Cómo hablar con tu hijo sobre la ansiedad
La ansiedad es el problema de salud mental más frecuente, llegando a afectar a más del 10 % de la población del planeta. Esto hace muy posible que tu hijo conozca a alguien de su entorno cercano que lidie con este problema; quizá incluso él mismo se esté enfrentando, sin saberlo, a los síntomas de la enfermedad. Por esto, es importante que te decidas a hablar con tu hijo sobre la ansiedad desde sus primeros años.
En ocasiones pensamos que hay temas que es mejor no tratar con los más pequeños, pues es posible que no los comprendan o que les causen una preocupación que queremos evitarles. Sin embargo, la información es fundamental para entender lo que sucede a su alrededor; y, adaptando el mensaje a su edad, nunca es pronto para abordar el tema.
¿Por qué debes hablar con tu hijo sobre la ansiedad?
Los síntomas de la ansiedad afectan profundamente al día a día de las personas que la padecen. Influyen en su estado de ánimo y en sus comportamientos y pueden limitarles en sus actividades cotidianas. Así, si alguien del entorno cercano (padres, hermanos, abuelos…) sufre este trastorno, es importante que los niños comprendan por lo que están pasando.
Del mismo modo, al hablar con ellos respecto a la ansiedad y la salud mental, realizamos una importante labor de concienciación. Posiblemente, algunos de sus amigos o compañeros de escuela atraviesen este duro trance y saber qué les ocurre evitará el estigma y la crítica y fomentará la empatía y el apoyo.
Más relevante aún es la posibilidad de que sea tu propio hijo quien padezca de ansiedad sin saberlo. Un niño en estas circunstancias puede llegar a normalizar sus síntomas, a pensar que es natural sentirse tan mal y enfrentar tantas dificultades diarias; de este modo, no lo verbaliza ni pide ayuda.
Por el contrario, también es posible que pueda llegar a sentir que tiene la culpa de lo que está sucediendo, que es una persona defectuosa o insuficiente. Esto puede causar un gran daño a su autoestima; por lo mismo, es preferible que conozca esta realidad y aprenda a identificarla.
Claves para hablar con tu hijo sobre la ansiedad
Como hemos comentado, a la hora de hablar con tu hijo sobre la ansiedad, tendrás que adaptar el lenguaje y el mensaje a su edad y a su capacidad de comprensión. Un niño de seis años no está preparado para recibir la información de la misma manera que un adolescente de 15. En cualquier caso, hay algunos puntos clave:
1. Es una enfermedad
Uno de los aspectos más importantes es clarificar que la ansiedad es una enfermedad y, por tanto, en ningún caso es culpa de la persona que la padece. Del mismo modo que no le reprochamos a alguien que tenga una inflamación en la garganta ni le pedimos a una persona con una pierna rota que corra, tampoco es honesto que culpemos a una persona de sus problemas de salud mental.
2. Tiene diferentes caras
Comúnmente hablamos de la ansiedad como un todo, pero se trata de un espectro. Desde la fobia a los animales al trastorno de pánico o la ansiedad social, esta problemática puede seguir distintos cursos y es necesario que los niños lo sepan. No todas las personas con ansiedad sienten lo mismo ni se comportan igual, pero en todos los casos merecen respeto y apoyo.
3. Los síntomas y las manifestaciones de la ansiedad
Por otra parte, es muy positivo que en nuestra conversación incluyamos información que ayude a los niños a detectar la ansiedad. Quizá descubran que aquello que vienen sintiendo desde hace meses o años no es tan natural como creían y que, en realidad, pueden recibir ayuda para sentirse mejor.
Así, conviene explicarles que la ansiedad genera síntomas físicos (como palpitaciones, falta de aire o dolor de estómago), cognitivos (como preocupaciones excesivas o pensamientos intrusivos) y conductuales (como la necesidad de evitar ciertas situaciones o realizar ciertos comportamientos para reducir el miedo que se siente).
4. Puede tratarse, está bien pedir ayuda
No podemos olvidar mencionar que la ansiedad puede tratarse, que no es una sentencia de por vida. Explícale a tu hijo que hay profesionales que pueden ayudar a las personas con ansiedad a sentirse mejor, a gestionar su miedo y poder afrontar las dificultades que enfrentan en el día a día. Igualmente, que existen ciertos fármacos (como los que toman cuando tienen fiebre o dolores físicos) que pueden ayudar con la ansiedad.
5. Al hablar con tu hijo sobre la ansiedad, menciona la prevención
Por último, puedes aprovechar para introducir ciertos hábitos que ayuden a evitar la aparición de trastornos de ansiedad. El ritmo de vida que llevamos niños y adultos puede generarnos estrés y llegar a desbordarnos si no aprendemos a gestionarlo bien; así, prácticas como la respiración, la meditación o el ejercicio físico son recomendables en nuestro día a día.
En definitiva, hablarles a los niños y jóvenes acerca de la ansiedad les ayuda a comprender una realidad muy presente. Les ayuda a empatizar con quienes la sufren y les da herramientas para actuar y pedir ayuda en caso de que sean ellos quienes la padecen. Como ves, se trata de una conversación muy importante.
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- Feliú, M. T. (2014). Los Trastornos de Ansiedad en el DSM-5. Cuadernos de medicina psicosomática y psiquiatria de enlace, (110), 62-69.
- Yagüe, L., Sánchez-Rodríguez, A. I., Mañas Mañas, I., Gómez Becerra, I., & Franco Justo, C. (2016). Reducción de los síntomas de ansiedad y sensibilidad a la ansiedad mediante la aplicación de un programa de meditación mindfulness.