Adicción al sexo: ¿cómo intervenir?
El abanico de adicciones es mucho más amplio del que solemos considerar. ¿Cómo es posible? Actualmente, se considera que una conducta puede ser adictiva cuando cumple una serie de requisitos, como que se dé con una cierta frecuencia, con un determinado nivel de intensidad, si se invierte mucho dinero y tiempo en ella o produce una gran interferencia en las relaciones familiares, sociales y laborales de la persona. En el caso que hoy nos trae, vamos a hablar de la adicción al sexo y cómo intervenir.
En 2018, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dio un paso adelante y clasificó la adicción al sexo bajo la etiqueta de trastorno por comportamiento sexual compulsivo. Antes de proceder a explicar cómo intervenir en la adicción al sexo, vamos a repasar en qué consiste este trastorno.
Trastorno por comportamiento sexual compulsivo (TCSC)
¿Qué haces cuando tienes sed? Imagina que tienes sed y no puedes beber en 24 horas. Ahora, imagina que llevas horas con sed y te ponen un vaso de agua delante. Así se sienten las personas con TCSC. Estos pacientes presentan impulsos sexuales muy intensos y repetidos; una situación que dura seis meses o más.
La vida gira entorno a las actividades sexuales reiteradas. A pesar de esto, las personas con TCSC intentan en numerosas ocasiones resistirse a sus impulsos, pero fallan en conseguirlo. En consecuencia, la satisfacción que obtienen de sus actividades sexuales es más bien escasa o nula.
El TCSC es una entidad clínica que se da con mayor frecuencia en el sexo masculino y afecta al 1-6 % de la población. A pesar de que es una entidad clínica de nueva creación y precisa de mayor investigación, se ha asociado con trastornos como la depresión, la ansiedad, las adicciones y los trastornos de personalidad.
Según Vizcaíno (2011) las formas más frecuentes de conducta sexual compulsiva son la masturbación (73 %), la promiscuidad prolongada (70 %) y la dependencia de la pornografía (53 %).
“Además, las complicaciones del trastorno pueden implicar la presencia de enfermedades de transmisión sexual, así como la presencia de embarazos no deseados”.
-Vizcaíno-
¿Cómo intervenir en la adicción al sexo?
Hallberg ha propuesto en el 2019 una terapia de carácter cognitivo-conductual para la adicción al sexo. Entre sus componentes podemos encontrar:
- Psicoeducación sobre en qué consiste la terapia cognitivo-conductual y el TCSC.
- Psicoeducación sobre los excesos y los déficits a la hora de comportarse. También plantea considerar la posibilidad de realizar un análisis funcional del comportamiento, es decir, determinar la función por la que la conducta hipersexual aparece.
- Intervención motivacional.
- Tras la identificación de los valores del paciente se propone iniciar la activación conductual.
- Psicoeducación sobre cómo los pensamientos y las creencias disfuncionales influyen en la conducta.
- Debate cognitivo y experimentos conductuales entre sesiones. Durante este proceso se enseña al paciente técnicas de solución de problemas.
- Activación conductual interpersonal, que consiste en el entrenamiento en habilidades para ser más asertivos, manejar los conflictos de manera más sana y comprometerse con los objetivos interpersonales.
Por último, es conveniente realizar un resumen del tratamiento. De manera paralela se realiza el diseño y la implementación del programa de mantenimiento de resultados, para prevenir las recaídas en la conducta sexual adictiva.
El tratamiento de Hallberg está organizado en 7 sesiones semanales de 150 minutos de duración y los resultados han reflejado una reducción en las puntuaciones de hipersexualidad en los pacientes. También produce mejorías en los síntomas de depresión, y los indicadores de satisfacción por parte de los pacientes fueron elevados. Los cambios producidos por este tratamiento se ha visto que se mantienen durante meses.
“No es el sexo lo que nos da placer, sino el amante”.
-Piercy-
Otros tratamientos
Son pocas las intervenciones creadas de manera específica para abordar la conducta hipersexual. No obstante, es posible mencionar dos de ellas.
El tratamiento ESTEEM (Effective Skills to Empower Effective Men, por sus siglas en inglés) consiste en una intervención realizada en 10 sesiones durante 12 semanas. Los resultados indican mejorías en todas las variables clínicas que se sometieron a estudio, de las que cabe destacar la reducción de la conducta hipersexual.
El MAT es una intervención basada en meditación. En inglés, se denomina Meditation Awareness Training y sus autores, Gordon, Shonin y Griffiths coincidieron en que la meditación podría ser de ayuda para las personas con comportamientos hipersexuales. En su estudio administraron esta modalidad terapéutica a un varón de 30 años. Los resultados reportaron una gran mejoría en el comportamiento sexual, así como una reducción en el tiempo dedicado al consumo de pornografía por internet y al gasto en encuentros sexuales.
También se ha investigado qué fármacos podrían ser eficaces. De entre todos ellos, los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) son los fármacos más empleados, bien en monoterapia (tratamiento único) o en combinación con el topiramato, la naltrexona o la lamotrigina.
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Pedrero, F. E. (2020). Manual de Tratamientos Psicológicos. Pirámide.
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Vizcaíno, E. V., Alfaro, G. P., & Valladolid, G. R. (2011). Adicciones sin sustancia: juego patológico, adicción a nuevas tecnologías, adicción al sexo. Medicine-Programa de Formación Médica Continuada Acreditado, 10(86), 5810-5816.
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Sánchez Zaldívar, S., & Iruarrizaga Díez, I. (2009). Nuevas dimensiones, nuevas adicciones: la adicción al sexo en internet. Psychosocial Intervention, 18(3), 255-268.