¿Cómo elige un narcisista a sus víctimas?
¿Sigue alguna fórmula o estrategia concreta? Una persona con este rasgo de personalidad se mueve impulsada por una serie de necesidades conscientes, y también inconscientes -en este sentido, no se diferencia del común de los mortales-.
Busca validación, fortalecer su autoimagen y autoestima, y por supuesto, obtener una serie de beneficios sociales, emocionales y hasta económicos de una manera que podríamos decir más egoísta que la media.
Esto significa que, en buena parte de los casos, sí necesita un tipo muy concreto de figura o figuras a su lado. Es así como se inicia ese rastreo, esa caza que va sofisticando al comprender quién le sirve para sus propósitos, y a quien es mejor evitar.
Asimismo, cuando un depredador de esta tipología otea el horizonte social en busca de alguna “gacela”, hay un aspecto erróneo en el que solemos caer.
Las víctimas de los narcisistas no son frágiles, ni ingenuas, ni hombres y mujeres vulnerables o hechos para caer en la red de cualquier manipulador o embaucador emocional. Los objetivos de alguien con un trastorno narcisista de la personalidad son elevados: quieren personas inteligentes y talentosas. No todos les sirven, no todos les valen…
Un placer de todo narcisista es lograr tener bajo su control a alguien obstinado, independiente y talentoso.
Datos en los que se fija un narcisista a la hora de elegir a sus víctimas
La relación con un narcisista es como una montaña rusa. Al inicio hay una subida de emociones sensacional; todo es espectacular y casi perfecto. Es como quedar sin aliento. Acabamos de conocer a alguien que nos deslumbra, y que además parece saber qué tecla tocar para sorprendernos, para ser la persona que más necesitamos en ese momento puntual, haciéndonos generar con ello una dependencia.
Ahora bien, tras ese ascenso llega una caída en picado: la primera decepción, la primera agresión emocional y el primer escalofrío al comprobar cómo es auténtica personalidad. Sin embargo, no es fácil alejarse o romper la relación con un narcisista. Ese viaje de subidas y bajadas agónico proseguirá durante mucho más tiempo…
Ese ciclo de sufrimiento provoca que muchos se pregunten por qué les ha tocado a ellos. ¿Cómo elige un narcisista a sus víctimas? Bien, lo primero que es necesario dejar claro es que todos podemos caer en la trampa de este tipo de personalidades. Todos podemos ser “gacelas”.
A veces, de hecho, basta con nacer en una familia concreta. Los padres y las madres narcisistas son una realidad tristemente común. Veamos ahora esas características que suelen atraer a estas figuras:
1. Personas que tienen algún talento
No les vale la gente anodina; un narcisista siempre preferirá al talentoso, al que destaca en algún área, al virtuoso. No podemos olvidar que este perfil de la personalidad evidencia una baja autoestima, y lo que desea es aparentar prestigio, resolución y competencia. Por ello, rodearse o incluso tener una pareja brillante lo sitúa a él en la misma posición.
2. Personas inteligentes
Una investigación de la Universidad de Varsovia destaca algo interesante: los narcisistas admiran la inteligencia y la consideran una herramienta imprescindible para lograr el éxito y el reconocimiento. Por ello, siempre pondrán la mirada en esas figuras más excepcionales.
Tener a su lado a figuras con altas competencias cognitivas les sirve para reafirmarse, para ofrecer al mundo una falsa ilusión de dominio intelectual que, en realidad, no siempre tienen. Asimismo, no nos equivoquemos. El narcisista no admira a su pareja o amigo inteligente: son meros “objetos” para un fin.
3. Personas con algún trauma o vacío emocional
Si nos preguntamos cómo elige un narcisista a sus víctimas hay un hecho tan ilustrativo como recurrente. Este perfil de personalidad necesita que esa persona que va a controlar cree un vínculo de dependencia con ella. Un mecanismo para lograrlo es sacando partido de posibles traumas del pasado o vacíos emocionales. Conocer su punto débil les confiere una ventaja casi constante.
Al inicio, esa herida del ayer les sirve para lograr un acercamiento. De pronto, nadie más parece comprendernos tanto. Es más, a menudo recurren al engaño, hasta el punto de hacernos creer que también ellos han pasado por lo mismo. Nadie nos entiende con tanta intensidad, nadie parece tener tanta sintonía con nuestra historia de vida.
Sin embargo, esos vacíos y traumas pasados son también su estrategia para mantenernos atados a ellos. El miedo al abandono o la soledad son realidades sobre los que se erige la dependencia.
¿Cómo elige un narcisista a sus víctimas? Altamente empáticos con baja autoestima
Si nos preguntamos cómo elige un narcisista a sus víctimas, hay un hecho que aparece con frecuencia. Los empáticos y narcisistas se suelen atraer mutuamente.
Los primeros se definen por evidenciar alta comprensión, compasión y deseo de conexión. Los segundos obtienen de estos un suministro constante de validación y atención. No podemos dejar de lado que las personas empáticas son esponjas emocionales, absorben de los demás cada sentimiento, cada necesidad, cada estado… Algo así resulta idóneo para la personalidad narcisista; de este modo, tendrá a alguien que satisfará cada una de sus necesidades.
Por otro lado, otra variable sirve para afianzar esa vinculación dolorosa. Hablamos de la baja autoestima. Cuando la alta empatía se combina con una mentalidad de “no soy suficiente”, “me da miedo quedarme solo” o “no soy lo bastante fuerte para afrontar esto”, el narcisista siempre tendrá un poder ilimitado.
Para concluir, tal y como señalábamos al inicio, es muy fácil quedar atrapados en la tela de araña de este tipo de perfil. Lo que ya no es tan sencillo es salir de ella. Recordemos siempre que recuperar la dignidad y el bienestar implica tomar decisiones y alejarnos de lo que no nos conviene . Como gacelas, tenemos el poder de saltar y de correr rápido cuando lo necesitamos.
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