Carl Jung: biografía del padre de la psicología profunda

Carl Jung fundó la psicología analítica en un intento por profundizar en el misterio del inconsciente y los símbolos oníricos del tejido de nuestra psique
Carl Jung: biografía del padre de la psicología profunda
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Escrito por Valeria Sabater

Última actualización: 27 noviembre, 2018

Carl Jung fue uno de los psicólogos más destacados de la historia. Su legado es una alquimia fascinante donde se traza un itinerario entre la psicología analítica, el inconsciente colectivo, la espiritualidad, el humanismo y la mitología. Para este pionero de la ciencia de lo onírico, comprender la psique suponía por encima de todo, revelar el Yo, hacer consciente lo inconsciente.

Cuando pronunciamos el nombre de Jung es común que al instante, nos vengan a la mente conceptos como los arquetipos, la sincronicidad o el ya citado inconsciente colectivo. Sin embargo, algo que descuidamos a menudo sobre estas notables figuras de la psicología del siglo XX es que por encima de todo, fueron grandes pensadores.

Carl Jung fue una figura muy destacable en este mismo aspecto. Casi al final de su vida, realizó una serie de reflexiones que a día de hoy nos resultan altamente inspiradoras. Para él la psicología era una herramienta básica para el ser humano. Es ese canal de autoconocimiento con la cual, entender el origen de nuestras sombras, de esos miedos vetadores que limitan la vida.

Las personas somos capaces de desencadenar las más terribles guerras y los conflictos más irracionales. Sin embargo, si lográramos conocer un poco más nuestra psique, y esas energías adheridas a nuestra arquitectura profunda, tendríamos según Jung, vidas más iluminadas, respetuosas y felices. Porque el conocimiento es revelación y es libertad.

“Tu visión se aclarará solo seas capaz de mirar a tu propio corazón. Quien mira hacia afuera, sueña; quien mira hacia adentro, despierta”.

-Carl Jung-

Carl Gustva Jung

Infancia de Carl Jung: cuando un sueño lo cambia todo

Carl Gustav Jung nació el 26 de julio de 1875 en Kesswil, en Suiza. Su padre era clérigo protestante, y su madre Emilie Preiswerk, pasaba largas temporadas recluida en instituciones debido a diversos trastornos psiquiátricos.

Tuvo tres hermanos, pero estos fallecieron de forma temprana. En medio de ese escenario tan complejo y desolador a instantes, el pequeño Carl no tardó demasiado en desarrollar un carácter solitario y observador. Adoraba la naturaleza, la historia, la filosofía y recluirse en su particular mundo interior. Así, algo que tuvo muy claro desde muy temprano es que no deseaba seguir el mismo camino religioso que su padre y su abuelo pretendían marcarle. Él tenía su propio destino.

Tal y como reveló años después en diversas entrevistas, su vida cambio a raíz de un sueño de infancia. Para él fue algo determinante: soñó que caía en un oscuro agujero, el cual le llevó hasta a la cámara real de un palacio de techos altos y alfombras rojas. En el centro de esa sala había un árbol de apariencia humana, siniestro y oscuro. Al fondo, la voz de su madre le gritaba que se alejara: era el “devorador de hombres”.

“Jugué solo, y a mi manera. Desafortunadamente no puedo recordar a lo que jugué; solo recuerdo que no quería que me molestaran”.

-Biografía de Carl Gustav Jung, Ronald Hayman-

Carl Jung, el alienista

Car Jung tuvo claro a raíz de ese sueño, que necesitaba comprender el misterio del mundo onírico. Ansiaba profundizar en sus mensajes, en sus imágenes y símbolos. Quizá, por ello, pensó en un primer momento estudiar arqueología. Sin embargo, por falta de dinero en su familia, terminó graduándose en el 1900 en medicina en la Universidad de Basilea.

Justo cuando estaba a punto de trabajar como asistente de un médico, la casualidad llegó de nuevo a su vida. Solo que esta vez no fue un sueño el que marcó su destino, sino un libro, un manual de psiquiatría. En él explicaba el origen de la psicosis y los trastornos de personalidad.

Jung pensó en su madre y en su necesidad por comprender la arquitectura psicológica del ser humano. Entonces sintió de nuevo una firme determinación: la de convertirse en alienista (recordemos que en esa época los psicólogos que trataban los problemas mentales eran llamados de este modo). Dejó a un lado su futuro como asistente médico y se matriculó en una ciencia aún no tan conocida y con escaso prestigio, como era la psiquiatría.

Carl Jung

Fascinación y desavenencias con Sigmund Freud

Entre 1900 y 1906, Carl Jung trabajó con Eugene Bleuler, un psicólogo pionero en la comprensión de las enfermedades mentales. Fue en esta época en la que descubrió cómo ciertas palabras provocaban en los pacientes respuestas emocionales. Algo que, a su parecer, representaba ni más ni menos que asociaciones subconscientes, pistas de los propios complejos de cada persona.

  • Todos estos análisis los recogió en su libro Studies in Word Association, un trabajo que no dudó en enviar a otra figura de aquella época y todo un referente para él: Sigmund Freud.
  • Freud se convirtió al poco tiempo en el mentor de Jung. Aquella unión duró unos 10 años, sin embargo, tal y como explicó años después el propio Jung, Freud no tenía educación filosófica y las conversaciones con él eran rígidas, limitadas y llenas de discrepancias.
  • Así, y aunque ambos coincidían en la relevancia del mundo inconsciente en el ser humano, Jung defendía una idea colectiva sobre el mismo, mientras Freud abogaba por un inconsciente individual. Esta diferencia, sumada a las teorías sobre la sexualidad, terminó por poner distancias insalvables entre ambos psiquiatras.

La psicología analítica y los tipos psicológicos

Romper con el universo personal y teórico de Freud tuvo consecuencias para Carl Jung. Se le cerraron las puertas en los círculos académicos más relevantes, como por ejemplo, la Sociedad Psicoanalítica Internacional. Sin embargo, y después de sufrir una crisis nerviosa, se puso como propósito desarrollar sus ideas, defenderlas y asentar su propio enfoque personal: la psicología analítica.

Argumentó que la evidencia empírica no era la única forma de llegar a las verdades psicológicas o científicas. Para Jung, el alma también desempeñaba un papel clave en el conocimiento de la psique. De ese modo, las principales contribuciones de esta perspectiva fueron las siguientes:

  • El inconsciente colectivo. Hace referencia a un tejido inconsciente que cada generación compartiría por igual sin importar la cultura. Es ese escenario psíquico donde se contienen nuestros sueños y pesadillas erigidos bajo una misma simbología, unas mismas figuras y mitos que todos tendríamos en común a lo largo de la historia.
  • Los arquetipos. Son esos constructos psíquicos que habitan en nuestro inconsciente y que todos heredamos. Son como marcas de personalidad donde figuras como la sombra, la figura del padre, de la madre o del héroe, determinan también nuestra conducta.
  • El análisis de los sueños y la interpretación de los símbolos del inconsciente, fue otra área clave en el legado junguiano.
  • Complejos psicológicos. Hacen referencia a ese conjunto de sentimientos inconscientes que adquirimos en la infancia y que determinan nuestra personalidad.
  • La teoría de la personalidad. Este enfoque de Jung partía de dos enfoques que a todos nos suenan sobradamente: la introversión y extroversión. A su vez, definió las funciones que cumplen procesos como la sensación, el pensamiento, la intuición y el sentimiento en cada una de estas personalidades.
figuras masculinas representando la terapia Junguiana

Carl Jung, un científico poco convencional

Gary Lachman señaló en la biografía que realizó sobre Jung, que gran parte de la comunidad académica de la época lo consideró más un místico que un científico. Pasó gran parte de su vida navegando entre lo tangible y lo espiritual, investigando culturas primitivas, los ritos, las cosmogonías y esas mitologías donde ahondar todo lo posible en esa noche psíquica de la humanidad donde según él, se hallaban todas las respuestas.

Gran parte de esas revelaciones quedaron reflejadas en El libro rojo, una obra extraña, críptica y fascinante que se publicó años después de su fallecimiento, llegados ya los 85. A pesar de estas corrientes gnósticas y espirituales, Carl Jung llegó a ser vicepresidente honorario de la Asociación Alemana de Psicoterapia y uno de los psicólogos más relevantes del siglo XX.

A pesar de que no fundó ninguna escuela de psicología, a día de hoy contamos con la corriente junguiana, un enfoque terapéutico que aplica esas claves de analíticas donde seguir desvelando los misterios del inconsciente y ese psiquismo profundo habitado por nuestros arquetipos.

“El recuerdo de los acontecimientos externos de mi vida se ha desvanecido o desaparecido en gran medida. Pero mis encuentros con la “otra” realidad, mis combates con el inconsciente, están grabados de forma indeleble en mi memoria”.

-C.G Jung, Memorias, sueños y reflexiones, 1961-

 


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


  •  Hayman Ronald (1999). A Life of Jung. W. W. Norton & Company.
  • Aniela Jaffé, (1989) Was C.G. Jung a Mystic?and Other Essays.
  • Gary Lachman (2010) Jung the Mystic: The Esoteric Dimensions of Carl Jung’s Life and Teachings.
  • Albert Oeri (1997). “Some Youthful Memories,” in C.G. Jung Speaking: Interviews and Encounters. William McGuire and R.F.C. Hull.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.