Los beneficios psicológicos que tiene coleccionar para los niños

A pesar de que algunos padres se puedan quejar de lo mucho que acumulan sus hijos, la afición por coleccionar en los más pequeños nos puede brindar un bonito escenario para educar.
Los beneficios psicológicos que tiene coleccionar para los niños
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Última actualización: 24 noviembre, 2021

A menudo, no somos conscientes de las ventajas que aportan las rutinas, los hábitos y los hobbies. Por ejemplo, si analizamos los beneficios psicológicos de coleccionar para niños, encontramos un buen abanico.

Podemos encontrar diversas fórmulas de colección. El más típico quizá sea el de los cromos, pero nos podemos encontrar con otros más originales. Sería, por hablar de algo habitual que mucha gente colecciona en todo el mundo, aficiones como la filatelia, o sea, la adquisición e intercambio de sellos, las rocas y los minerales, ropa o libros…

En cualquier caso, más allá de que sean prácticas entretenidas, también permiten que los más pequeños desarrollen habilidades y capacidades latentes.

Coleccionar: una afición enriquecedora con muchos beneficios

Una vez que abrimos la mente al coleccionismo, más allá de lo que pueda resultar moda, seremos capaces de identificar los beneficios de los que, más allá de los simples cromos o casas de muñecas, va a disfrutar un niño -y, por qué no, también un adulto-. Como afición enriquecedora, vamos a ver qué tiene de positivo para el niño el acto de coleccionar.

“No son los filósofos sino los que se dedican a la marquetería y los coleccionistas de sellos los que constituyen la columna vertebral de la sociedad”.

-Aldous Huxley-

Niño coleccionando sellos

1. Fomento de la lectura

Para completar la mayoría de colecciones es necesario leer. Por ejemplo, los niños tienen que leer los nombres de personajes, las novedades sobre sus colecciones. Al final, casi sin querer, promueve la lectura, aunque el objetivo directo de la actividad no sea este.

2. Fomento de las capacidades matemáticas

Para coleccionar también hay que contar. ¿Cuántos cromos tengo? ¿Cuántos me faltan? ¿Por cuántos cromos estoy dispuesto a cambiar uno que no tengo? Son preguntas que los pequeños tienen que responder a menudo si quieren terminar su colección.

Así se van a ver obligados a clasificar, numerar, diferenciar, colocar en función de diferentes factores, etc.

3. Fomento de la organización y el orden

Los niños aprenden pronto que, si quieren completar su colección, deben administrarla. Es entonces cuando pueden descubrir las ventajas del orden.

A los adultos nos puede servir de ejemplo para hacer que generalicen esa actitud y ese cuidado a otras parcelas, como sus estudios, su cajón de clase, la forma en la que presenta un ejercicio o mantiene su habitación. Así, podemos animarles a que comprueben la diferencia de tiempo que existe al tener que limpiar una habitación que está ordenada de otra que no lo está, por ejemplo.

4. Desarrollo de motricidad fina

No se da en todas las colecciones de la misma forma. Sin embargo, si el pequeño apuesta por los cromos, las cartas o los sellos, por ejemplo, sí tendrá la oportunidad de mejorar su motricidad usando los dedos y las manos.

5. Discriminación visual

Mejora su discriminación visual, sobre todo en ciertas colecciones en las que algunos elementos pueden ser muy parecidos, como los sellos. Los chicos aprenden a diferenciar detalles específicos.

6. Mejora de la memoria y la atención

Es una consecuencia lógica. Los niños pasarán mucho tiempo concentrados en sus colecciones, aprenderán sobre la temática, sabrán qué cromos, sellos o libros tienen o cuáles les faltan, etc.

7. Mejora de las habilidades sociales

El coleccionismo puede parecer un hobby solitario e individual, pero por norma está lejos de serlo. De hecho, más bien promueve las acciones sociales y el desarrollo de habilidades por diversos motivos.

El primero y principal es porque el niño, al coleccionar, puede querer intercambiar cromos, sellos, libros, etc., con otros coleccionistas. Esto incentiva que se tengan que relacionar y que, a medio y largo plazo, enriquezca su círculo de apoyo, entrenando por el camino sus habilidades sociales. No olvidemos que tienen una afición en común que les apasiona.

También promueve actitudes de reconocimiento y amabilidad. Enseña a los chicos el valor de comportarse correctamente, les facilita verbalizar preguntas, les ayuda a defenderse si alguien quiere aprovecharse de ellos a raíz de su colección, etc.

Niños canicas

8. Gestión de la frustración

Al intentar completar su colección, probablemente haya momentos en los que tengan que enfrentarse a la frustración. El elemento que les falta puede ser muy raro o muy costoso. Así, tendrán que aprender a esperar su oportunidad.

9. Aprendizaje económico

Con una colección, el niño tiene la oportunidad de aprender a gestionar mejor sus finanzas. Tendrá que tomar decisiones sobre Debe ahorrar y al mismo tiempo diseñar estrategias para conseguir el dinero necesario para aumentar su colección. Así, la actividad se convierte en un gran marco para entender como pueden funcionar, a pequeña escala, las finanzas.

Como hemos visto, los beneficios psicológicos de coleccionar son varios y notables para niños -y también para mayores-. Si quiere empezar su colección, haríamos bien en animarles. Eso sí, conviene que, como adultos, vigilemos. Les podemos ayudar, motivar, pero sin olvidar que también ese interés no brinda una bonita oportunidad para educar.


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  • Siegel, D.J., Payne, T. (2012). El cerebro del niño: 12 estrategias revolucionarias para cultivar la mente en desarrollo de tu hijo. Barcelona: ALBA.

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