra manera.
Según el autor, la resiliencia nos capacita para entender qué nos sucedió, qué papel tuvieron la cultura y el trauma en nosotros y favorece nuestro desarrollo en otra dirección. Se trata de un despertar tras un tiempo de agonía.
Como vemos, las frases de Boris Cyrulnik son una invitación a reflexionar sobre cuestiones profundas de la vida: el sufrimiento, el amor y los procesos de reconstrucción personal. Sin duda, palabras a las que recurrir cuando queramos indagar en nuestro interior para saber algo más…
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- Cyrulnik, B. (2010). La resiliencia: estado de la cuestión. La resiliencia: resistir y rehacerse. Editorial Gedisa. pp.17-27.
- Cyrulnik, B. (2013). Los patitos feos: La resiliencia. Una infancia infeliz no determina la vida. DEBOLSILLO.