¿Cómo comunicar malas noticias?
Parece que las malas noticias están a la orden del día. En ocasiones irrumpen de forma desprevenida y en otras, teníamos la certeza de que iban a suceder más pronto que tarde. Un ejemplo de ello es la pérdida de un ser querido tras una grave enfermedad. Aunque nos duela, en estos casos parece que es más “fácil” contárselo a otra persona.
Pero hay otras situaciones en las que el fallecimiento es totalmente inesperado y no sabemos cómo comunicárselo a los demás. Un accidente, un atentado o una catástrofe natural son ejemplos de situaciones que en un segundo pueden hacer que todo nuestro mundo se tambalee, llevándose a una persona muy importante para nosotros.
Aunque nadie quiera vivir este tipo de experiencias, lo cierto es que, desgraciadamente, son ley de vida. La cuestión es cómo afrontarlas y en determinados casos cómo hacer saber a los demás lo sucedido. Sigue leyendo para aprender algunos consejos sobre cómo comunicar malas noticias.
“Toda historia no es otra cosa que una infinita catástrofe de la cual intentamos salir lo mejor posible”
-Italo Calvino-
¿Qué sentimos cuando tenemos que comunicar malas noticias?
Dar malas noticias es una tarea muy complicada. Aparte de tener que pasar por un mal trago considerable, la realidad es que nos sentimos fatal. No solo por nuestros propios sentimientos hacia la persona que ha fallecido, sino también porque nos preocupamos por las personas a las que se lo vamos a decir.
El temor a causarles daño, a pesar de intentar decírselo de la menor manera posible nos preocupa. Además, tampoco sabemos cómo van a reaccionar hacia nosotros. Puede que nos culpen por lo sucedido o que nos contesten mal, todo depende de la capacidad de afrontamiento de cada uno. Ahora bien, como comunicadores de esa noticia no tenemos que tomarnos la reacción de los demás como algo personal.
“Que injusta, que maldita, que cabrona la muerte que no nos mata a nosotros sino a los que amamos”.
-Carlos Fuentes-
Por otro lado, en estas situaciones muchas veces no tenemos demasiada información. Y lo normal es que los seres queridos de la persona que ha fallecido tengan un sinfín de preguntas que hacernos. Ahí nos entra el miedo a no saber qué decir, pero la realidad es que somos humanos y no siempre tenemos todas las respuestas a las cuestiones que nos hacen… Mucho menos cuando ocurren desgracias inesperadas.
Pasos a seguir antes de comunicar malas noticias
Una forma de manejar esas emociones negativas que nos surgen, así como tratar de reducir en lo posible las de nuestros interlocutores, consiste en prepararnos para comunicar malas noticias antes de hacerlo. Un primer paso es tratar de reunir toda la información posible sobre lo que ha pasado, para poder contestar a las posibles preguntas que nos hagan.
También hay que saber a quién le vamos a contar lo sucedido. No es lo mismo preparar el mensaje para los hijos que para los padres, los amigos o los esposos. Aunque no parezca importante, de esta manera seremos más capaces de ponernos en su lugar y de adecuar nuestro discurso a las condiciones de la persona que tenemos enfrente.
Después es el momento de buscar un lugar adecuado para contar lo que ha pasado. Puede parecer de lógica, pero no está de más señalar que es importante que sea un espacio lo más privado posible. Por último, es sumamente relevante que preparemos mentalmente qué vamos a decir y cómo. De esta forma evitaremos decir algo desafortunado que haga que el dolor de la otra persona aumente.
“Después de todo la muerte es sólo un síntoma de que hubo vida”.
-Mario Benedetti-
¿Qué hay que tener en cuenta al dar malas noticias?
Una vez que tenemos todo lo anterior en cuenta, llega el momento de la verdad. Lo que digamos no va a hacer que el fallecido vuelva, pero sí que podemos hacer que la otra persona se sienta lo menos mal posible. Para ello, la información que demos tiene que ser muy clara y debemos estar seguros de que es verdad. Si no es así, podemos confundir a nuestro interlocutor y generarle más emociones negativas.
En esta línea, contaremos lo que ha pasado de forma gradual. Por ejemplo: “ha habido un accidente de coche y tu marido ha sufrido heridas bastante graves. La ambulancia que se ha desplazado hasta allí ha intentado reanimarle, pero no lo ha conseguido. Siento comunicarte que Pedro ha muerto.”
Hay que decir el nombre de la persona que ha fallecido, así como utilizar expresiones referidas a la muerte, de forma que quede claro lo que ha sucedido. Si la persona tiene preguntas, tiene que sentir que puede interrumpirnos y hacerlas, de forma que sienta que empatizamos con ella y que tratamos de apoyarla en estos momentos tan difíciles…
Como vemos, dar malas noticias no es sencillo, ni cómodo, ni algo deseable pero es importante saber cómo hacerlo para hacer entender a los demás lo sucedido. Se necesita mucha delicadeza, mucha seguridad y sobre todo mucha empatía para sostener el sufrimiento de la persona que recibe la noticia.