Cómo lograr que un niño interiorice la paciencia activa
Una crisis es un buen momento para frenar, recapacitar, reflexionar, aprender y mejorar. Se dice que puede ser un instante idóneo para reinventarnos. Por ejemplo, tratando con los niños para que interioricen la paciencia activa. No es fácil, pero si frenamos y observamos a nuestro alrededor, puede ser que veamos que todo va muy rápido, y en esa coyuntura, elementos como la crítica destructiva, la intolerancia o el egoísmo encuentran un terreno abonado ideal para agarrar y florecer.
Así lo afirma el docente Daniel Pareja Rivas, especialista en infancia y autor de libros como Yo amo, tú amas, él ama. Por eso, el experto avisa de la necesidad de cultivar la paciencia activa desde la más tierna infancia.
Trabajar la paciencia activa
Si queremos que nuestros pequeños se desarrollen en un ambiente agradable y positivo, hemos de empezar por nosotros, padres, tutores, docentes, profesores… Si creamos un entorno calmado, en el que se pueda hablar, compartir y acordar, habremos recorrido una buena parte del camino.
Así pues, cuando se habla de ayudas a los niños para que cultiven la paciencia, y se recomienda una dieta particular, manualidades y otras actividades, recuerda que servirán de poco si no están envueltas en una rutina que potencie la confianza, la positividad y el apego seguro.
Por eso, como cita Pareja Rivas, hay que cultivar la calma como adultos que somos para poder transmitirla a los niños. Por tanto, como docentes, tutores o padres, la facultad de saber esperar aunque se desee mucho algo es clave para que la paciencia active anide y agarre con fuerza en los inquietos corazones infantiles.
La calma del adulto va mucho más allá del autocontrol. También va más allá de la paciencia a corto plazo. De hecho, hay que trabajar la paciencia a largo plazo, mejorar la impulsividad y aprender a reaccionar de forma sensata, pensando antes de actuar.
Paciencia a largo plazo
Debe estar presente siempre. Da igual si vivimos una época de esperanza y felicidad, por ejemplo, la espera de un hijo, o una racha considerada mala, como perder el puesto de trabajo. Todas ellas son pruebas ideales para practicar y trabajar la paciencia a largo plazo.
Por eso, aprovecharemos cualquier situación cotidiana para fortalecer la paciencia. Olvidemos la necesidad de inmediatez. Así, lograremos evitar que la sensación de espera se convierta en una fórmula negativa. Los niños son muy perceptivos. Si nosotros, como adultos, tenemos una sensación negativa hacia la espera, ellos nos imitarán, por lo que desarrollarán también esa sensación mala y la verán y percibirán como algo a evitar.
Según Pareja Rivas, la actividad cotidiana no suele facilitar el desarrollo de la paciencia. Se busca la inmediatez de los resultados. Esto provoca que los tiempos de espera se perciban igualmente como negativos. Ya consten de unas horas o incluso de unos segundos.
“La paciencia no es la espera pasiva. Es la aceptación activa del proceso necesario para obtener tus metas y sueños”.
-Ray A. Davis-
Los ejemplos para practicar la paciencia
Podemos trabajar la paciencia con niños a través de ejemplos positivos. Ellos, en el momento en que comienzan a usar tecnología, se acostumbran a la inmediatez. Envían un mensaje por medio del teléfono móvil y quieren una respuesta instantánea. Sin embargo, existen otros trabajos, elementos y procesos que requieren de una larga espera y una paciencia adecuada para que fructifiquen. Además, estos son muy importantes para el buen proceder de su vida, y de la vida en general.
Por eso podemos ilustrar a los niños con diversos de estos ejemplos vitales. Por ejemplo, hablando del trabajo que hacen los profesionales de la medicina. Cuando recetan un tratamiento o realizan una operación, ¿cuánto tiempo pasa hasta que se ven los resultados positivos? Hace falta esperar hasta que el paciente empieza a sentirse mejor y el efecto de su trabajo comienza a dar frutos, ya que eso salva vidas.
Podríamos hablar de otros muchos apartados del mundo que sirven como ejemplo claro. El trabajo en el campo, en la agricultura, cuando el agricultor siembra y espera, a veces durante meses, dando cuidados a la tierra y a las plantas, hasta que obtiene el fruto y este puede ser recogido.
Aprovechar las crisis
Una crisis es una excelente oportunidad para que un niño aprenda. Sea de mayor o en menor proporción, es importante que por más que el pequeño llore o se queje, entienda que nada pasará antes de que llegue su momento. En un ambiente agradable, de confianza, en el que el amor y el valor primen, no será difícil que el trabajo con la paciencia del niño obtenga frutos.
Casi todas las situaciones son buenas para demostrar al niño la necesidad de trabajar la paciencia activa. La gestión de tiempos y los cambios de velocidad para adaptarnos a las circunstancias están presentes en casi todos los escenarios, siendo especialmente importante en aquellos en los que es necesario el trabajo en grupo.
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- Pareja Rivas, D., (2018).
- Yo amo, tú amas, él ama: a amar también se aprende
- . Madrid: Editorial San Pablo.